Impuesto fallido
Durante esta crisis el sector m¨¢s protegido ha sido el financiero, todo lo dem¨¢s ha participado en una carrera cuesta abajo
Hay consenso en que durante esta crisis tan larga el sector m¨¢s protegido ha sido el financiero, mientras que todo lo dem¨¢s (empleo, renta disponible, protecci¨®n social...) ha participado en una permanente carrera cuesta abajo. A cambio de tan ingentes ayudas, a la banca se le ped¨ªa someterse a una regulaci¨®n m¨¢s exigente (que volviese a ser el negocio ¡°aburrido¡± que era), para que no volviesen a repetirse tantos abusos, y que pagase algunos impuestos m¨¢s. Todo muy minimalista.
Uno de esos impuestos es el de transacciones financieras (ITF) ¡ªuna versi¨®n de la antigua tasa Tobin¡ª, que antes de las dificultades iniciadas en el a?o 2007 solo demandaban algunas organizaciones de fuera del sistema, como ATTAC, y que poco a poco fue asimilado, por necesidad, por el coraz¨®n de las autoridades econ¨®micas de muchas partes del mundo. Se trataba de una peque?a cantidad porcentual que grava la compraventa de activos financieros, como acciones, bonos, derivados, futuros de productos b¨¢sicos, etc¨¦tera.
A la luz de las discusiones, parec¨ªa que el ITF era cosa hecha; solo quedaba instrumentarlo. Error: las continuas pegas impiden que marche adelante. A pesar de tanta propaganda, todav¨ªa no funciona. Est¨¢ en punto muerto. Es, hasta ahora, un experimento fallido. Por ejemplo, estos d¨ªas se discute en el Tribunal Europeo de Justicia un recurso del Gobierno conservador brit¨¢nico de Cameron contra el ITF, y tambi¨¦n estos d¨ªas los servicios jur¨ªdicos del Consejo Europeo han dictado su ilegalidad tal como quer¨ªa ser aplicado por la Comisi¨®n Europea. En la UE, 16 Estados se quedaron fuera del ITF y 11 a favor (entre ellos, Espa?a), con lo que se generaron dudas sobre su aplicabilidad.
La tasa de transacciones financieras sigue sin aplicarse, con abundantes piedras en el camino
Cuenta Bradom Adams, profesor de la Universidad de Harvard, que cuando Obama lleg¨® a la Casa Blanca pregunt¨® qu¨¦ se pod¨ªa hacer para aumentar la recaudaci¨®n. La respuesta de la mayor parte de sus asesores fue el ITF, pero Larry Summers (que ahora aspira a la Fed) no estuvo de acuerdo y nunca se concret¨®. Pero recuerda Adams que ¡°mucho antes de que Lawrence Summers cobrara 5,2 millones de d¨®lares anuales por trabajar un d¨ªa a la semana o 135.000 d¨®lares por pronunciar discursos en Goldman Sachs¡±, escribi¨® un art¨ªculo que se podr¨ªa traducir como ¡°Cuando los mercados funcionan demasiado bien: defensa moderada de un impuesto sobre transaciones de valores¡±, en el que defend¨ªa claramente el ITF. Ejemplo de lo que dec¨ªa el viejo Marx: la existencia determina la conciencia.
Adem¨¢s de su peque?a capacidad recaudadora, el ITF tiene un gran potencial contrac¨ªclico: podr¨ªa disuadir a las legiones de operadores de alta frecuencia que negocian acciones automatizadas para intentar ganar unos c¨¦ntimos en cada una de las operaciones, sin comportar ning¨²n beneficio econ¨®mico m¨¢s que para ellos y sin crear riqueza.
Como les gusta decir a los economistas, si quieres menos de algo, gr¨¢valo con un impuesto.
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