Paz Vega contraataca
En Espa?a, la actriz brill¨® como un cometa hace una d¨¦cada Trabaj¨® con los mejores directores y dio el gran salto a Los ?ngeles Tres hijos despu¨¦s y con mucho Hollywood a la espalda, vuelve con seis pel¨ªculas
Paz Vega es esa persona flaquita y menuda que habla por el m¨®vil al final de la calle de Orellana, en el centro de Madrid. Una mujer de 37 a?os que viene caminando por la sombra y cuyo vestido negro le cae hasta las sandalias y le deja al aire los hombros y los brazos de un tono como de plata. Da pasitos hacia delante y media vuelta y teje as¨ª ochos en el suelo, con un bolso diminuto de Cartier en la mano y unas enormes gafas de sol cubri¨¦ndole el rostro a modo de antifaz. Cuelga. Introduce el tel¨¦fono en el bolso y localiza una terraza y se sienta y pide un caf¨¦ a las dos de la tarde. A¨²n sigue con las gafas sobre la nariz. Se la reconoce por el hoyuelo en la punta del ment¨®n. Luego, durante unos segundos, descubrir¨¢ su cara y entonces mirarla produce esa extra?a sensaci¨®n que uno tiene frente a un amigo que se march¨® hace tiempo. Es ella y no es ella. Conserva sus ojos achicados y alegres y del color de la madera viva. Aunque se le ha formado un gracioso abanico de arrugas en los extremos. Y los p¨®mulos resultan notablemente m¨¢s pronunciados. Como si trazaran dos interrogaciones a ambos lados de la boca. ?D¨®nde has estado estos a?os, Paz Vega? En estos momentos, mientras da el primer sorbo de caf¨¦, se encuentra de paso por la ciudad donde salt¨® a la fama. De camino a sus vacaciones en un lugar escondido en el sur de la Pen¨ªnsula. Donde no llega la se?al de los m¨®viles. ¡°Sin recepci¨®n¡±, dice, en lugar de cobertura. El deje estadounidense.
Hubo un momento hace una d¨¦cada en que la actriz sevillana brill¨® como un fogonazo en Espa?a. Siete vidas. Luc¨ªa y el sexo. El otro lado de la cama. Hable con ella. El resplandor alcanz¨® el extranjero. Recibi¨® la llamada para rodar en Hollywood a las ¨®rdenes de un director con un tr¨ªo de oscars en sus vitrinas. Vivi¨® unos a?os a lomos de dos continentes. Ech¨® ra¨ªces en Los ?ngeles. Y desde entonces nunca ha dejado de estar. Pero lo ha hecho de otra forma. En las portadas de Hola a medida que crec¨ªa su familia (tiene tres hijos con el venezolano Orson Salazar). Y en ese enorme cartel de la Puerta del Sol cuando el 15-M tom¨® la plaza. En numerosos anuncios. Y en centenares de alfombras rojas. En sesiones de moda. En calendarios. En todas partes. Pero dej¨® de aparecer tanto en las salas. Es parte de su historia en la meca del cine; de su historia como madre. Y sin embargo, en su conversaci¨®n, burbujeante y sembrada de quiebros c¨®micos, ella menciona que ¡°acaba¡± de venir de rodar aqu¨ª y que le queda por ¡°rechutar¡± otra cosita all¨¢. Da la sensaci¨®n de que la locomotora ha arrancado de nuevo. Tiene seis pel¨ªculas pendientes de estreno. Cuatro de Hollywood. Adem¨¢s de una mexicana. Y otra brasile?a. En sus palabras: ¡°Estoy en un momento, pues no s¨¦ c¨®mo dir¨ªa¡ en un momento productivo. Antes estaba m¨¢s bien en un momento re-productivo¡±.
