Refundar el PSOE
Rubalcaba debe desatar la tormenta y renovar la apuesta socialdem¨®crata
Hace 134 a?os que se fund¨® el PSOE. Su recorrido es largo. Los mejores momentos de ese partido han sido la consecuencia de la imaginaci¨®n, el riesgo y el sentimiento de posibilidad de sus dirigentes y afiliados. Siempre que ocurri¨® eso, el partido se dividi¨® entre los inmovilistas, partidarios de mantener las cosas como estaban, y los que decidieron romper con la inercia para abrir caminos nuevos que permitieran al PSOE ser ¨²til a la sociedad espa?ola desde la visi¨®n del progresismo y la reforma.
Estamos en los momentos en que el PSOE aparenta ser una estructura anquilosada, que existe por el mero hecho de existir y en el que la osad¨ªa y el riesgo no aparece ni entre sus dirigentes ni entre el conjunto de la militancia que, cada d¨ªa m¨¢s, desconf¨ªa de un partido que no satisface las aspiraciones de quienes desear¨ªan ver otra forma de estar en la sociedad actual. Es como si se estuviera a la espera de la liquidaci¨®n por derribo.
Nadie duda de la capacidad, fortaleza, lealtad y sabidur¨ªa de la persona que ocupa la Secretar¨ªa General del PSOE en estos momentos, pero todos saben que su direcci¨®n est¨¢ cruzando la l¨ªnea que separa la eficacia para entrar en la inercia.
No parece que en el horizonte se vislumbren se?ales que indiquen que el socialismo espa?ol ha decidido emprender nuevos rumbos; ni siquiera los ardientes defensores de la nueva forma de elegir a sus dirigentes son capaces de entusiasmar a quienes dudamos razonablemente de ese proceso que, hasta la fecha, siempre se ha convertido en un acto fallido, al estilo de las ¨²ltimas primarias de los socialistas andaluces.
Es evidente que la conferencia de noviembre ser¨¢ un quiero y no puedo
La conferencia pol¨ªtica prevista para el mes de noviembre tiene toda la pinta de volver a decepcionar a los que desear¨ªan una ducha de agua fr¨ªa que haga despertar el af¨¢n renovador que el PSOE lleva en su interior. Las primarias con participaci¨®n de simpatizantes y la apuesta por el federalismo ser¨¢n los dos titulares que marcar¨¢n esa conferencia. Es decir, nada, porque la prensa se tirar¨¢ a lo f¨¢cil para desatar la guerra interna entre partidarios o detractores de los que medi¨¢ticamente se ha decidido que sean los candidatos en liza. Y digo medi¨¢ticamente porque hasta el momento no se saben muy bien las razones por las que los nombres que han sonado y sonar¨¢n re¨²nen los requisitos o los avales que permitan confiar en su liderazgo para un nuevo PSOE.
No tengo nada en contra de la celebraci¨®n de cuantas conferencias sean necesarias, pero el menos avisado de los polit¨®logos sabe que la de noviembre ser¨¢ un quiero y no puedo, porque faltar¨¢ la salsa que proporciona la celebraci¨®n de un Congreso extraordinario donde, adem¨¢s de resoluciones pol¨ªticas, se conoce qui¨¦nes ser¨¢n las personas encargadas de tratar de llevarlas a buen puerto. La Conferencia ofrece estabilidad. Mientras que el Congreso extraordinario ser¨ªa un paso a lo desconocido si el aparato del partido decidiera abrir las puertas a todas las posibilidades. Y esa puerta abierta arrastrar¨ªa al PSOE al riesgo, a lo no previsible. En una sociedad como la que tenemos, donde lo que deber¨ªa contar deber¨ªa ser la formaci¨®n, la inteligencia, la osad¨ªa, el riesgo, la diversidad y la imaginaci¨®n, el PSOE tendr¨ªa la obligaci¨®n de dirigirse a ese nuevo sitio. Y hacia ah¨ª habr¨ªa que caminar con quienes se atrevan a emprender ese recorrido.
?Y qui¨¦nes re¨²nen esas caracter¨ªsticas para acometer con ¨¦xito esa aventura? La respuesta son los j¨®venes, sean militantes o no, tengan 25 o 60 a?os. Y con ellos es necesario establecer un pacto, un pacto progresista con la juventud, para poner esa fuerza a favor del proceso de transformaci¨®n que necesita el PSOE y Espa?a, por cierto.
