Llamada de atenci¨®n
Las recetas del FMI para crear empleo, dif¨ªciles de aplicar, revelan su inquietud sobre Espa?a
Los ¨²ltimos informes del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre Espa?a ofrecen an¨¢lisis penetrantes sobre la evoluci¨®n econ¨®mica mezclados con propuestas de una cuestionable radicalidad. El ¨²ltimo informe anual, conocido ayer, sigue en esta l¨ªnea zigzagueante. Su an¨¢lisis de las expectativas a medio plazo es muy realista, si bien discrepa de las tendencias optimistas de casi todos los servicios de estudios nacionales e internacionales. La tesis del FMI, en resumen, es que la salida de la recesi¨®n en Espa?a no implicar¨¢ una recuperaci¨®n inmediata, aunque sea lenta, sino que en los pr¨®ximos dos a?os la tasa de crecimiento anual estar¨¢ al borde del estancamiento (0% en 2014 y 0,3% en 2015); la predicci¨®n para 2016, el 0,6%, parece un poco mejor, pero sin entusiasmos.
Las previsiones del Fondo merecen una interpretaci¨®n, porque son rigurosas. Consideran, por una parte, que la econom¨ªa espa?ola tiene pendiente un ajuste presupuestario de cierta consideraci¨®n (m¨¢s intenso de lo que el Gobierno reconoce) y que, si lo pone en pr¨¢ctica, las tasas intertrimestrales de crecimiento no repuntar¨¢n este a?o y muy poco en 2014. Por otra, el FMI aprecia que la reforma de la banca espa?ola, fuente del cr¨¦dito para la recuperaci¨®n, est¨¢ atascada. Los balances siguen afectados por el crecimiento de la morosidad, una nueva refinanciaci¨®n de los cr¨¦ditos dudosos o el encaje de los cr¨¦ditos fiscales.
Con este punto de partida, el pesimismo sobre el empleo (no empezar¨¢ a crecer hasta 2016), el d¨¦ficit (Espa?a no lograr¨¢ bajar del 3% hasta 2018) y la deuda (llegar¨¢ al 106% del PIB) est¨¢n justificados. De ah¨ª que los t¨¦cnicos del Fondo, ante una evoluci¨®n de los par¨¢metros econ¨®micos notablemente peor que las previsiones del Gobierno, propongan medidas dr¨¢sticas. La primera es un ejemplo de pacto social que rebaje los salarios en torno a un 10%, para facilitar el empleo, en la creencia, te¨®ricamente cierta, pero dudosa en la pr¨¢ctica, de que existe una elasticidad perfecta entre salarios y ocupaci¨®n. La rebaja de costes salariales tiene l¨ªmites y la ca¨ªda de sueldos que ya se ha producido en Espa?a ha tenido un impacto muy modesto sobre el empleo. Y la prueba es que todav¨ªa se siguen destruyendo puestos de trabajo. Llega un momento en el que es necesario aplicar otras pol¨ªticas, adem¨¢s de la moderaci¨®n salarial que, por otra parte, consigue eficazmente el mercado. Es muy improbable adem¨¢s que los asalariados espa?oles acepten un acuerdo as¨ª.
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No obstante, la receta del FMI es m¨¢s compleja que un mero recorte de salarios y del coste del despido. Sugiere bajar los impuestos sobre el empleo a cambio de subir los impuestos indirectos. Es una estrategia que, aun siendo discutible, podr¨ªa haber sido eficaz como terapia de choque, antes de la reforma laboral y con un horizonte limitado de aplicaci¨®n. El hecho es que las bienintencionadas propuestas del Fondo revelan una cierta alarma sobre la situaci¨®n real de la econom¨ªa espa?ola que el Gobierno deber¨ªa interpretar como una llamada de atenci¨®n.
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