Tras las huellas de Bu?uel
Ian Gibson ha pasado los ¨²ltimos siete a?os reconstruyendo la primera mitad de la vida del cineasta aragon¨¦s, muerto hace tres d¨¦cadas. El pr¨®ximo mes publicar¨¢ su monumental trabajo, y Bu?uel tendr¨¢, por fin, biograf¨ªa.
Siete a?os atr¨¢s, cuando ya hab¨ªa publicado con ¨¦xito las biograf¨ªas de Federico Garc¨ªa Lorca y de Salvador Dal¨ª, el historiador y escritor Ian Gibson (Dubl¨ªn, 1939) se propuso llevar a cabo un proyecto que durante mucho tiempo solo hab¨ªa vislumbrado. Cada tanto, en medio de sus investigaciones sobre las vidas del poeta y del pintor, se topaba con el sonoro apellido de un cineasta que hab¨ªa sido ¨ªntimo amigo de sus dos biografiados y guardaba en sus archivos, por si acaso, algunos documentos sobre ese personaje. Poco tiempo despu¨¦s pens¨® que si ya se hab¨ªa ocupado de aquellos, era l¨®gico continuar con este. Despu¨¦s de todo, ?no constitu¨ªan Lorca, Dal¨ª y Bu?uel el tr¨ªo de los grandes creadores espa?oles del siglo XX?
Este hispanista de pelo blanco, gafas finas y rostro colorado siempre ha pensado, fiel a su tradici¨®n anglosajona, que un pa¨ªs sin biograf¨ªas ¡°anda cojo¡± porque su identidad est¨¢ incompleta. As¨ª que el inter¨¦s por el director de El ¨¢ngel exterminador ¨Cfallecido hace ya 30 a?os en M¨¦xico DF¨C termin¨® por apoderarse de ¨¦l cuando se dio cuenta de que no exist¨ªan m¨¢s que ¡°algunos intentos biogr¨¢ficos¡± del artista. ¡°Tampoco es que me extra?ara tanto. Porque hace falta saber varios idiomas y haber sido bi¨®grafo de Lorca y de Dal¨ª para finalmente publicar una obra sobre la vida de Bu?uel¡±, dice Gibson ahora, frente a las casi mil p¨¢ginas de Luis Bu?uel. La forja de un cineasta universal (1900-1938), que la editorial Aguilar publicar¨¢ en octubre.
Es una tarde calurosa en el madrile?o barrio de Lavapi¨¦s. Entre tragos de agua fresca y ante decenas de libros, pel¨ªculas y carpetas ¨Cla base que sustenta su nuevo libro¨C, el autor que a los seis a?os, en su Irlanda natal, estaba ¡°perdidamente enamorado¡± de su ni?era, aclara que lo que ha hecho es apenas ¡°una aproximaci¨®n al realizador¡±. Ir tras las huellas de alguien como Bu?uel, que vivi¨® en Espa?a, Francia, Estados Unidos y M¨¦xico; que film¨® 32 pel¨ªculas ¨Cobsesionado por la religi¨®n, el erotismo, la muerte, el surrealismo y el exotismo¨C que marcaron significativamente la industria cinematogr¨¢fica mundial; que se desenvolvi¨® entre varios de los personajes y acontecimientos m¨¢s importantes del siglo pasado, y que, sobre todo, era un ¡°caballo oscuro¡± renuente a revelar la verdad ¨ªntima de s¨ª mismo, acostumbrado a disfrazarse y a protegerse, no es ¨Cno puede ser¨C una tarea f¨¢cil. Por eso Gibson confiesa con cierta melancol¨ªa y frustraci¨®n: ¡°No pude hacer el libro completo y no veo la posibilidad de hacer la segunda mitad porque ya tengo 75 a?os y cada libro cuesta cinco o siete a?os de trabajo. Tendr¨ªa que ocurrir un milagro: que apareciera un millonario que financiara la investigaci¨®n y as¨ª no tardar tanto con la continuaci¨®n¡±.
El libro abarca hasta 1938, cuando Bu?uel sale de Espa?a rumbo a Hollywood. ¡°Por eso el t¨ªtulo: La forja de un cineasta. Porque en sus primeros a?os, en Arag¨®n, en la Residencia de Estudiantes, en Par¨ªs, en sus primeras pel¨ªculas, est¨¢ todo el trasfondo de lo que vendr¨¢ despu¨¦s en su vida. Ah¨ª est¨¢n los cimientos, y ojal¨¢ mi trabajo sirva para que otros sigan¡±.
