La ni?a de Polanski narra su versi¨®n
Samantha Geimer emerge de las sombras con una autobiograf¨ªa casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de haber sido abusada sexualmente por el director
Un primer plano de una rubia adolescente con flequillo ilustra la portada de The Girl. A life in the shadow of Roman Polanski (La chica. Una vida a la sombra de Roman Polanski), la biograf¨ªa de Samantha Geimer que lleg¨® ayer a los estantes de las librer¨ªas de EE UU. Se trata de una de las fotos que el director de cine tom¨® de la autora en v¨ªsperas de sus 14 a?os, en dos sesiones, para un reportaje que supuestamente ser¨ªa publicado por la edici¨®n francesa de Vogue. En el segundo encuentro, en marzo de 1977, adem¨¢s de fotos, hubo champ¨¢n y drogas y la tarde acab¨® en una violaci¨®n, seg¨²n la polic¨ªa de Los ?ngeles, los padres de Geimer y el juzgado.
Lo ocurrido aquel d¨ªa en la casa del barrio de Mullholland, propiedad de Jack Nicholson (el actor estaba en un viaje de esqu¨ª fuera de la ciudad) levant¨® una tormenta que casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s est¨¢ lejos de aplacarse. Hubo una demanda y las partes llegaron a un acuerdo ¡ªel cargo final que el director admit¨ªa era sexo con una menor¡ª, pero el juez dio marcha atr¨¢s en el ¨²ltimo momento.
La fuga de Polanski de EE UU en 1978 y la pol¨¦mica que le acecha desde entonces, con voces que lo defienden y jueces que lo persiguen, ha acallado casi totalmente la voz de la joven ultrajada que se encuentra en el centro de esta truculenta historia. ¡°Soy m¨¢s que la ni?a v¨ªctima de un ataque sexual, la etiqueta que me adjudicaron los medios. Tambi¨¦n me encasillaron mis compa?eros de instituto, empujados por sus padres a mantenerse alejados de esa chica. Ahora cuento mi historia sin ira, pero con un prop¨®sito; compartir una realidad que relatada en detalle me permitir¨¢ reclamar mi identidad¡±, declar¨® Geimer hace un a?o a trav¨¦s de un comunicado de la editorial Atria, cuando se hizo p¨²blico el anuncio de la preparaci¨®n de sus memorias.
Con la ayuda de su abogado, Lawrence Silver ¡ªel mismo que le ayud¨® en la demanda de 1988 contra Polanski, que acab¨® en un acuerdo en 1993 por el que Geimer recibi¨® medio mill¨®n de d¨®lares (380.000 euros)¡ª y la escritora Judith Newman, la protagonista de una de las m¨¢s truculentas historias del Hollywood de los setenta desglosa en 265 p¨¢ginas su versi¨®n de lo acontecido aquel marzo de 1977 y las d¨¦cadas siguientes y, de paso, salda algunas cuentas. No, ella no era una vagabunda, ni una trepa, ni la ambici¨®n de su madre era desmedida. Y s¨ª, aquel Hollywood y aquella ¨¦poca fueron un momento en el que la sexualidad adolescente aparec¨ªa como un fil¨®n y las normas parec¨ªan ser m¨¢s laxas, con Jodie Foster como protagonista de Taxi Driver y Brooke Shields encarnando a la protagonista de Pretty Baby.
A sus 50 a?os, esposa y madre que reparte su tiempo entre Nevada y Hawai, Geimer cuenta que la tarde de su ¨²ltimo y abusivo encuentro con Polanski, tras mantener relaciones sexuales, el director la llev¨® de vuelta a casa de sus padres y les mostr¨® las fotos que le hab¨ªa tomado. Su madre, una aspirante a actriz, y su padrastro, colaborador de la revista Marijuana Monthly, consideraron que aquellas im¨¢genes no eran buenas, ?toples para una revista de moda?
El juicio, con s¨®rdidos interrogatorios y la prensa filtrando cada detalle, con equipos jur¨ªdicos analizando su ropa interior en busca de pruebas, y la posterior fuga de Polanski, dieron paso al consumo de drogas, episodios de promiscuidad y una dolorosa adolescencia para Geimer. ¡°Honestamente, la publicidad que rode¨® el caso fue tan traum¨¢tica que lo que ¨¦l me hizo palidece en comparaci¨®n¡±, escribi¨® en 2003 en Los Angeles Times con motivo de la nominaci¨®n de Polanski como mejor director por El Pianista. El art¨ªculo se titulaba Juzgen la pel¨ªcula, no al hombre y ahora Geimer parece reclamar que se juzgue a la mujer que ha sabido perdonar, no a la v¨ªctima adolescente.
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