Polic¨ªa en bici

Al tener conocimiento de que la Polic¨ªa Local de Granada patrullar¨¢ en bicicleta, no he podido evitar que infinidad de recuerdos fluyan bajo mis escasas canas. Corr¨ªan los a?os cincuenta del pasado siglo cuando mi padre, polic¨ªa local, desempe?aba su trabajo en bicicleta. Omitir¨¦ describir la indumentaria por no provocar ataques de hilaridad. Cuando crec¨ª en edad y conocimiento me relataba sus condiciones laborales: servicios casi eternos por un m¨ªsero salario mensual que apenas alcanzaba las 300 pesetas (algo menos de 2 euros). En aquella ¨¦poca el ¨²nico veh¨ªculo motorizado del citado cuerpo se limitaba a una moto con sidecar, siempre y exclusivamente al servicio del jefe policial. Seg¨²n fue pasando el tiempo se fueron adquiriendo motocicletas, coches, etc¨¦tera y al mismo tiempo, justo es decirlo, se fueron mejorando las condiciones laborales, hasta llegar a nuestros d¨ªas.

No solo recuerdos inundan mis pensamientos, tambi¨¦n algunos temores; pues si se cumplen los deseos de ciertos organismos y el de algunos prebostes pol¨ªticos y econ¨®micos, como el del presidente de la patronal, se podr¨¢n considerar hechos como el que describo, para volver, no solo a las bicicletas, sino a las paup¨¦rrimas condiciones laborales que cre¨ªamos desterradas para siempre.¡ª Manuel Villena L¨¢zaro.