Los malhechores y Rajoy
La democracia y los ciudadanos merecen una explicaci¨®n veraz sobre B¨¢rcenas en el Congreso
Hace mucho tiempo que el presidente del Gobierno deber¨ªa haber dado explicaciones sobre la trama de corrupci¨®n del caso G¨¹rtel, complicada a¨²n m¨¢s por las imputaciones a Luis B¨¢rcenas, gerente y tesorero de su partido desde 1989 hasta 2009. Si algo empujaba a Rajoy a aplazar esas explicaciones, confiando en que el paso del tiempo u otras circunstancias enterrasen el problema en el olvido, el presidente debi¨® haber cambiado radicalmente de actitud el 31 de enero pasado, cuando este peri¨®dico public¨® las anotaciones contables que recogen donativos presuntamente ilegales y el reparto de gran parte de esas sumas entre cargos del PP.
Sin embargo, el presidente del Gobierno se limit¨® en su d¨ªa a negar que ¨¦l hubiera recibido o repartido dinero negro, dejando a sus escuderos el trabajo de desacreditar lo publicado. Cinco meses despu¨¦s, el conocimiento de los mensajes intercambiados con B¨¢rcenas, algunos de ellos cuando ya exist¨ªa constancia judicial sobre la fortuna del extesorero, compromete seriamente la posici¨®n del jefe del Ejecutivo. Por respeto al sistema democr¨¢tico, a los ciudadanos, a su propio partido y a sus votantes, el jefe del Gobierno tiene que dar una explicaci¨®n veraz ante el Congreso. De otro modo ser¨¢ imposible que recupere su credibilidad.
Tambi¨¦n debe explicaciones p¨²blicas y precisas la secretaria general del PP, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, sin permitir que Carlos Floriano siga siendo la imagen visible de su partido, si es que en algo aprecia el futuro del mismo. Es tarde para reparar los errores cometidos desde un principio, cuando se intenta desde hace meses esquivar el problema de fondo, jugando con insinuaciones, haciendo declaraciones ininteligibles, sin abordar el problema de frente y pretendiendo ahora, en el colmo de los desprop¨®sitos, que existe una connivencia entre el extesorero del PP y la oposici¨®n pol¨ªtica. ?Qui¨¦n ha convencido a estos portavoces de que los espa?oles son idiotas? Y si no ha sido as¨ª, ?por qu¨¦ los tratan como a tales? El se?or B¨¢rcenas es un producto genuino del Partido Popular y de nadie m¨¢s. Es preciso aclarar qui¨¦n fabric¨® a este malhechor, qui¨¦n lo aliment¨® y qui¨¦n comparti¨® con ¨¦l sus fechor¨ªas. Pero el partido gobernante ha dado todas las lecciones posibles sobre lo que no se debe hacer cuando estalla un asunto de la gravedad del que nos ocupa. Ahora est¨¢ obligado a dar un giro inmediato.
Menci¨®n aparte merece la utilizaci¨®n de la prensa por parte de los presuntos delincuentes imputados. Es sabido que tanto B¨¢rcenas como Correa se han entrevistado en los ¨²ltimos meses con decenas de periodistas de todos los medios, tratando de colocarles su particular mercanc¨ªa. Merece la pena recordar que esas conversaciones nada tienen que ver con el periodismo de investigaci¨®n y pueden contribuir a intoxicar al m¨¢ximo el proceso. Si algo ya sabemos a ciencia cierta es que B¨¢rcenas es un mentiroso de a¨²pa y es inadmisible que los acusados en un proceso pretendan marcar ellos los tiempos de la justicia.
Editoriales anteriores
No puede repetirse el espect¨¢culo de la administraci¨®n de mensajes de correo electr¨®nico ofrecido por Diego Torres, antiguo socio de I?aki Urdangarin, en el procedimiento del caso N¨®os. El juez Ruz debe exigir a B¨¢rcenas que entregue todo el material de que disponga y que sea relevante para la causa, sean mensajes o registros de llamadas telef¨®nicas, correos electr¨®nicos o de otro tipo. Y tambi¨¦n alguien deber¨ªa explicar por qu¨¦ todav¨ªa no se han ordenado los registros pertinentes del archivo de B¨¢rcenas, al que por otro lado se le permiti¨® durante meses hacer numerosos viajes al extranjero. La sospecha de que se han podido destruir o fabricar pruebas en ese periodo es m¨¢s que razonable. La justicia no puede trabajar a impulsos de las estrategias de las defensas. M¨¢s a¨²n cuando el nuevo abogado de B¨¢rcenas es otro antiguo malhechor, Javier G¨®mez de Lia?o, un exjuez condenado en su d¨ªa por prevaricaci¨®n, expulsado de la judicatura por ello, e indultado despu¨¦s por el Gobierno de Aznar, en agradecimiento por los servicios prestados con su prevaricaci¨®n.
La situaci¨®n pol¨ªtica es extremadamente grave. Corregir la creciente inestabilidad corresponde al PP, cuya mayor¨ªa absoluta conseguida en las ¨²ltimas elecciones le confiere la responsabilidad de evitar a este pa¨ªs traumas de consecuencias impredecibles. Habr¨¢ de hacerlo con el menor coste posible, en una sociedad castigada por una larga crisis econ¨®mica, de la que costar¨¢ mucho recuperarse. Por sentido de Estado y por obligaci¨®n democr¨¢tica, el PP est¨¢ obligado a abordar de frente el problema pol¨ªtico creado por su mala gesti¨®n del caso B¨¢rcenas.
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