4 consejos para un turismo barato, responsable y no gregario
Siempre me ha parecido que ser turista en una gran ciudad es una de las experiencias m¨¢s estresantes de la vida, a la altura de las mudanzas transoce¨¢nicas y de los divorcios civiles pero nada civilizados. Una de las experiencias m¨¢s traum¨¢ticas que puede experimentar una persona de bien si no llega a su destino con informaci¨®n contrastada y con el ¨¢nimo bien predispuesto. Dicen que vivimos en la sociedad de la informaci¨®n pero a m¨ª me parece que a d¨ªa de hoy algunos a¨²n no se han enterado o no quieren enterarse. Y si no, que alguien me explique qu¨¦ hacen esas hordas de turistas copando las terrazas de la Rambla de Barcelona, que s¨ª, son tur¨ªsticas, nadie lo pondr¨¢ en duda, pero tambi¨¦n son car¨ªsimas. ?Nadie les ha dicho -ni siquiera su smartphone de ¨²ltima generaci¨®n- que tres callejuelas m¨¢s para all¨¢ podr¨ªan consumir lo mismo, mucho m¨¢s barato y, encima, en un ambiente m¨¢s tranquilo y ¡°con mucho m¨¢s encanto¡±? Por no hablar de los guiris que se agolpan a la puerta del Hard Rock Caf¨¦ o del McDonald¡¯s de turno. ?Realmente era necesario cruzar el Atl¨¢ntico de oeste a este para devorar una hamburguesa americana en una terraza mediterr¨¢nea?
As¨ª que me he decidido a hacer una lista de consejos ya que agosto est¨¢ al caer para promover un turismo barato - no est¨¢n los tiempos para derroches- pero responsable y no gregario .
1) Alquila a una persona privada o busca alojamiento gratis. El a?o pasado pas¨¦ unos d¨ªas en Sevilla. Clicamos en airbnb.es y all¨ª encontramos un peque?o estudio muy coqueto y c¨¦ntrico en una corrala. Desde nuestra parcelita de terraza en un segundo piso divis¨¢bamos el jard¨ªn central y comunitario, un verdadero minipara¨ªso tropical como tantos hay dispersos por Sevilla. No habr¨ªa cambiado nuestro estudio por nada, ni siquiera por una de las lujosas suites del hotel de cuatro estrellas que colindaba con nuestro edificio. Y adem¨¢s le hicimos el favor a una persona privada, al propietario que alquilaba el estudio por d¨ªas. Si necesitas ajustar a¨²n m¨¢s el presupuesto puedes encontrar anfitriones dispuestos a prestarte un plegat¨ªn o un sof¨¢-cama gratis en cualquier lugar del mundo en couchsurfing.org.
2) Comparte el trayecto. Quiz¨¢ la parte del le¨®n de tu presupuesto se vaya en tan s¨®lo el trayecto. Si dispones de veh¨ªculo puedes plantearte compartir el coche con otras personas interesadas en llegar al mismo destino, lo que reduce los gastos. O si no dispones de veh¨ªculo, puedes encontrar conductores dispuestos a cederte un asiento por un m¨¢s que m¨®dico precio. Sin contar que de resultas del trayecto puede surgir una amistad, un negocio o, ?por qu¨¦ no? un romance de verano. Tentador, ?no? M¨¢s info en blablacar.es, carpooling.es y amovens.com.
3) Come barato (y bien). Los candidatos a turistas que dispongan de un smartphone, que se descarguen aplicaciones como Foursquare, que adem¨¢s de ser un geolocalizador funciona a efectos pr¨¢cticos como una minigu¨ªa de restaurantes, bares y terrazas. Antes de sentarte en la primera silla vac¨ªa que se te presente consulta qu¨¦ han dicho los clientes sobre el local. Por otra parte puedes reservar en Espa?a en buenos restaurantes a precios razonables a trav¨¦s de plataformas como eltenedor.es o restalo.es.
4) S¨²bete a un autob¨²s/tranv¨ªa/metro... y pi¨¦rdete. El af¨¢n del turista es ir a ver ¡°todo lo que hay que ver¡±, sin perderse nada de ¡°lo esencial¡±. Pero ?d¨®nde quedan los placeres inesperados de un trayecto misterioso con destino desconocido? ?Por qu¨¦ esta man¨ªa de querer saberlo todo anticipadamente? No hay mejor manera de conocer una ciudad que confundirse con sus habitantes en el transporte p¨²blico, callejear por uno de esos barrios donde ¡°no hay nada que ver¡±, expresi¨®n desafortunada donde las haya. En esos distritos perif¨¦ricos no hay rastro del cart¨®n piedra y a la vista queda desnuda la ciudad de verdad. ?O no han venido los turistas a conocerla? Hice muchas veces este tipo de viajes a ninguna parte en Berl¨ªn y jam¨¢s me decepcionaron. A veces, y acabo con una paradoja, hace falta perderse para encontrarse de verdad.
Foto de apertura: Boyds Modern Cottages (Pensacola, Florida, enero 1941), Farm Security Administration Collection, Library of Congress in Washington D.C. (v¨ªa Flickr, The Commons
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.