El hombre que se hizo espa?ol ¨Cy dej¨® de ser ¡°un guiri¡±¨C en 1984 camina hacia un extremo de su casa, abre la puerta de un peque?o despacho y deja ver m¨¢s libros y m¨¢s carpetas y m¨¢s pel¨ªculas. ¡°Es la segunda parte del material que he utilizado¡±, aclara. Toda la investigaci¨®n parti¨® de los ficheros que reuni¨® durante la pesquisa y escritura de las biograf¨ªas de Lorca y Dal¨ª. A partir de esas notas elabor¨® una cuidadosa cronolog¨ªa con los detalles de la vida de Luis Bu?uel Portol¨¦s (1900-1983). Viaj¨® varias veces a Calanda, el peque?o pueblo aragon¨¦s donde naci¨® el director de Nazar¨ªn, hurg¨® en los archivos municipales y parroquiales, convers¨® ¡°much¨ªsimo¡± con familiares y amigos y recorri¨® ¨Ccon paciencia y pasi¨®n¨C las monta?as circundantes para ver los mismos paisajes que Bu?uel ve¨ªa. As¨ª obtuvo los ¡°datos fundamentales¡± que le permitieron escribir el primer borrador.
Durante cientos de ma?anas, Gibson acud¨ªa al ¡°Archivo Bu?uel¡± de la Filmoteca Espa?ola o al Museo Reina Sof¨ªa, muy cerca de su casa, con una intenci¨®n: encontrar las an¨¦cdotas que importan y los datos precisos. ¡°Y esto solo se hace con pasi¨®n y casi con locura. El libro tiene m¨¢s de 2.500 referencias. Porque soy un maniaco de poner todas mis fuentes para que todo se pueda comprobar¡±, subraya.
Cuando volv¨ªa a casa, despu¨¦s de la siesta revisaba el material reunido durante el d¨ªa y enseguida escrib¨ªa o correg¨ªa alg¨²n folio. Siete a?os despu¨¦s de seguir este m¨¦todo de trabajo (¡°interrumpido por un par de libros: Lorca y el mundo gay y La berlina del Prim¡±), el mismo escritor que se ha ocupado de la perversidad sexual de la clase dirigente brit¨¢nica ha elaborado una biograf¨ªa de colmillos largos y tono ¨ªntimo, a veces emotivo y reflexivo, siempre apasionado, y ha llegado a la conclusi¨®n de que ¡°Luis Bu?uel era un hombre de obsesiones. Obsesiones que ven¨ªan de lejos, insistentes, inmisericordes, y que gracias al milagro del cine y a su enorme talento pudo convertir en material de arte y profundizaci¨®n en la condici¨®n humana¡±.
Ian Gibson no conoci¨® a Luis Bu?uel. ¡°Cara a cara, no. Le escrib¨ª, me contest¨®, pero nunca pude ir a verle a M¨¦xico¡±. Pero esta tarde, el hijo de una pareja que deseaba que su reto?o fuera pastor metodista recalca que Bu?uel ¡°iba siempre con el mito del macho a cuestas, jact¨¢ndose de tener un pene grande, y con un profundo temor al tema gay. En sus memorias, por ejemplo, no menciona para nada a su hermano Alfonso. Todo el mundo sab¨ªa que era abiertamente gay, pero Bu?uel nunca lo menciona y ni siquiera fue a su entierro, que ocurri¨® cuando estaba filmando Viridiana aqu¨ª en Madrid. Mand¨® a su hijo Juan Luis. No es que Bu?uel fuera gay. Es que no aguantaba el tema. Es uno de sus tremendos silencios. Esto influy¨® tambi¨¦n en su distanciamiento con Lorca. Sab¨ªa que su amigo era un genio y lo quer¨ªa mucho, pero era gay: ?qu¨¦ iba a decir la gente?¡±.
En la aventura de su investigaci¨®n, Gibson se detuvo especialmente en el tipo de relaci¨®n que manten¨ªa el cineasta con su madre. ¡°Es profund¨ªsima. El padre muere cuando Luis tiene 23 a?os y la madre se queda viuda muy joven. Bu?uel casi hereda a su madre. Y su madre le adora, es su primog¨¦nito. Ella es guap¨ªsima y era una mujer muy controladora. En esa l¨ªnea va todo¡±.
Luis Bu?uel. La forja de un cineasta universal aporta la historia de la familia del ganador de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1951 por Los olvidados, la influencia de su educaci¨®n religiosa en la totalidad de su obra, los rasgos cosmopolitas que empez¨® a adquirir en el Par¨ªs de los a?os veinte y las caracter¨ªsticas de su espa?olidad que lo acompa?aron a lo largo de toda su vida. Sus p¨¢ginas terminan en 1938. Bu?uel se va a Hollywood; poco despu¨¦s, a Nueva York, y m¨¢s tarde, a M¨¦xico. Le esperan el exilio lleno de a?oranzas, el culto de sus colegas, una sordera utilizada a su conveniencia, un sacerdote dominico para conversar y un hospital en el Distrito Federal para morir.
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