Paz toma el mando
Cuando Morgan Freeman recuerda por e-mail desde Los ?ngeles sus impresiones sobre su amiga Paz Vega, de forma inconsciente est¨¢ resumiendo su carrera: "En los comienzos me cautivaba; me enamor¨¦ de ella en Spanglish. Luego, al conocerla, me impact¨® lo madura que era a su edad. Ahora que es madre se ha acentuado esa madurez". Tres etapas de un ascenso: primero, el flechazo con la audiencia, a?os de televisi¨®n, peque?as intervenciones en el cine, Luc¨ªa y el sexo (2001) y los premios a actriz revelaci¨®n en Cannes y en los Goya; despu¨¦s, el cambio de registro (comedia en El otro lado de la cama, drama hist¨®rico en Carmen) previo al salto a Hollywood, y tercero... hoy. Vida en Los ?ngeles m¨¢s que en Madrid. Familia numerosa. Varios a?os sin despuntar, pero ni mucho menos estancada: siempre est¨¢ sembrando. Bien explica Freeman (con quien rod¨® Dame 10 razones) que la espa?ola con m¨¢s presencia en el extranjero tras Pen¨¦lope Cruz "no deja de crecer".
"Ya no soy tan impulsiva, me da m¨¢s miedo la incertidumbre. Ahora no estoy sola, dependo de un equipo, mi familia"
"No me llegan guiones de Espa?a. Y s¨ª me gustar¨ªa trabajar aqu¨ª. Estoy pensando en empezar a producir"
Paz Campos Trigo Vega, sevillana, de 1976, que ya desde el libro de familia tiene "mucho de silvestre", ha cambiado sin que nadie, quiz¨¢ ni ella misma, se diera cuenta. La ma?ana de la entrevista, previa a una sesi¨®n fotogr¨¢fica, recibe en bata negra, con el pelo ensortijado de rulos y a¨²n sin maquillar. Enseguida se reconoce su piel blanca, el hoyuelo en el ment¨®n, esos ojos grandes que Paolo Taviani describi¨® como "cine puro". No ha perdido el gracejo y la timidez que Javier C¨¢mara recuerda de sus primeros rodajes; sigue intacta su educad¨ªsima cortes¨ªa, su "no soltarse m¨¢s de la cuenta" en p¨²blico.
Pero hay m¨¢s. Entre recuerdos de seseos en su acento, irrumpen ocasionales expresiones en ingl¨¦s, como goal en vez de meta o team en lugar de equipo. Y su belleza se ha refinado, cl¨¢sica, natural y menos exuberante, lejos de la arrebatadora Carmen, de la ingenua Luc¨ªa, m¨¢s a¨²n de la atolondrada Laura de Siete vidas. Si algo ha conseguido es no encasillarse. Porque en los ¨²ltimos tres a?os, en los que -como reconoce con humor- se ha "dedicado a parir", no ha dejado de trabajar. Su listado de directores de prestigio incluye a los hermanos Taviani (El destino de Nunik), Danis Tanovic (Triage) o, en su pr¨®ximo proyecto, Paul Schrader, guionista de Taxi driver. Una versatilidad que destaca por tel¨¦fono Tanovic, ganador de un Oscar por En tierra de nadie: "Resulta cre¨ªble como una estrella rica o una mujer arruinada, como la vecina de al lado o una fr¨ªa asesina a sueldo".
Cumplidos los 35, lleva la batuta a su ritmo. Ha combinado lo independiente con lo comercial, aunque sin suerte en taquilla (The spirit). Desde Teresa, el cuerpo de Cristo le ha faltado un gran papel protagonista, pero no hay prisa. "No me marco plazos", insiste. "Las cosas van viniendo, la vida te sorprende. Quiero disfrutar". No teme perder oportunidades: cree que para las buenas actrices, y cita a Meryl Streep, Glenn Close o ?ngela Molina, siempre quedan papeles.
Bajo ning¨²n concepto va a perderse un segundo del tiempo con sus hijos ("est¨¢n en una etapa preciosa"). Se adapta a su "horario solar" (se despierta a las 6.00, se acuesta a las 20.00), lleva al colegio a Orson, de tres a?os, cuida de Ava, de dos, y Lenon, de ocho meses. Alguno ver¨¢ en la elecci¨®n de sus nombres un s¨ªntoma de su distancia con Espa?a, pa¨ªs donde ha estado tres a?os sin rodar (hasta Don Mendo Rock: La venganza) y desde el que, al parecer, ya no le ofrecen guiones. "A veces pienso que me tienen muy vista, porque me llegan papeles de Turqu¨ªa, Italia... pero me gustar¨ªa trabajar m¨¢s aqu¨ª, con mis historias. Puede que tenga que crearlas yo... me refiero a producir, no a dirigir, aunque cuesta conseguir financiaci¨®n. No puedo adelantar nada, pero si la monta?a no va a Mahoma...". Zanja r¨¢pido la pregunta sobre si lo que echa para atr¨¢s sea quiz¨¢ su cach¨¦: "Representa lo que t¨² eres, lo que has conseguido a base de dar lo mejor de ti".