Estoy en un momento, pues no s¨¦ c¨®mo dir¨ªa¡ en un momento productivo. Antes estaba m¨¢s bien en un momento re-productivo¡±
Por partes. ¡°Acaba¡± de venir de Atlanta, donde ha rodado con Michael Cuesta ¨C Maicol, pronuncia¨C, un director emergente que se encuentra, entre otras cosas, detr¨¢s del ¨¦xito de la serie Homeland, por la que fue nominado al Emmy como mejor realizador. La pel¨ªcula se llama Kill the Messenger y ella interpreta a la mujer de un narcotraficante que se convierte en la garganta profunda de un periodista, al que pone sobre la pista de una trama corrupta de la CIA. Armas para Nicaragua a cambio de droga en Estados Unidos. Una historia real que acab¨® con dos tiros en la cabeza del reportero. ¡°El guion es como wow¡±, dice la actriz. ¡°Potent¨ªsimo. Ahora en Hollywood se est¨¢n haciendo muchos proyectos basados en hechos reales que involucran al Gobierno o destapan alg¨²n esc¨¢ndalo pol¨ªtico. Tipo la de Bin Laden (La noche m¨¢s oscura). Esta tiene ese punto¡±.
Tambi¨¦n ¡°acaba¡± de volver de Toronto, donde se ha transformado en la sacerdotisa de un templo en Pompeya. La primera en percibir, gracias a su brujer¨ªa, que el volc¨¢n va a entrar en erupci¨®n en la pel¨ªcula de cat¨¢strofes Pompeii, bajo la batuta de Paul W. S. Anderson (Resident Evil, Alien vs. Predator, Death race, entre otras joyas de adrenalina y efectos visuales). ¡°Me ha hecho ilusi¨®n: era la primera vez que tomaban un esc¨¢ner de mi cuerpo, para elaborar luego los retoques digitales¡±. Y luego se ha metido en la piel de Maria Callas, en Grace of Monaco, donde el papel protagonista le corresponde a Nicole Kidman. ¡°Ella est¨¢¡ Bueno, es impresionante. Lo m¨ªo es una peque?a colaboraci¨®n. Aparezco en cinco escenas importantes¡±. Y adem¨¢s le quedan por ¡°rechutar¡± algunas secuencias de The Jesuit, un thriller escrito por el guionista de cabecera de Martin Scorsese (suyos son los libretos de Taxi Driver, Toro Salvaje y La ¨²ltima tentaci¨®n de Cristo), en la que interpreta a la mujer de El Jesuita, apodo de un tipo duro que sale de prisi¨®n con sed de venganza. La pel¨ªcula la dirige el mexicano Poncho Pineda, que acaba de meter un pie en Hollywood y con quien la espa?ola rod¨® el a?o pasado en el DF Espectro, a¨²n en posproducci¨®n. Una de terror de esas en las que la protagonista (Paz Vega) se encuentra encerrada en casa y aparece, esta vez s¨ª, en pr¨¢cticamente todos los planos. En resumen: ¡°Han sido personajes muy diferentes. Esto es lo que me gusta de mi profesi¨®n y es algo por lo que lucho: no encasillarme¡±.
?Hay otras formas de decirlo. ¡°Ella tiene una carrera muy diversa, lo cual es bueno y malo¡±, explica al otro lado del hilo telef¨®nico Ignacio Darnaude, quiz¨¢ el espa?ol m¨¢s poderoso de Hollywood, miembro de la Academia de Cine estadounidense (vota en los Oscar) y vicepresidente de Sony Pictures, donde se ocupa de las campa?as de lanzamiento internacional. Se conocieron cuando ella aterriz¨® para rodar Spanglish, de James L. Brooks (el del tr¨ªo de oscars). Ahora son vecinos en West Hollywood, un barrio tranquilo, a un paso del centro, cerca de las tiendas exclusivas, pero lejos de los rascacielos. A veces, Paz se deja caer por su casa con Orson y los ni?os y se ba?an todos juntos en el jacuzzi o se llaman un domingo cualquiera y quedan a desayunar en el Urth, una cafeter¨ªa org¨¢nica de Melrose Avenue. Dos sevillanos que enseguida se juntan y comienzan a hablar ¡°con una complicidad que no se puede tener con gente de all¨ª¡±, dice Paz Vega. ¡°Charlamos de nuestras cosas, de la situaci¨®n en Espa?a o de la Macarena¡¡±.
