Dilemas estrat¨¦gicos en Catalu?a
ERC siempre gana y el PSC siempre pierde; solo CiU y PP tienen margen para pactar
Los partidos pol¨ªticos son organizaciones que persiguen dos grandes objetivos: decidir cu¨¢les son los bienes p¨²blicos que se deben proveer en una sociedad y alcanzar el Gobierno para poner en pr¨¢ctica las pol¨ªticas p¨²blicas preferidas. En muchas ocasiones, estos dos objetivos, el ideol¨®gico y el instrumental, no son compatibles, de modo que conseguir el poder a trav¨¦s de las elecciones exige abandonar algunas ideas sobre qu¨¦ bienes p¨²blicos deben ofrecerse.
Se trata de un dilema estrat¨¦gico que debe ser resuelto en una direcci¨®n, la ideol¨®gica, o en la otra, la instrumental. Por ejemplo, en un cl¨¢sico de la ciencia pol¨ªtica, Paper Stones, Przeworski y Sprague demostraron que los partidos socialistas tuvieron que diluir su discurso de clase y apelar a las clases medias para ganar elecciones.
Las posiciones actuales y seguramente futuras de los principales partidos sobre la independencia de Catalu?a responden, en mi opini¨®n, a la intensidad del dilema estrat¨¦gico que afronta cada uno de ellos.
En primer lugar, para ERC no existe una oposici¨®n entre los dos objetivos. Como muestran los resultados de las ¨²ltimas elecciones catalanes o los recientes datos del Observatorio de My World para la cadena SER, cuanto mayor es la movilizaci¨®n a favor de la independencia, mejores son las expectativas electorales de ERC. De hecho, ERC es el ¨²nico actor que gana siempre, ya se avance o se retroceda en el objetivo de la independencia. En ambos casos capitaliza el entusiasmo o la frustraci¨®n de los ciudadanos favorables a la independencia. Por tanto, no cabe esperar cambio alguno en el discurso de ERC: siempre defender¨¢ la celebraci¨®n del refer¨¦ndum en 2014.
?Por qu¨¦ no se ha llegado a un acuerdo? Como en cualquier negociaci¨®n,
el jugador que m¨¢s
tajada saca es el ¨²ltimo en mover
En segundo lugar, al igual que ERC, el PSC tampoco tiene un dilema entre ideolog¨ªa y Gobierno. Como no tiene una posici¨®n firme sobre la independencia, y su alternativa, el federalismo, est¨¢ simplemente fuera de la agenda pol¨ªtica, poco o nada puede hacer en estos momentos. Al contrario que ERC, es el ¨²nico actor que pierde siempre. Cualquier estrategia, incluida la inacci¨®n, le reporta rendimientos electorales negativos. Solo puede esperar el movimiento de otros y tratar de sumarse a la opci¨®n ganadora. A estas alturas del debate la reforma federal de Espa?a para acomodar los nacionalismos parece superada.
Finalmente, CiU y PP s¨ª tienen que gestionar un dilema estrat¨¦gico, lo hacen desde el Gobierno y son, pues, los actores clave. Como qued¨® patente en las elecciones auton¨®micas de 2012 y revelan las diferencias entre Convergencia y Uni¨®, cuando sube el souffl¨¦ independentista, CiU sufre una hemorragia de votos que, de acuerdo de nuevo con el Observatorio de My World para la cadena SER, sit¨²a a la coalici¨®n ya por detr¨¢s de<TH>ERC.
Para una coalici¨®n que ha tenido en sus manos la Generalitat durante m¨¢s de 25 a?os desde el inicio del Estado de las Autonom¨ªas, con unas excelentes relaciones con las ¨¦lites econ¨®micas y financieras catalanas y, adem¨¢s, sin consenso interno sobre la independencia de Catalu?a, perder el poder a cambio de una ruptura con el Estado se antoja un mal negocio.
El dilema que afronta el PP es el contrario. La relaci¨®n tormentosa entre Catalu?a y Espa?a es beneficiosa electoralmente para los populares tanto en Catalu?a como, sobre todo, en el resto de Espa?a. No obstante, nadie en el PP deber¨ªa desear la ruptura con Catalu?a en la medida que ser¨ªa muy perjudicial para la imagen de Espa?a y la capacidad de provisi¨®n de bienes p¨²blicos por parte del Gobierno.
En mi opini¨®n, todav¨ªa hay margen para el acuerdo. CiU puede avanzar en el autogobierno de Catalu?a sin perder el poder. La negociaci¨®n del Estatut es una buena demostraci¨®n. Y el PP puede mejorar sus resultados electorales sin tener que asomarse al abismo del refer¨¦ndum en 2014. ?Por qu¨¦ no se ha llegado a un acuerdo? Como en cualquier negociaci¨®n, el jugador que m¨¢s tajada saca es el ¨²ltimo en mover.
Como CiU y PP saben que el otro afronta el dilema estrat¨¦gico que se?alaba antes, han dejado que el souffl¨¦ haya seguido subiendo a la espera del movimiento del antagonista. Y como no se ha producido, lo que antes se ped¨ªa desde Catalu?a, fundamentalmente el cambio del sistema de financiaci¨®n auton¨®mica, y que ahora parece que se ofrece desde La Moncloa no es ahora suficiente. Pero los dos tienen fuertes incentivos para buscar un punto de encuentro. Y lo encontrar¨¢n.
Ignacio Lago es profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
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