Una gran muestra de solidaridad
Galicia, un pa¨ªs de gente valiente, de gente que tiene al pr¨®jimo en su mente, un ejemplo de ciudadan¨ªa. Despu¨¦s del Prestige, donde los gallegos limpi¨¢bamos el chapapote hasta con la lengua, dimos cuenta de qui¨¦nes somos: un pueblo unido que, al contrario de lo que dijo Castelao, ya no decimos que chove. Cuando miras a los habitantes de Angrois en las primeras im¨¢genes ¡ªgrabadas por los propios vecinos¡ª dando mantas y agua a los heridos e, incluso, con las instant¨¢neas de los cuerpos inertes en el suelo o con los servicios de emergencia ayud¨¢ndoles en las v¨ªas, el coraz¨®n se te encoge pensando en todas las v¨ªctimas que puede haber en el accidente.
Del mismo modo, saltan las l¨¢grimas de emoci¨®n y pasi¨®n al ver a hombres y mujeres saliendo de su casa y yendo a los puntos de transfusi¨®n para donar su sangre, hasta el punto de que en la misma noche se anuncia que la cantidad de sangre donada es suficiente. Esto es un ejemplo de ciudadan¨ªa, de un pueblo unido por una causa: salvar a los pasajeros. Esto es lo que nos hace un pueblo fuerte.¡ª Jacobo P¨¦rez-Lir¨®n Mart¨ªnez. Vigo, Pontevedra.
Todos lamentamos la cat¨¢strofe ocurrida el pasado mi¨¦rcoles en Santiago de Compostela, en la que perdieron la vida numerosas personas y muchas otras resultaron heridas. El tren que descarril¨® produciendo el desastre cubr¨ªa la habitual ruta de Madrid-Ferrol.
A pesar de las grav¨ªsimas consecuencias, cabe destacar la actitud que adquirieron centenares de personas que ayudaron a las v¨ªctimas del accidente y que gracias a ellas muchos viajeros fueron rescatados con vida. Bomberos, m¨¦dicos, enfermeros, vecinos del lugar en el que se produjo el suceso, ellos son los h¨¦roes de esta tragedia. Tal vez sea el ¨²nico aspecto positivo de este dantesco episodio que perdurar¨¢ desgraciadamente en nuestra memoria, dejando una huella imborrable en nuestras vidas.¡ª Ricardo Pomares Bascu?ana. Valencia.
En su art¨ªculo del d¨ªa 26 de julio sobre la tragedia ferroviaria de Santiago de Compostela citan: ¡°El conductor s¨ª asegur¨®, en su primera reconstrucci¨®n de los hechos, que se le activ¨® la alerta en su cuadro de mandos y que puls¨® al momento el bot¨®n que comunicaba que hab¨ªa recibido la advertencia de que iba por encima de la velocidad permitida. ?Por qu¨¦ entonces no fren¨®?¡±
No entiendo que no investiguen y no se pregunten ¡°?por qu¨¦ el tren no fren¨®?, ?por qu¨¦ no funcion¨® el sistema de seguridad?¡±, porque si un tren depende exclusivamente de las reacciones de una persona, significa que tenemos unos trenes con problemas de seguridad graves. Existen sistemas para cubrir estas situaciones y est¨¢ claro que el del tren no funcion¨®. ?D¨®nde est¨¢n sus preguntas?, ?por qu¨¦ se incrimina al conductor directamente y no se ahonda en la cuesti¨®n de los dispositivos de seguridad?¡ª Maite Ortega Garc¨ªa. Madrid.
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