Los ?ngeles que nunca fue
Ideas locas, proyectos arriesgados para una ciudad que se quedaron por el camino El Museo de Arquitectura y Dise?o de Los ?ngeles recupera un centenar de?propuestas futuristas que se pensaron un d¨ªa para la urbe californiana Los bocetos se aparcaron en un caj¨®n y jam¨¢s vieron la luz
Una autopista en paralelo a las playas californianas, gigantescas lagunas artificiales sin fin colgadas en un promontorio y dejando caer el agua en una cascada, un aeropuerto de cristal o un centro c¨ªvico con un cierto aire de acr¨®polis. Estas y otras muchas im¨¢genes arquitect¨®nicas parecen salidas de un sue?o o de la imaginaci¨®n de Hollywood, que a veces sue?a Los ?ngeles como una urbe futurista. Sin embargo, estas fotograf¨ªas son parte de la ciudad que podr¨ªa haber sido, planes arquitect¨®nicos trazados a lo largo de sus doscientos a?os de vida, proyectos pensados por algunos de los mejores arquitectos de la historia, desde Frank Lloyd Wright hasta Frank Gehry. Estas ideas que nunca llegaron a ser realidad forman parte de la exposici¨®n Never built: Los Angeles (Los ?ngeles: nunca construido), que hasta el 13 de octubre tiene abiertas sus puertas en el Museo de Arquitectura y Dise?o de la ciudad.
Son un centenar de proyectos arquitect¨®nicos que, en palabras de los organizadores de la exposici¨®n, Greg Goldin y Sam Lubell, a¨²n se sienten ¡°como fantasmas de la ciudad que pudo haber sido y no es¡±. Porque adem¨¢s de un juego para la imaginaci¨®n, la exposici¨®n pretende ser una llamada de atenci¨®n hacia la riqueza arquitect¨®nica so?ada para una ciudad que atrae y cuenta con una cantera de dise?adores visionarios, pero que, como dijo Norman Mailer, luego no es m¨¢s que el ¡°reino del estuco¡±.
Los ?ngeles carece de grandes gestos en lo que se refiere a innovaci¨®n urbana¡±, afirman los organizadores de la muestra
¡°Los ?ngeles carece de grandes gestos en lo que se refiere a la innovaci¨®n urbana¡±, afirman los organizadores. Es una ciudad que, si bien ha logrado construir edificios emblem¨¢ticos como el observatorio Griffith, el Ayuntamiento de Los ?ngeles o, m¨¢s recientemente, el auditorio Disney Hall, tiene, sin embargo, como foco de atenci¨®n ese cartel publicitario que dio origen a las letras de Hollywood, la marca de identidad por la que es conocida.
Los ?ngeles ha conseguido ser una ciudad vibrante, moderna e innovadora. Al menos esa es la imagen que transmite en el cine. Filmes como Blade runner ofrecen una visi¨®n futurista que adem¨¢s est¨¢ entroncada a edificios existentes en la urbe como el edificio Brad?bury o la casa Ennis, de Frank Lloyd Wright. Pero la realidad es mucho m¨¢s pedestre. La ciudad est¨¢ construida en horizontal, porque tiene todo el espacio del mundo, primando al individuo frente al colectivo. Es una megal¨®polis muy diferente a la que imaginaron arquitectos como Richard Neutra, Paul Williams, Rem Koolhaas, Steven Holl o Jean Nouvel, adem¨¢s de Frank Gehry o Wright.
El s¨ªmbolo de la ciudad es el cartel de Hollywood, y no el auditorio Disney Hall o el observatorio Griffith
Entre sus sue?os est¨¢n esa c¨²pula transl¨²cida que iba a proteger y unificar la galer¨ªa de museos que salpica el bulevar Wilshire. O ese aeropuerto internacional de cristal dise?ado en 1952, centralizado en una columna tatuada con un mapamundi y con una b¨®veda transparente que abr¨ªa la vista del pasajero al cielo. Ni uno ni otro proyecto se hicieron realidad por diferentes razones. Pero en su rechazo subyace el miedo a la innovaci¨®n de una ciudad que pudo haberse adelantado al Guggenheim de Bilbao con el Disney Hall. En lugar de confiar en el dise?o de Gehry, lo menospreciaron, llam¨¢ndolo ¡°el flan¡±. Su construcci¨®n estuvo parada hasta que el ¨¦xito del museo bilba¨ªno demostr¨® la viabilidad y la belleza del dise?o de este canadiense afincado en Los ?ngeles y ganador del Premio Pritzker de arquitectura.
La exposici¨®n en el Museo de Arquitectura y Dise?o incluye tambi¨¦n ideas que, en caso de haberse construido, habr¨ªan sido monstruos de la raz¨®n. Como ese Causeway que acertadamente vet¨® el gobernador Edmund G. Brown en 1965: una autopista de diez kil¨®metros desde Malib¨² hasta Santa M¨®nica por encima del agua, apoyada en una cadena de islas artificiales construidas frente a la costa. O el Marketland, que quer¨ªa convertir el centro de Los ?ngeles en un nuevo Las Vegas, incluidas las r¨¦plicas de famosas estructuras de otros pa¨ªses como las pir¨¢mides de Egipto o la Torre de Pisa. M¨¢s reciente, otro proyecto no realizado es un rascacielos de 148 pisos que Donald Trump quer¨ªa erigir donde estaba el hotel Ambassador, m¨¢s conocido porque all¨ª tuvo lugar el asesinato de Robert Kennedy.
La exposici¨®n incluye ideas que, en caso de haberse construido, habr¨ªan sido monstruos de la raz¨®n
La exposici¨®n tambi¨¦n muestra los diferentes intentos de proporcionar a esta ciudad de un transporte p¨²blico v¨¢lido para los m¨¢s de 18 millones de habitantes de su ¨¢rea metropolitana, quiz¨¢ una asignatura pendiente para Los ?ngeles. Opciones como el monorra¨ªl o ese Metroport planeado para su centro urbano, una especie de intercambiador de transportes para helic¨®pteros, trenes y autom¨®viles, eran ideas transgresoras. Bocetos que, como todos los de esta exposici¨®n, nunca pasaron del dibujo a la realidad. Reflexionan los autores de la muestra: ¡°Al final, las ciudades nunca concluyen. Incluso una vez muertas, sus fantasmas siguen con nosotros influenci¨¢ndonos durante generaciones¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.