Se est¨¢ labrando una carrera al estilo de las estrellas de la ¨¦poca dorada de Hollywood¡±, dice Ignacio Darnaude, vicepresidente de Sony Pictures
Antes de convertirse en Paz Vega, Mari Paz Campos Trigos fue, a su juicio, ¡°una ni?a deportista, buena estudiante en un colegio cat¨®lico, con una vida muy normal en Sevilla, viviendo las tradiciones de la ciudad en una familia muy tradicional¡±. La hija mayor de Paz Trigo Vega, ama de casa, y del banderillero Manuel Campos, Campito, del mismo nombre que el abuelo, personaje m¨ªtico de Triana, con quien Paco Rabal pas¨® cinco meses en la pe?a taurina del barrio, absorbiendo sus gestos y sus ademanes para construir su personaje en la serie Juncal. Paz destac¨® desde ni?a como nadadora (fue campeona de Andaluc¨ªa de mariposa), y no descubri¨® la interpretaci¨®n hasta los 16 a?os, cuando el colegio la llev¨® a ver La casa de Bernarda Alba en el Centro Andaluz de Teatro. Estuvo a punto de quedarse fuera con una amiga en un Burger King. Pero se guio por su instinto. Y le ocurri¨® algo que intenta poner en palabras: ¡°Fue entrar en la sala y ya el olor¡ Hubo algo que me hizo como ?uh! Se me eriz¨® todo. Y recuerdo mucho rojo. El tel¨®n echado. Las butacas. Y de repente me siento. Y noto ah¨ª algo¡ Es una de las pocas revelaciones que he tenido en mi vida. ?Bum! Me lleg¨®¡±. Al d¨ªa siguiente cogi¨® la bicicleta y volvi¨® al escenario del crimen y suplic¨® en la recepci¨®n del CAT que le dejaran entrar en sus cursos. Le respondieron que volviera cuando fuera mayor de edad. No se rindi¨®. Sab¨ªa que en un colegio vecino al suyo (Los Padres Blancos; ella estudiaba en el Santa Ana) hab¨ªa cursos amateur. Pidi¨® hablar con el director. Le convenci¨® y la llama comenz¨® a arder.
Su primer profesor de interpretaci¨®n, V¨ªctor Carretero, recuerda a una adolescente met¨®dica, con facilidad para aprenderse los textos y una capacidad innata para la comedia. ¡°No ten¨ªa miedo al rid¨ªculo. Se disfrazaba y te pegabas un panz¨®n de re¨ªr. Pero tambi¨¦n era de las alumnas m¨¢s obsesivas que he conocido. Se lo tomaba como si le estuvieran pagando millones. Una chica alegre y extravertida. Radiante. Alguien que siempre sobresale¡±. Carretero se acuerda adem¨¢s del abuelo, hablando en medio de las representaciones, con desparpajo: ¡°?Qu¨¦ buena es mi nieta!¡±. Y a?ade: ¡°Es algo gen¨¦tico. El talento le corre por las venas. Ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n su hermana Sara [cantante, actriz y bailaora]¡±.
A los 18, Campos Trigo logr¨® entrar en el CAT y se matricul¨® en Periodismo hasta que en tercero decidi¨® abandonar la Universidad (¡°lo que hac¨ªa all¨ª era un parip¨¦¡±). Cogi¨® un autob¨²s y se plant¨® en Madrid y en alg¨²n punto de aquel viaje se cambi¨® el nombre por el de Paz Vega. A los cinco d¨ªas, recuerda, descubri¨® en la Uni¨®n de Actores un cartel buscando int¨¦rpretes para un anuncio. Se present¨® al casting, jug¨® con un bal¨®n de f¨²tbol delante de la c¨¢mara y le dieron su primer empleo (un spot de Loter¨ªas). Poco despu¨¦s pas¨® un mal trago con una representante de una agencia de actores. ¡°Me dijo que con mi acento me fuera olvidando. Que lo primero eran clases de dicci¨®n. Que ella as¨ª no me iba a mandar a ning¨²n sitio. Me cre¨® tal complejo¡ De repente, se meten con tu esencia y tu identidad. Yo soy andaluza, de Sevilla, ?qu¨¦ hay de malo en eso? Esa mujer fue muy cruel¡±.
