¡°Hora menos en Canarias¡±
Giros nuevos y f¨®rmulas tradicionales para la rutina de dar la hora. ?Le suena a usted bien eso de ¡°hora menos en Canarias¡±?
Debe de resultar tedioso repetir cada d¨ªa las mismas f¨®rmulas. ¡°Son las dos menos diez, damos paso a la publicidad¡±, ¡°son las tres de la madrugada, una hora menos en Canarias¡±. Por eso a menudo o¨ªmos en la radio c¨®mo las cambian quienes soportan tama?a rutina: ¡°Faltan 10 minutos para las dos¡±, ¡°pasan 15 minutos de las seis de la tarde¡±, ¡°son 40 los minutos que faltan para las nueve¡±, ¡°son las tres de la tarde, las dos de la tarde si est¨¢n ustedes en Canarias¡±.
?Cierto que eso de ¡°pasan 15 minutos de las seis¡± y ¡°faltan 10 minutos para las dos¡± suena m¨¢s pr¨®ximo a la f¨®rmula inglesa que a la espa?ola, pero pelillos a la mar. Y tambi¨¦n habr¨¢ quien defienda que las horas son las que son independientemente de d¨®nde est¨¦ quien escucha (es decir: que son las dos de la tarde en Canarias tanto si uno est¨¢ all¨ª como si no).
Pero en la ¨²ltima temporada radiof¨®nica nos ha sorprendido un nuevo giro en peligro de extensi¨®n: ¡°Les esperamos a las doce, hora menos en Canarias¡±... As¨ª: ¡°hora menos¡±, sin la acostumbrada palabra ¡°una¡± que acompa?aba antes a esa expresi¨®n. Y adem¨¢s nos descoloca tal af¨¢n economizador en las mismas personas que luego sueltan ¡°son quince los minutos que faltan para que sean las once de la noche¡± en vez de ¡°son las once menos cuarto¡±.
?Le suena a usted bien eso de ¡°hora menos en Canarias¡±? Entonces no siga leyendo. Qu¨¦dese tranquilo, no va a empeorar el PIB por este problema.
Debe de ser tedioso decir cada d¨ªa la misma f¨®rmula. Por eso la cambian quienes sufren tama?a rutina
?Le suena mal? Entonces intentemos juntos averiguar por qu¨¦ le pasa eso.
Tenemos en primer lugar los t¨¦rminos ¡°un¡± y ¡°una¡±, que pueden vestirse m¨¢s de un traje gramatical; por ejemplo, el de art¨ªculo (¡°es un poner¡±, ¡°una forma de hablar¡±) o el de numeral (¡°dos oros, una plata y un bronce¡±). Y adem¨¢s, ¡°un¡± y ¡°una¡± no significan lo mismo si est¨¢n delante de un sustantivo que si van solos por la calle (en el caso que nos ocupa, ¡°una¡± camina con el sustantivo ¡°hora¡± en buena compa?¨ªa). Si van solos, ejercen labor de pronombres (sustituyen o representan a un nombre): ¡°Una es mejor que otra¡±. Y cuando preceden al sustantivo, como en el caso que nos ocupa, son actualizadores; es decir, esos elementos ling¨¹¨ªsticos que permiten pasar de lo abstracto a lo concreto. Por ejemplo, podemos emplear la expresi¨®n ¡°profesor de alem¨¢n¡± para referirnos en general a los profesores de alem¨¢n como concepto: ¡°Ser profesor de alem¨¢n no me parece un mal oficio¡±. Pero si vamos a lo concreto, necesitaremos el art¨ªculo: ¡±Me da clase un profesor alem¨¢n¡±.
Bien, ya sabemos por tanto que un y una son polifac¨¦ticos: pueden pertenecer a categor¨ªas gramaticales distintas y asumir funciones diferentes como art¨ªculos indefinidos, adjetivos numerales o pronombres: Carne de pluriempleo (en la gram¨¢tica no hay crisis). Pero aqu¨ª no termina este simp¨¢tico asunto, porque hemos de contar con otra circunstancia gramatical, presente tambi¨¦n en la expresi¨®n que comentamos. Se trata del uso de ¡°m¨¢s¡± y de ¡°menos¡±, que pueden vestir asimismo ropajes diferentes con igual cuerpo serrano: cuando preceden a un sustantivo son actualizadores (recordemos: t¨¦rminos que permiten pasar de lo abstracto a lo concreto: ¡°no aceptar¨¦ menos dinero¡±), y cuando lo siguen son modificadores: esos adjetivos o adverbios que alteran con su compa?¨ªa la percepci¨®n que tendr¨ªamos de las palabras si no estuvieran ellos ah¨ª (¡°le pag¨® 200 euros menos").
La norma sale de lo normal. Millones de hispanohablantes saben gram¨¢tica sin darse cuenta
Y cuando son modificadores, como sucede con el menos de ¡°una hora menos en Canarias¡±, el sustantivo abstracto se convierte en una idea concreta gracias a un cardinal, a otro indefinido o a un demostrativo (Leonardo G¨®mez Torrego, Gram¨¢tica did¨¢ctica del espa?ol, 2011, p¨¢ginas 86 y 89, 10? edici¨®n). O sea: que el sustantivo que acompa?e a ¡°menos¡± debe tener delante un n¨²mero cardinal (¡°una hora menos¡±, ¡°dos horas menos¡±), un indefinido (¡°algunas horas menos¡±) o un demostrativo (¡°esa hora menos que tienen en Canarias¡±). Hasta ahora a nadie se le hab¨ªa ocurrido no poner nada delante, y decir ¡°hora menos en Canarias¡±, y mira que llevamos decenios con ese hecho diferencial; como nadie hab¨ªa dicho tampoco ¡°el Madrid marc¨® dos tantos, gol menos que el Barcelona¡± (o viceversa), y mira que llevamos Ligas disputadas.
Es cierto que la gram¨¢tica permite la supresi¨®n del art¨ªculo: ¡°Amalio era [un] hombre poco dado al vino¡±. Pero aqu¨ª no estamos -quiz¨¢s en eso reside la confusi¨®n- ante un art¨ªculo, sino ante un adjetivo numeral. Y no son iguales en significado aunque ambos participen del mismo significante, ¡°una¡±.
Los numerales s¨ª se omiten en frases hechas (¡°hora m¨¢s, hora menos, no importa¡±), y en las negativas (¡°no pierde detalle¡±), porque en esos casos presentan rasgos de indefinidos (¡°alguna hora m¨¢s, alguna hora menos¡±; ¡°no pierde ning¨²n detalle¡±), pero no desaparecen, en t¨¦rminos generales, delante del sustantivo al que acompa?an, ya que se oponen a los cardinales dos, tres, etc¨¦tera. As¨ª lo han decidido durante siglos millones de hispanohablantes que sab¨ªan gram¨¢tica sin darse cuenta.
La gram¨¢tica no dice c¨®mo se debe hablar. Dice c¨®mo se habla. La norma sale de lo normal. Y por ahora no es normal suprimir los numerales delante de los sustantivos. Por eso le puede sonar tan raro al lector que haya llegado hasta aqu¨ª -muchas gracias- lo de ¡°hora menos en Canarias¡±, donde hay palabra menos de las que usted y yo habr¨ªamos usado.
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