El futuro en el que no iba a estar Ben Bradlee
El que fuera director del ¡®Washington Post¡¯ sab¨ªa que Internet terminar¨ªa siendo el jefe de la prensa
Han pasado solo cinco a?os desde que Ben Bradlee, sentado en su peque?o despacho de exdirector del Washington Post, dijera que se sent¨ªa feliz ante la evidencia de que el futuro del periodismo se iba a escribir sin ¨¦l. Bradlee ten¨ªa entonces 88 a?os, el peri¨®dico que hab¨ªa dirigido en medio de las turbulencias del caso Watergate que tumb¨® a Nixon se adentraba en el oc¨¦ano de la disyuntiva papel / digital y ¨¦l se dedicaba a vigilar que no se le escapara al diario de la familia Graham el talento que nac¨ªa en la prensa de provincias. Era en aquel momento el padre y el abuelo del Post.Ahora es probable que se sienta a¨²n m¨¢s antepasado.
En aquel entonces ya ¨¦l estaba seguro de que Internet acabar¨ªa siendo el jefe del cuadro de mandos de la prensa, pero no vislumbraba que eso pasara sin lo que significaba la familia Graham, que durante ocho d¨¦cadas se dedic¨® en exclusiva a favorecer el periodismo tal como lo conceb¨ªan la matriarca Katherine y el propio Bradlee. Esa hora ha llegado, y lo que sucede no es tan solo una coyuntura empresarial. Cambia el concepto (y eso tiene que ver con la propiedad) y cambia todo: es una revoluci¨®n, y no se sabe qu¨¦ viento viene despu¨¦s.
Al tiempo que ¨¦l hablaba de ese futuro hubo otro hecho simb¨®lico de lo que pasaba en el otro lado del papel, el mundo del libro: el New York Times avisaba de que las editoriales, acuciadas por la crisis, hab¨ªan dejado de comprar derechos extranjeros y adem¨¢s estaban clausurando sus comit¨¦s de lectura. El papel empezaba a arrugarse en todas partes. Lo que sucede ahora, al menos en el periodismo, es un aviso; quiz¨¢ se precipitan quienes crean que ya todo el papel est¨¢ vendido, pero en esas estamos.
Era un terremoto que en aquel instante conoc¨ªa, en el caso del peri¨®dico que ahora acaba de adquirir el due?o de Amazon, una sola certidumbre, a juicio de Ben Bradlee: la propiedad del peri¨®dico, y por tanto su direcci¨®n empresarial; por decirlo as¨ª, el rumbo que hab¨ªan marcado sus fundadores. Dijo que el Post depend¨ªa de unas pocas acciones p¨²blicas, pero que los Graham (lo que significaban los Graham) ten¨ªan la ¨²ltima palabra, y adem¨¢s esa ¨²ltima palabra ten¨ªa que ver con el periodismo, no con ning¨²n otro inter¨¦s particular o p¨²blico. ¡°William Buffet tiene muchas acciones, pero no puede hacer cambios. Sin embargo, Don Graham, que tambi¨¦n es due?o de muchas acciones, levanta un dedo y los cambios son un hecho. Es el jefe¡±.
Hay que buscar el significado de
Los buenos peri¨®dicos de Estados Unidos, aseguraba entonces el exdirector m¨¢s famoso de la historia del periodismo mundial, ¡°funcionan as¨ª¡±. ¡°Nosotros somos uno de ellos. Otro es The New York Times, que pertenece a la familia Sulzberger¡±. De pronto, todo ha cambiado, pero lleva cambiando al menos un lustro desde que Bradlee dijo eso; y esta misma semana, despu¨¦s de que Jeff Bezos y Don Graham sellaran su acuerdo, el propio New York Times ha dado una noticia que hace un lustro tambi¨¦n hubiera parecido ins¨®lita: el New York Times no est¨¢ en venta.
Al tiempo que Bradlee dec¨ªa que en todo caso est¨¢bamos viviendo ¡°momentos buen¨ªsimos para el periodismo¡±, su colega (y amigo y coet¨¢neo) franc¨¦s Jean Daniel expresaba muy gr¨¢ficamente qu¨¦ iban a ser los peri¨®dicos que ni ¨¦l ni Bradlee iban a ver en el futuro que ellos no iban a vivir. El veterano director de Le Nouvel Observateur levant¨® en vilo un ejemplar de Le Monde y exclam¨®: ¡°Un d¨ªa este papel ser¨¢ un suplemento de una web de Internet¡±.
Bob Dylan lo dijo, el poeta chileno Julio Numhauser lo dijo igual: todo cambia. Ahora todo cambia, no hay vuelta de hoja, dicho sea quiz¨¢ tambi¨¦n con respecto al papel. Que el due?o de Amazon sea el sucesor de los Graham al frente de un peri¨®dico que fue emblema de una era del periodismo abre tantas expectativas como inc¨®gnitas; Bezos dice que esos cambios se tendr¨ªan que hacer ¡°s¨ª o s¨ª¡±, Don Graham explic¨® que solo un hombre como el constructor de Amazon ser¨ªa capaz de llevarlos a cabo para salvar el Post.
En su despacho sin ventanas, el legendario Bradlee dijo aquel d¨ªa, sobre el futuro del oficio, que la sustancia del periodismo era interpretar los hechos, ir m¨¢s all¨¢ de las noticias que ahora ya no eran lo fundamental en los peri¨®dicos, pues estaban en la Red antes de que se dibujaran las p¨¢ginas del papel. Hay que buscar el significado de lo que pasa, pues lo que pasa ya est¨¢ contado; cada d¨ªa, dec¨ªa el maestro, hay menos historias que salgan en papel por primera vez¡ La misma noticia de la venta del Washington Post era vieja cuando la public¨® el Washington Post. En cierta manera, como dijo Jean Daniel, en ese mismo instante ya el peri¨®dico era un suplemento de la web que hab¨ªan escrito mucho antes los periodistas del Post. Ahora bien, como aconsejaba hacer Bradlee, hab¨ªa que despejar una inc¨®gnita: ?qu¨¦ significa este hecho? En eso estar¨¢n trabajando, y quiz¨¢ tarden en concluir su investigaci¨®n, los periodistas que heredaron el esp¨ªritu de Bradlee, Bernstein, Woodward y Graham.
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