La mano invisible que agita Hollywood
Megan Ellison tiene 27 a?os. No concede entrevistas. Y su talento como productora ha revolucionado la industria estadounidense. En los ¨²ltimos Oscar, sus pel¨ªculas sumaron ocho candidaturas Una rica heredera convertida en mecenas del celuloide
Tienen hasta nombre: tontos con dinero. As¨ª llamaban a Howard Hughes cuando el multimillonario meti¨® la cabeza en Hollywood. Y as¨ª les siguen llamando a esos for¨¢neos que se meten en el mundo del cine con el coraz¨®n en una mano y la chequera en la otra. Dinero tonto. Un t¨¦rmino que acu?¨® Wall Street y se hizo hueco en Hollywood para agrupar a los millonarios ajenos a esta industria dispuestos a apostar por el cine, el glamour, la fama, la magia y los sue?os de seducci¨®n que acompa?an a estas inversiones poco pensadas y que por lo general acaban de manera desastrosa. Pero dame pan y ll¨¢mame tonto. En medio de la crisis actual, cuando los bancos dejaron de creerse las quimeras del cine y los estudios solo juegan al todo o nada, apostando (a lo grande, eso s¨ª) por lo que esperan sea el caballo ganador, o sea, superproducciones fant¨¢sticas o secuelas interminables, esos tontos con dinero son m¨¢s bienvenidos que nunca. Y quiz¨¢ no sean tan tontos.
O que se lo digan a Megan Ellison, una total desconocida de 27 a?os que lleg¨® el pasado febrero al teatro Dolby de Los ?ngeles defendiendo un total de ocho candidaturas a los Oscar, tres por The master y cinco por La noche m¨¢s oscura. Pel¨ªculas ambas entre lo m¨¢s comentado de la ¨²ltima hornada de t¨ªtulos con calidad made in USA y que sin su ayuda (y su dinero) nunca habr¨ªan llegado a ser realidad.
¡°Si la ves en un rodaje, parece una ayudante de producci¨®n m¨¢s¡±, seg¨²n un compa?ero
Hasta hace relativamente poco, Megan Ellison no era m¨¢s que una ni?a rica: la hija de Larry Ellison, cofundador de Oracle y magnate de Silicon Valley, la tercera mayor fortuna de EE UU seg¨²n la revista Forbes. Lo cual hace de Megan, junto con su hermano David, ¨²nicos hijos de este millonario, una ni?a rica con todas las letras. Cuando cumpli¨® los 25 a?os, recibi¨® de su padre unos 152,5 millones de euros de una tacada (alguna publicaci¨®n cifra el regalo en 1.525 millones; su leyenda se encuentra abierta a este descomunal baile de cifras).
Margaret Elizabeth naci¨® fruto del tercer matrimonio de Ellison (a estas alturas ya divorciado por cuarta vez). Sus padres se separaron cuando la ni?a ten¨ªa cuatro meses, y su primer cumplea?os lo celebr¨® como hija de millonarios divorciados: de vacaciones en Saint Tropez con pap¨¢, echando carreras en lanchas motoras con los hijos de fortunas saud¨ªes. Mientras, el d¨ªa a d¨ªa lo pasaba con mam¨¢, en su California natal, participando en toda competici¨®n ecuestre que se le cruzara por delante. Y de ni?era, nada mejor que la televisi¨®n, disfrutando de pel¨ªculas como Regreso al futuro, en su opini¨®n la mejor trilog¨ªa que existe en cine, o de comedias como Un mar de l¨ªos, su otra cinta preferida.
