Veintis¨¦is millones de razones
Vivimos en un buen momento para fomentar el dialogo hispano¨¢rabe
¡°Qui¨¦n eres t¨², qui¨¦n soy,
d¨®nde terminan, dime, las fronteras
y en qu¨¦ extremo
de tu respiraci¨®n o tu materia
no me respiro dentro de tu aliento¡±. Jos¨¦ ?ngel Valente
Nueve de Abril de 1609: Felipe III decreta la expulsi¨®n de 325,000 moriscos, borrando la ¨²ltima huella del pasado ¨¢rabe de Espa?a. Ha llovido mucho sobre la relaci¨®n hispano ¨¢rabe, cimentada en una intensa historia de alianzas, guerras, periodos de paz y convivencia, conquistas y la mal llamada reconquista. Es la expulsi¨®n de los moriscos, menos conocida que la conquista de Granada en 1492, la que borra el elemento ¨¢rabe, aunque sigue perviviendo en nuestra conciencia colectiva.
Los emiratos han avanzado en unas d¨¦cadas lo que a las sociedades europeas les cost¨® siglos alcanzar
En La Huella Morisca. El ?ndalus que llevamos dentro, Antonio Manuel Rodr¨ªguez escribe: ¡°La expulsi¨®n de los moriscos, acaecida hace cuatro siglos, no es un episodio menor en la historia de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Revela como pocos el c¨²mulo de contradicciones que pesan sobre nuestra sociedad actual, en la que coexisten un cada d¨ªa mayor recelo hacia el mundo musulm¨¢n con un ingente legado cultural procedente de su presencia entre nosotros, y que influye m¨¢s de lo que pensamos o tendemos a admitir en nuestra mentalidad y costumbres.¡±
Si miramos en Google ¡°¨¢rabes y Espa?a¡± encontramos unos veintis¨¦is millones de entradas. Algunas se refieren a trabajos acad¨¦micos de arabistas espa?oles o hispanistas en Marruecos, Egipto y Turqu¨ªa que tratan de fomentar el dialogo y divulgar una mejor comprensi¨®n de una historia hispano ¨¢rabe compartida.
Mientras muchos trabajamos por entender la relaci¨®n entre los dos pueblos y un mayor acercamiento, las repercusiones del 11S o del 11M o las teor¨ªas de Samuel P. Huntington en su Choque de civilizaciones consagran una separaci¨®n sociopol¨ªtica del mundo ¨¢rabe, no solo en Espa?a sino en el resto del mundo occidental. Al proponer un dialogo hispano¨¢rabe hay que entender la historia que compartimos; pero, sobre todo, es preciso articular foros, que m¨¢s all¨¢ de los estereotipos, sirvan para dialogar sobre las soluciones a los problemas de una sociedad global que a todos nos afecta, para conocernos mejor y sobre todo para promover la cooperaci¨®n entre nuestros pueblos.
Si tomamos como ejemplo la religi¨®n, observamos que para una gran mayor¨ªa de espa?oles el cristianismo est¨¢ tan vinculado a Europa como el islam al mundo ¨¢rabe, cuando la realidad es que existe una gran poblaci¨®n musulmana en Europa y cristiana en el mundo ¨¢rabe. Pocas veces se recuerda que hemos compartido la tradici¨®n religiosa abrah¨¢mica durante mucho m¨¢s tiempo con los pueblos ¨¢rabes que cualquier concepto moderno de naci¨®n o incluso de civilizaci¨®n.
Si nos asomamos al terreno econ¨®mico, encontramos que pese a la abrumadora influencia de los fondos soberanos del Golfo en Europa, el FMI y Standard&Poors clasifican al Estado de Catar y a los Emiratos ?rabes Unidos como mercados fronterizos, una infracategor¨ªa de los llamados mercados emergentes. Considerando la crisis del modelo econ¨®mico global y la actual situaci¨®n de los mercados europeo y estadounidense, esta categor¨ªa deber¨ªa revisarse a la luz de estudios que contemplan modelos econ¨®micos distintos.
En el campo pol¨ªtico, la Primavera ?rabe y los dram¨¢ticos acontecimientos en Libia y Siria ¡ªy Egipto en las ¨²ltimas semanas¡ª han reforzado la imagen de inestabilidad en la regi¨®n, muy alejada del concepto de estabilidad pol¨ªtica predominante en Europa, pero tambi¨¦n de la realidad que conocemos los que vivimos en la zona. Conceptos como democracia, monarqu¨ªa, constituci¨®n, representaci¨®n pol¨ªtica, derechos humanos, estado social y el papel de la sociedad civil forman hoy parte del debate pol¨ªtico en el mundo ¨¢rabe, y est¨¢n encontrando progresivamente una articulaci¨®n propiamente ¨¢rabe. ?Cu¨¢ndo se har¨¢n eco de este progreso los medios?
Los Emiratos han avanzado en unas d¨¦cadas lo que a las sociedades europeas les cost¨® siglos alcanzar. Estos esfuerzos no obtienen la repercusi¨®n que s¨ª se registra de otras zonas en desarrollo. Mientras desde Europa seguimos mirando al mundo ¨¢rabe como una realidad lejana, los pueblos ¨¢rabes, superado el post-colonialismo e inmersos en su propia modernidad, invierten enormes esfuerzos y capitales en crear una identidad enraizada en su cultura y tradiciones pero sorprendentemente muy pr¨®xima a las de Europa.
Estamos en un buen momento para fomentar el dialogo hispano ¨¢rabe, tanto a nivel hist¨®rico como contempor¨¢neo. As¨ª, comenzando quiz¨¢s con la asimilaci¨®n del controvertido legado de Al ?ndalus y siguiendo con el reconocimiento de la influencia que la Primavera ?rabe ha tenido en los movimientos del 15M, podremos entender que el mundo ¨¢rabe y Espa?a han compartido y comparten una realidad que, en el mejor esp¨ªritu de Granada, convendr¨ªa desgranar.
Este acercamiento al otro tiene una indudable dimensi¨®n humanista, andalus¨ª por definici¨®n, y sin duda nos descubrir¨¢ partes de nosotros mismos de las que ignor¨¢bamos su existencia. Nos ayudar¨¢ a fortalecer nuestra propia identidad y sobre todo contribuir¨¢ a hacer de nuestras sociedades realidades en las que la diferenciaci¨®n se celebre como un elemento esencial.
Le¨®n Fernando del Canto es abogado en el Reino Unido y trabaja como asesor internacional en el Estado de Catar. Pertenece al Consejo directivo de Al Sharq Forum Foundation en Ginebra, cuya misi¨®n es desarrollar estrategias de desarrollo pol¨ªtico, justicia social y prosperidad de los pueblos de Al-Sharq (Oriente).
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