?Cu¨¢nto vale un libro digital?

En un alarde de eficacia y visi¨®n, Estados Unidos acaba de propinar un buen disgusto a una de sus firmas tecnol¨®gicas m¨¢s importantes: Apple. El Departamento de Justicia denunci¨® ante los tribunales en marzo del pasado a?o a la empresa americana y a cinco grandes editores por fijar los precios de los libros electr¨®nicos para contrarrestar la agresiva pol¨ªtica de Amazon. Las cinco editoriales son Harper-Collins, Penguin, Hachette, MacMillan y Simon&Shuster. Todas ellas miraban con recelo a Amazon, que ofrec¨ªa los libros en formato digital a 9,99 euros, lo que mermaba, l¨®gicamente, sus beneficios.

Solo un a?o y cuatro meses despu¨¦s ¡ªun plazo cort¨ªsimo en los est¨¢ndares de la justicia espa?ola¡ª, una juez ha dictaminado que, en efecto, las seis empresas montaron un cartel elevando el precio de los libros ¡ªhasta a 15 d¨®lares¡ª y aplicando t¨¢cticas que perjudicaban a Amazon, como retrasar todo lo posible la salida a venta de las versiones digitales de sus textos.

La estrategia de las cinco grandes editoras hubiera sido imposible sin la colaboraci¨®n de Apple, ha dicho ahora la juez. Solo la potencia de esta firma, que cuando empez¨® a negociar con ellas estaba a punto de comercializar su propia tienda de libros para tabletas y m¨®viles, hizo posible la subida de los precios. Steve Jobs lo tuvo claro y as¨ª se refleja en su biograf¨ªa. Con el acuerdo suscrito ganaba el editor y tambi¨¦n su firma, que se quedaba con un 30% del precio de venta al p¨²blico. Perd¨ªa, eso s¨ª, el cliente, que empezar¨ªa a pagar m¨¢s caros sus art¨ªculos, como as¨ª fue, una vez se puso en marcha el sistema. De paso, se acababa con el pr¨¢ctico monopolio de Amazon en el sector.

Tanto en Estados Unidos como en Europa est¨¢n prohibidos los carteles, una estrategia que impide la libre competencia y, por tanto, es perseguida por la justicia. Pero en estas batallas comerciales no hay h¨¦roes n¨ªtidos ni villanos indiscutibles. Amazon es en este caso la v¨ªctima, si bien es de rigor analizar si sus precios a la baja no son la puntilla para la creaci¨®n literaria y cualquier amago de competencia que pudiera surgir en la venta electr¨®nica de textos. Solo la sana competencia es capaz de fijar precios justos.