Hasta ah¨ª el t¨®pico de esta historia, porque en el resto la joven Ellison est¨¢ rompiendo los moldes. Nadie quiere hablar de ella a cara descubierta porque si hay algo que la millonaria no busca es publicidad. Reticente a la luz p¨²blica, todav¨ªa no ha concedido una entrevista, aunque la puedes seguir en Twitter sin problemas (@meganeellison). Un claro producto de su generaci¨®n. En las distancias cortas tambi¨¦n prefiere no ser presentada. ¡°Y si la encuentras en un rodaje, piensas que es una ayudante de producci¨®n m¨¢s¡±, explican quienes trabajaron con ella en The master. La revista Vanity Fair, m¨¢s dada a contar en sus p¨¢ginas la vida de un Hollywood con glamour, la describi¨® como ¡°guapa, pero algo subida de peso, cargada de hombros y con cierto aire pasota¡±, alguien que va de ¡°chicote y grunge¡± y a quien todos conocen vestida con botas de militar, pantalones vaqueros y camisetas de Led Zeppelin o similar. Menos en la alfombra roja, donde siempre aparece con esmoquin negro y con aire de querer salir de ese uniforme. Pero lo que menos importa es su atuendo. Como dijo Joaquin Phoenix, Megan es ¡°el Han Solo del cine¡±, capaz de salvar el d¨ªa. M¨¢s culto, el director Andrew Dominik prefiri¨® comparar a la heredera con John Grady Cole, el joven vaquero de Todos los caballos bellos que interpret¨® Matt Damon, alguien que pasa de discutir y se sale con la suya. Y si nos ponemos profesionales, la revista The Wrap dio en el clavo cuando la incluy¨® entre los 10 productores dispuestos a cambiar la faz de Hollywood. Como resumi¨® Brad Pitt a la prensa, Megan es uno de esos pocos financieros independientes ¡°m¨¢s interesados en el contenido que en los beneficios¡±. Sin ellos, a?adi¨® el protagonista de M¨¢talos suavemente, otra de sus ¨²ltimas cintas, ¡°las pel¨ªculas arriesgadas y dif¨ªciles de vender no llegar¨ªan a la pantalla¡±. Como parafrasea Ellison en Twitter que dijo Walt Disney, ¡°no hacemos cine para hacer dinero. Hacemos dinero para hacer cine¡±.
M¨¢talos suavemente pertenece a la hornada de producciones de 2012. Lo mismo que La noche m¨¢s oscura, The master y Lawless. Y entre los proyectos venideros se encuentran la pr¨®xima pel¨ªcula de Spike Jonze (Her) y la de Bennett Miller (Foxcatcher). Y la adaptaci¨®n de Mark Boal (guionista de La noche m¨¢s oscura) de The boy who kicked the hornet¡¯s nest, centrada en el creador de Wikileaks, Julian Assange, y la pr¨®xima pel¨ªcula de David O. Russell, de nuevo junto a Bradley Cooper. Y probablemente todo lo que haga Paul Thomas Anderson de aqu¨ª a la eternidad, porque Ellison es una de sus m¨¢s fieles seguidoras. El grupo de beneficiados de este mecenazgo es reducido, pero intenso. Un v¨ªnculo que poco tiene que ver con la industria y m¨¢s con la calidad y el talento. Y, por supuesto, con la habilidad para crear tendencia. Y aqu¨ª es donde empiezan las cr¨ªticas sobre la nueva patrona de las artes.
El amor de Ellison por el cine es tan real como su fortuna. Enamorada de John Cassavetes y Robert Altman, (aparte de Thomas Anderson), Megan se apunt¨®, igual que su hermano David, a la Universidad del Sur de California (USC), por la que pasaron desde su adorado Robert Zemeckis (director de Forrest Gump) hasta Matthew Weiner (guionista de Los Soprano y Mad Men). Y siguiendo los pasos de David, tampoco acab¨® la carrera. ¡°Cuando la gente me pregunta si fui a la escuela de cine, yo les digo: ¡®Fui al cine¡±, retuite¨® Ellison a Quentin Tarantino el d¨ªa en que el director de Pulp fiction cumpli¨® 50 a?os. Prefiri¨® recorrerse el mundo a la vez que comenzaba su carrera como inversora contactando v¨ªa MySpacecon la directora Katherine Brooks, una total desconocida, para expresarle lo mucho que le hab¨ªa gustado una pel¨ªcula suya y anunciarle su deseo de financiarle la siguiente.
Al cumplir los 25 a?os, su padre le regal¨® m¨¢s de 150 millones de euros. As¨ª comenz¨® sus grandes inversiones
En lo personal, alcanz¨® la cima del Annapurna (una secci¨®n del Himalaya m¨¢s accesible que el Everest) y bautiz¨® con ese nombre su productora. Pero todas sus peque?as y primeras incursiones cinematogr¨¢ficas fueron un fracaso que nadie not¨® porque apenas tuvieron repercusi¨®n. Eso hasta que Ellison recibi¨® el m¨ªtico regalo econ¨®mico de su padre y elev¨® la cuant¨ªa de las apuestas: pag¨® de su bolsillo los casi 33 millones de euros de La noche m¨¢s oscura y los 24,5 millones de The master. Sumas m¨¢s elevadas para directores de mayor calibre que navegaban sin rumbo en un sistema en el que las productoras independientes han desaparecido. Con el dinero tambi¨¦n vino un mayor conocimiento gracias al asesoramiento de personas como Bryan Lourd, uno de los pesos pesados de la agencia de talentos CAA, y de David Geffen, uno de los fundadores de DreamWorks y prestigioso productor discogr¨¢fico, amigo personal de la familia y una especie de Yoda para Megan.