La juventud siempre ha asumido con facilidad el riesgo, sin temor al fracaso, precisamente porque son j¨®venes, porque tienen todo el tiempo y est¨¢n en la edad de aprender y probar de nuevo, una y otra vez. Est¨¢n habituados a los cambios de la nueva sociedad y de la cultura digital: Internet, los tel¨¦fonos m¨®viles, los ordenadores, etc¨¦tera, son solo pasos en un proceso que asimilan con facilidad, a diferencia de las generaciones anteriores. Para ellos, el cambio constante y vertiginoso no es una tragedia que les paralice, sino un paso m¨¢s en su proceso de formaci¨®n y aprendizaje. Y, adem¨¢s, por si fuera poco, tienen la capacidad, la formaci¨®n y la imaginaci¨®n para provocar ellos mismos los cambios. J¨®venes indignados, con un partido bien estructurado y adaptado a la nueva sociedad, son capaces de cambiar un Gobierno y de provocar los cambios que necesita Espa?a en estos momentos.
?En qu¨¦ consistir¨ªa ese pacto con la juventud por el nuevo PSOE?: Vosotros, los j¨®venes, dais vuestra fuerza, vuestra imaginaci¨®n, vuestra formaci¨®n, vuestra osad¨ªa, vuestra capacidad, y el partido, a trav¨¦s de sus ¨®rganos de poder, elimina las trabas que impiden que vuestra fuerza, vuestra formaci¨®n, vuestra imaginaci¨®n, vuestra osad¨ªa, puedan desarrollarse, tener el mando y ser ¨²tiles, desde la direcci¨®n socialista, para vosotros, para el socialismo y para nuestro pa¨ªs.
Ser¨ªa un paso a lo desconocido abrir las puertas a todas las posibilidades
Ya sabemos que lo desconocido produce estremecimiento y, a veces, rechazo; ya se sabe que este planteamiento encontrar¨¢ la oposici¨®n de quienes objetar¨¢n que se dejen las cosas como est¨¢n. Si la generaci¨®n pol¨ªtica de Ram¨®n Rubial, Felipe Gonz¨¢lez, Alfonso Guerra¡ hubiera hecho caso de esas recomendaciones, el PSOE no hubiera tenido la oportunidad de realizar el gran proyecto de transformaci¨®n de Espa?a que supuso el paso de los socialistas por los Gobiernos democr¨¢ticos de la Constituci¨®n de 1978.
La inercia y el desconocimiento conforman un enorme factor de resistencia al cambio. Los cambios no solo no son inevitables, sino que se producen cada vez con m¨¢s rapidez. Y hay cambios de fondo, cargas de profundidad que reinventan los conceptos de identidad, comunidad, organizaci¨®n, frontera, propiedad o participaci¨®n. Los territorios ya son redes y los ciudadanos nodos que se socializan en la Red, y con sus conversaciones digitales han convertido los mercados en algo transparente y global. Hay un nuevo modelo social en ciernes, ya visible en la red, que nos est¨¢ impactando de manera real, pero que todav¨ªa no se est¨¢ en condiciones de apreciar, valorar y utilizar. En la edad digital, asombra que todav¨ªa sigamos con nacionalismos separatistas y separadores.
La vida es demasiado corta como para desaprovecharla haciendo cosas que no nos emocionen. En cada uno de los proyectos que se aborden hay que tratar de poner el coraz¨®n. Si no se est¨¢ feliz con lo que est¨¢ pasando, no queda m¨¢s remedio que asumir la responsabilidad de evitar que la inercia siga recomiendo lo que muchos seguimos considerando un instrumento ¨²til para hacer de Espa?a un gran pa¨ªs.
Desde estas p¨¢ginas hago un llamamiento a ese gran socialista que es Alfredo P¨¦rez Rubalcaba para que desate la tormenta que permita una nueva refundaci¨®n del PSOE; solo ¨¦l tiene la autoridad y la capacidad para poder devolvernos el partido que nos corresponde y que necesita Espa?a para que la opci¨®n socialdem¨®crata est¨¦ ah¨ª, como alternativa a un liberalismo que ni salva al pa¨ªs ni protege las conquistas que cre¨ªamos y dese¨¢bamos irreversibles.
Desde aqu¨ª hago otro llamamiento a cuantos se sientan concernidos y sientan que algo hay que hacer para que levanten su voz y lo hagamos. Lo desconocido es riesgo, pero si no arriesgamos jam¨¢s sabremos que hay otros caminos, otros mensajes, otra forma de ver el mundo, otra forma de encarar la democracia que ha dejado de ser piramidal para convertirse en horizontal.
Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra fue presidente de la Junta de Extremadura.
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