El prestigioso director de casting Luis San Narciso tuvo mucho m¨¢s ojo cuando apareci¨® en su oficina de la productora Globomedia una reci¨¦n llegada ¡°con un curr¨ªculo horroroso, de esos que cuentan tu color favorito y los deportes que practicas¡±, define la actriz. San Narciso recuerda, en cambio, que se qued¨® impresionado: ¡°Era muy moderna. Pero con elementos de las actrices antiguas. Con esa energ¨ªa¡ Parec¨ªa una Concha Velasco de joven. Es de las mejores cosas que me he encontrado en mi carrera. Estudiosa y disciplinada. Ambiciosa, en el buen sentido. Ahora ha pasado de esa lozan¨ªa a un toque m¨¢s refinado. Pero sigue conservando esa frescura tan buena para la comedia. Se ha afilado. Y en algunas fotos parece absolutamente cambiada. Pero al natural es la de siempre¡±.
No ten¨ªa miedo al rid¨ªculo. Con ella te pegabas un panz¨®n de re¨ªr¡±, recuerda su primer profesor de interpretaci¨®n
San Narciso avis¨® enseguida a los productores de una serie que ten¨ªan en marcha para que la encajaran como fuera: ¡°No quer¨ªa soltarla¡±. Comenz¨® trabajando en Menudo es mi padre, aquella serie de El Fary, mientras la productora preparaba un papel para ella en lo que le vendieron como ¡°un Friends espa?ol¡± (M¨¢s que amigos; Vega asegura que aquel personaje era muy similar a la joven que desembarc¨® en Madrid ¡°con las u?as pintadas de colores y las trencitas¡±). Luego fue profesora en la serie Compa?eros. Y entonces lleg¨® Siete vidas, la sitcom que le abri¨® las puertas del para¨ªso. Al poco logr¨® su primer papel protagonista en el cine con Luc¨ªa y el sexo, de Julio Medem. Su cuerpo desnudo recorri¨® medio mundo. Gan¨® el Goya a la mejor actriz revelaci¨®n. Rod¨® con Almod¨®var y con Vicente Aranda. Y le lleg¨® el billete de ida para atravesar el Atl¨¢ntico. ¡°All¨ª le falta hacer la gran pel¨ªcula¡±, concluye San Narciso. ¡°El ¨¦xito¡±.
Vega es consciente de su singularidad en la industria estadounidense. Dice: ¡°Los grandes nombres los sabe todo el mundo. Luego hay otros, como yo, un poco especiales. Somos de fuera. Y los papeles a los que accedemos son personajes de gente extranjera, obviamente¡±. Y de eso estaba hablando el vicepresidente de Sony, el sevillano Darnaude: ¡°Lo que me gusta de ella es que no se le caen los anillos por rodar, por ejemplo, una pel¨ªcula de acci¨®n. Pero tanta diversificaci¨®n tambi¨¦n juega en su contra: nadie ve en ella la opci¨®n evidente. Aunque, en mi opini¨®n, se est¨¢ labrando una carrera al estilo de las estrellas de la ¨¦poca dorada de Hollywood. Trabajando, trabajando y trabajando. En distintos papeles. Algunas pel¨ªculas funcionan y otras no. Hasta que de pronto se la vea como una gran actriz. Con un gran registro. Y si le sale el papel bueno, que le va a llegar, lo bordar¨¢. Lo tiene m¨¢s dif¨ªcil que otras. No suele ser la primera opci¨®n. Pero ya ha pasado lo m¨¢s dif¨ªcil. Se dio cuenta de que si quieres trabajar aqu¨ª, tienes que quedarte. Hizo lo correcto. Es un trabajo de continuidad. Y adem¨¢s ha mantenido el equilibrio con su familia. Es una madraza de tomo y lomo. Una m¨¢s de Los ?ngeles. Sus hijos est¨¢n totalmente integrados. Van al colegio y al k¨¢rate y al tenis. Y llega la tarde y ella siempre tiene algo. Porque en Hollywood hay que figurar. Y esto lo sabe hacer muy bien. Se la ve en la fiesta de los Oscar y en la de los Globos de Oro, en la que coincidimos. Siempre guap¨ªsima y peinada como la m¨¢s hollywoodiense de todas. Todo eso tambi¨¦n es parte de su trabajo. Que te vean. Y cuando se estrene la pel¨ªcula de Grace¡ y aparezca ella como Maria Callas, la van a llamar. Seguro. No s¨¦ si para rodar el papel de Nicole Kidman. Pero va a tener ¨¦xito¡±.
