No te olvidamos

Almudena Grandes, el domingo 14 de julio, nos regal¨® un art¨ªculo pleno de lucidez y sentimiento, especialmente para las personas que de alguna manera arrastramos las cicatrices imborrables de esa tragedia de la hero¨ªna que ella tan certeramente nos relata. La sobredosis, el sida, la ignorancia, el estigma social y la muerte que rode¨® a muchas de sus v¨ªctimas, especialmente en los barrios obreros, marcaron un halo de negrura en sus vidas y en la de sus entornos m¨¢s pr¨®ximos.

Fue una generaci¨®n que recibi¨®, sin previo aviso, un fuerte y criminal zarpazo que los marc¨® para siempre. Una generaci¨®n que surg¨ªa al calor de unas luchas sociales y de un futuro m¨¢s que prometedor que, sin embargo, para ellos fue simplemente la entrada a un t¨²nel sin salida. Era lo ¨²ltimo, lo m¨¢s de lo m¨¢s. La trampa estaba tendida, solo era cuesti¨®n de tiempo que hiciera su efecto, y vaya si lo hizo. Hay profesionales que piensan que nunca se erradic¨®, que lo ¨²nico que ocurri¨® es que se nos murieron los que la consum¨ªan y no hubo nuevos consumidores porque el mercado se encarg¨® de introducir otras sustancias que no crearan tanta alarma social y coste sanitario. Espa?a es un pa¨ªs que suele mirar de reojo muchos de sus problemas. Este que nos ha se?alado Almudena es uno de ellos y no estar¨ªa de m¨¢s que alg¨²n d¨ªa se revisase, para no estar condenados a repetirlo.