Al contrario que su hermano David, tambi¨¦n metido en el cine a trav¨¦s de la productora Skydance y con un fondo de 267 millones de euros del que se est¨¢n alimentando las grandes producciones de Paramount (como la saga de Misi¨®n: imposible, ?G. I. Joe o Guerra mundial Z), Megan prefiere centrar sus operaciones en el cine de autor y con un equipo m¨ªnimo que reduce a su abogado y poco m¨¢s en unas oficinas situadas junto a su vivienda en las colinas de Sunset Strip: tres casas donde aglutina espacio para que sus protegidos puedan descansar, montar sus pel¨ªculas o trabajar, todo ello con una espectacular vista de Los ?ngeles a sus pies. ¡°Su deseo es crear esa parada ¨²nica donde los realizadores encuentren todo lo que necesiten¡±, indic¨® a la prensa Michael Benaroya tras colaborar con ella como financiero al comienzo de sus andaduras en Hollywood.
El poder de Ellison floreci¨® con sus t¨ªtulos, pero, a su pesar, su anonimato se ha ido diluyendo. Lo que, en principio, figuras como Amy Pascal describ¨ªan como una gran pasi¨®n por el cine ¨C¡°lo que nos llev¨® a todos a meternos en esta industria¡±, defendi¨® la copresidenta de los estudios Sony¨C, se ha empezado a percibir como el antojo de alguien que busca nuevas emociones. As¨ª se pueden entender sus tuits en los que frases como ¡°dando vueltas por Shangh¨¢i (con Spike Jonze)¡±, ¡°literalmente embrujada (en el set de David O. Russell)¡± o ¡°no hay nada como una tormenta de arena para parar un rodaje¡ la diversi¨®n contin¨²a¡± suenan m¨¢s pr¨®ximas a las de quien disfruta las vacaciones de su vida con la gente m¨¢s atractiva del momento que a una Juana de Arco sacrific¨¢ndose en aras de salvar un cine de calidad.
Sin personas como ella, ¡°las pel¨ªculas arriesgadas nunca llegar¨ªan a las pantallas¡±, ha comentado Brad Pitt sobre la emergente productora
Adem¨¢s est¨¢n esos otros juicios como los de Sharon Waxman, vitri¨®lica comentarista de Hollywood, que titul¨® hace poco un art¨ªcu?lo de opini¨®n: ¡°Por qu¨¦ bienintencionados millonarios como Megan Ellison pueden arruinar la industria del cine¡±. Su premisa es exagerada, pero el trasfondo, claro: por muy magistral que sea la obra de Thomas Anderson, el presupuesto de 24,5 millones de euros para The master nunca fue realista, como demostr¨® una recaudaci¨®n inferior a 20 millones (la industria tradicional le ofrec¨ªa 15 millones). No es el primer fracaso de Hollywood ni ser¨¢ el ¨²ltimo. Pero, como dice Waxman, por mucho que Ellison quiera ser ¡°una Medici del mundo actual¡±, la realidad de la industria demuestra ¡°que cada fracaso aniquila un proyecto que comienza¡±. Uno no puede pasar de grunge en Harley-Davidson a rebelde en Aston Martin con ocho candidaturas a los Oscar sin esperar cr¨ªticas.
Pascal, copresidenta de Sony Pictures, sali¨® en su defensa con la baza feminista, asegurando que, de no ser mujer, Ellison no ser¨ªa objeto de tales comentarios. Puede. Quiz¨¢ tampoco se hablar¨ªa de ella y ser¨ªa uno m¨¢s de los tontos con dinero que se enamoran de Hollywood. De nuevo, no tan tontos. Porque entre los futuros proyectos de la joven Ellison est¨¢n los 15 millones de euros que ha pagado junto con su hermano por los derechos del pr¨®ximo Terminator, el quinto, ese que Arnold Schwarzenegger coment¨® que le gustar¨ªa hacer y que entra dentro del Hollywood m¨¢s tradicional y m¨¢s opuesto a su actual mecenazgo. Y siguiendo los pasos de su padre, magnate tambi¨¦n del sector inmobiliario con propiedades en EE UU y Jap¨®n, adem¨¢s de controlar la isla hawaiana de Lanai entera, si todo falla, Megan cuenta con las instalaciones de su mecenazgo en las colinas de Sunset Strip. Est¨¢n valoradas en 25 millones de euros, un precio que ni la peor burbuja inmobiliaria conseguir¨ªa enfriar.
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