Un vistazo al cuaderno de bit¨¢cora del paparazi de alfombra roja muestra a una Paz Vega omnipresente y siempre distinta. No repite modelo. Ni estilismo. A veces recuerda un poco a Julianne Moore. O se da un aire a Rania de Jordania. Otras muestra una vertiente m¨¢s racial, mexicana, muy latina, con cejas rectas y cabello en un mo?o. En todo tipo de eventos. Posando con el operad¨ªsimo Steven Tyler en los premios de la Fundaci¨®n de Elton John contra el sida. Con Rosario Dawson en los galardones Spirit de cine independiente. En los Premios Charlie Chaplin. En el preestreno en Hollywood de Dolor y dinero, la ¨²ltima de Mark Wahlberg. O en casi todos los acontecimientos del ¨²ltimo Festival de Cannes: en la premi¨¨re de El gran Gatsby, en un c¨®ctel de la marca Bulgari, en otro de Calvin Klein, con Karolina Kurkova en el yate del dise?ador Roberto Cavalli¡
Los grandes nombres los sabe todo el mundo. Luego hay otros como yo, un poco especiales. Somos de fuera. Y accedemos a papeles de gente extranjera¡±
Paz Vega no aterriz¨® en Los ?ngeles con una maleta llena de sue?os y hambre de comerse la ciudad. De hecho, sucedi¨® m¨¢s bien al contrario: ¡°Me vi all¨ª de repente [con el rodaje de Spanglish, en 2004]. Yo ni hablaba ingl¨¦s. Dije: ¡®Esto va a ser puntual y me vuelvo¡¯. No me ve¨ªa en esta ciudad de locos. Pero el agente me insist¨ªa: ¡®Vente, vente para ac¨¢¡¯. As¨ª que fui otros 20 d¨ªas a probar. Y me sali¨® una nueva pel¨ªcula, con Morgan Freeman¡±. Dame 10 razones se estren¨® en 2007 y en Espa?a la vieron 71.701 espectadores. Poca cosa, comparado con su trayectoria. Era una cinta independiente. Pero le abri¨® nuevas puertas, desconocidas hasta el momento. Por ejemplo, la de un apartamento en una fiesta a la que le invit¨® Freeman: llam¨® al timbre y al otro lado del marco sonri¨® Harrison Ford. Continu¨® a caballo entre varios pa¨ªses. ¡°Me he pasado no s¨¦ cu¨¢ntos a?os yendo y viniendo con la maleta. Viviendo de alquiler en alquiler, era algo muy loco¡±. Pero el veneno angelino ya estaba inoculado. ¡°La decisi¨®n definitiva de irme a vivir all¨ª la tom¨¦ cuando empec¨¦ a tener familia¡±. Su hijo Orson Salazar Jr. naci¨® en mayo de 2007. M¨¢s o menos, al a?o la familia compr¨® una casa en la costa oeste de Estados Unidos y poco a poco la sevillana fue encontrando su sitio: ¡°Empec¨¦ a entender el ritmo de vida¡±.
Sin embargo, a medida que se asentaba, daba la sensaci¨®n de que a su carrera le sal¨ªan ciertas grietas. Su ¨²ltima superproducci¨®n al estilo Hollywood fue The spirit (2008), vapuleada por la cr¨ªtica y un fracaso en taquilla, y luego lleg¨® The human contract (en Espa?a se estren¨® con el nombre Bajo la piel; la vieron 490 personas en salas). Y ninguna de sus siguientes pel¨ªculas americanas cruz¨® el oc¨¦ano (The six wives of Henry Lefay, Not Forgotten, Burning Palms y Cat Run). Todas estrenadas entre 2009 y 2011. Se podr¨ªa decir que desapareci¨®. Pero tambi¨¦n se puede ver de otra forma: en esos a?os pari¨® a sus tres hijos. Y nunca dej¨® de trabajar. Hasta le puso voz a un personaje de Madagascar 3 y a un videojuego.