Su primer director en Hollywood, James L. Brooks (Spanglish), conserva un cartel de la actriz en su oficina de Los ?ngeles, desde donde contesta al tel¨¦fono. "Siempre sonr¨ªo al verlo: me acuerdo de cuando los dos habl¨¢bamos tan r¨¢pido que el int¨¦rprete de espa?ol se perd¨ªa y nos entend¨ªamos por m¨ªmica", cuenta el realizador de Mejor... imposible. "Paz impresiona por su belleza, pero es inusualmente talentosa, divertida y profesional. A todo el equipo le fascin¨® su entrega".
En esto insiste Javier C¨¢mara, uno de los pocos compa?eros con los que ha repetido (la ¨²ltima vez, en la serie Lex): "Es muy trabajadora, se rehace y sigue creciendo. La he visto m¨¢s madura, da la sensaci¨®n de tener claro ad¨®nde quiere ir".
En realidad siempre ha sido as¨ª, desde el 4 de noviembre de 1996, cuando la hija de un banderillero de Triana, que quiso ser actriz al ver de ni?a La casa de Bernarda Alba, se mud¨® a Madrid, sin contactos y con 90.000 pesetas, a probar en televisi¨®n (Compa?eros) mientras subsist¨ªa como camarera.
-?Echa de menos aquellas aventuras?
-Las tengo, pero de forma m¨¢s controlada. Me da m¨¢s miedo la incertidumbre que antes. Ahora no estoy sola, dependo de un team, mi familia. Ya no soy tan impulsiva.
-Ha renunciado a proyectos.
-Y muy buenos. No dir¨¦ cu¨¢les. He perdido varios por los embarazos, pero el tren vuelve.
-Dicen que la edad es cruel con las actrices.
-No estoy de acuerdo. Si sabes reciclarte, puedes trabajar hasta que te mueras. La cuesti¨®n es madurar con tu edad, seguir activa, no mirar el espejo del pasado ni aspirar a ser siempre la hero¨ªna y la guapa de la pel¨ªcula.
Y no le da m¨¢s vueltas. Mantiene la iniciativa, su af¨¢n por "mirar las cosas a la cara", le quita hierro a las contradicciones. ?Que en algunas entrevistas declar¨® que no le gustaba la imagen de sex symbol? Hoy concilia: "Es un halago bonito". Tambi¨¦n lleg¨® a decir que adi¨®s a las escenas de sexo, o que le gustaba demasiado Madrid como para mudarse a otro pa¨ªs... "Puedo cambiar de opini¨®n. He aprendido de mi profesi¨®n y de la vida: no hay verdades categ¨®ricas, hay que ser flexible".
Si en algo coinciden todos sus colegas consultados es en que le queda mucho por delante; por ejemplo, en comedia, o como Isabel la Cat¨®lica, a la que admira. Las cosas le ir¨¢n llegando sin angustiarse. No acelera, pero no pisa el freno. Tiene claras las prioridades: para ver antes a sus hijos hace coincidir la entrevista con la peluquer¨ªa, su ¨²nico rato libre (tampoco puede decirse que se muera de ganas de hablar), y despu¨¦s de la sesi¨®n de fotos vuela de inmediato a EE UU. En el avi¨®n disfrutar¨¢ de uno de sus pocos placeres: "Un momento para m¨ª, sin los ni?os, para leer, ver una pel¨ªcula, descansar".
Porque ahora Paz Vega va en equipo. Y como madre lleva el tim¨®n, pondera las decisiones, dirige su rumbo. Lo sintetiza James L. Brooks: "Paz ha demostrado su fuerza, porque en Los ?ngeles, esta ciudad hiperactiva, cuesta desenvolverse. Aun as¨ª, ella encuentra momentos para vivir la vida con su familia. Y no creo que eso le perjudique... Al fin y al cabo, lo importante es ser feliz, ?no?".
Musa mediterr¨¢nea
Jane Fonda. Rachel Weisz. Andie MacDowell. En la impresionante lista de actrices que preceden a Vega en L'Or¨¦al Paris hay varios premios Oscar, entre ellos Pen¨¦lope Cruz. Un detalle al que la actriz sevillana, segunda embajadora espa?ola, resta atenci¨®n: "No es cuesti¨®n de seguir sus pasos, les hemos encajado por estilo y car¨¢cter, ya est¨¢". La l¨ªnea que protagoniza, de cuidado para el cabello mediterr¨¢neo (champ¨², acondicionador, mascarilla), muestra la diversidad de bellezas que predica la compa?¨ªa francesa. Y si hace a?os el director de L'Or¨¦al resaltaba la importancia de elegir a portavoces con "carisma y relaci¨®n aut¨¦ntica con la marca", en el caso de Vega (que hab¨ªa sido imagen de pocos productos) est¨¢ claro: "Soy su consumidora desde siempre".
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