¡°Todos los actores europeos que se van a Los ?ngeles pasan por momentos de ofertas poco exuberantes. Pero creo que Paz ha sabido ir eligiendo personajes. Y ha trabado relaciones y amistad con sabidur¨ªa¡±, seg¨²n la brasile?a Iona de Macedo, una de las art¨ªfices de su salto a la meca del cine. Presid¨ªa Sony Pictures Espa?a cuando James L. Brooks buscaba chica latina para Spanglish. El director llevaba meses a la caza de una inmigrante mexicana reci¨¦n llegada cuando Vega comenz¨® el rodaje (con Sony) de Di que s¨ª, una comedia junto a Santi Mill¨¢n. De Macedo le envi¨® a Brooks material de Paz. Y le concedi¨® unos d¨ªas libres a la actriz para que hiciera la prueba en Los ?ngeles. Le dieron el papel.
Todos los europeos que se van a L. A. pasan por ¨¦pocas de ofertas poco exuberantes¡±, dice la productora De Macedo
Diez a?os despu¨¦s, las dos mujeres han coincidido en El peregrino, un biopic sobre el escritor brasile?o Paulo Coelho cuyo estreno est¨¢ previsto para 2014, y a la que se augura un ¨¦xito proporcional a la cifra millonaria de sus lectores. Paz Vega ha rodado en portugu¨¦s el papel de la amante de un Coelho atormentado, cuando era una estrella del rock, en su etapa m¨¢s oscura, de sexo, drogas y satanismo. Es uno de los seis estrenos que la actriz tiene pendientes. ¡°?Y todos incre¨ªbles!¡±, exclama De Macedo. ¡°?Paz vuelve con toda su fuerza! Es una actriz internacional. Sin fronteras. Intr¨¦pida. Vive en Estados Unidos. Pero le da igual rodar en T¨²nez, Italia o Brasil. Y es una mujer que ha tenido tres hijos en cuatro a?os. Eso aumenta mi admiraci¨®n. Porque ha sabido mantenerse en el mercado sin sacrificar su vida familiar. Hay que tener valor para hacerlo. Y rodar entre tanto The spirit, y con Danis Tanovic [ganador del Oscar a la mejor pel¨ªcula de habla no inglesa en 2001]¡±. Y con los hermanos Taviani (premiados en Cannes y Berl¨ªn), y unos cap¨ªtulos de la serie espa?ola Lex. Y productos menos afortunados, como esas cuatro de Hollywood que nunca saltaron el charco, o Don Mendo rock: ?la venganza?, que film¨® embarazada de su ¨²ltimo hijo.
Vega dice que se adapta a todo. ¡°A lo bueno y a lo malo. Soy como un guante. Cuando hay que trabajar, ah¨ª voy, igual que cuando hay temporadas de menos trabajo¡±. Luego un d¨ªa volvi¨® a escuchar la llamada. El fin del momento reproductivo y el paso a otro productivo. ¡°Es algo que sientes de pronto. Los hijos mayores ya tienen su cole, solo queda el peque?o en casa. Y dije: ¡®Venga, ahora vamos a empezar a leer cosas¡±.
Arranc¨® suave, con dos TV movies italianas de notable ¨¦xito en Europa. Su verdadera resurrecci¨®n comenz¨® con Pedro Almod¨®var. Con ¨¦l ya hab¨ªa rodado El amante menguante, el cortometraje mudo y en blanco y negro de Hable con ella. La llam¨® para Los amantes pasajeros. El director de casting era, c¨®mo no, Luis San Narciso; otra vez intervino con su varita. Paz Vega aparece en un papel breve, como casi todos en la pel¨ªcula. Hace de artista desquiciada. En las im¨¢genes tiene un aire a Frida Kahlo. Sale con el rostro anguloso. Intrigante. Incluso cuesta reconocerla. Como si fuera la misma, pero otra. La nueva Paz Vega. Los amantes¡ fue su primer estreno de 2013. Le quedan otros dos este a?o. Y cuatro m¨¢s para 2014. Esa es su historia reciente. La del lado de all¨¢, contada en el lado de ac¨¢. Con el caf¨¦ reseco ya en los bordes de la taza, se levanta de la mesa y desaparece por la sombra de las calles de Madrid con su vestido negro bailando de un costado a otro. De camino a unas vacaciones ¡°sin recepci¨®n¡±.
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