Los m¨¢s buscados de la televisi¨®n
Son el ¡®yin¡¯ y el ¡®yang¡¯. Dentro y fuera de ¡®Homeland¡¯, la serie que se ha convertido en la favorita del presidente Obama Ante el estreno esta noche de la tercera temporada, cazamos a una pareja de ases: Damian Lewis y Claire Danes
Nunca le des caf¨¦ a Damian Lewis. Al menos no le des el caf¨¦ del Chateau Marmont de Los ?ngeles (California). ¡°Estoy como una moto. Entre el desfase horario, el viaje y estos caf¨¦s que parecen soperas¡ ?Lo ¨²nico que les falta es la escalera! ?C¨®mo quieren que me beba esto?¡±, dice cuando lleva bebida m¨¢s de la mitad del enorme taz¨®n sin parar de hablar. El subid¨®n de cafe¨ªna se le nota no solo en la rapidez de su verbo, sino en la intensidad de la mirada, m¨¢s chispeante que nunca bajo la piel blancuzca de este brit¨¢nico pelirrojo de 42 a?os. ¡°No s¨¦ por qu¨¦ me quejo. As¨ª es como empiezo siempre mis d¨ªas de rodaje. El caf¨¦ me da el punto que necesito¡±, admite segundos m¨¢s tarde. Un buen chute de caf¨¦ diario para interpretar al hombre m¨¢s buscado. Al menos en televisi¨®n. Ese que en Homeland es capaz de hacerse pasar por h¨¦roe nacional ¨Cmarine rescatado tras ocho a?os en cautiverio a manos de un grupo islamista armado¨C, candidato a la vicepresidencia estadounidense, agente doble y ahora el terrorista m¨¢s buscado en suelo estadounidense. Protagonista de una serie de culto convertida en tema de conversaci¨®n obligado y que cuenta incluso con el refrendo personal del presidente de Estados Unidos.
¡°Ya nos reiremos cuando el ni?o sea pelirrojo¡±, brome¨® Lewis sobre el hijo de Danes
Las palabras se agolpan de nuevo en la boca de Lewis cuando cuenta una vez m¨¢s la an¨¦cdota del d¨ªa en que se sent¨® junto a Barak Obama en una cena con la prensa y donde el l¨ªder estadounidense se confes¨® un forofo del show, alguien que se apalanca delante del televisor los s¨¢bados por la tarde para una sesi¨®n de Homeland. ¡°Michelle [Obama] se lleva a las ni?as al tenis y yo hago como que voy al Despacho Oval¡±, le confes¨®. Claire Danes, su compa?era de rodaje y de charla, tambi¨¦n estuvo en esa cena. Es la coprotagonista de Homeland y cuenta mucho m¨¢s relajada la misma an¨¦cdota ba?¨¢ndola con un t¨¦ verde y mucha calma. ¡°Es genial que le guste. Eso habla a gritos de la relevancia del show. Es una buena muestra de por qu¨¦ estamos entre lo m¨¢s buscado¡±, resume la actriz estadounidense de 34 a?os. Son el yin y el yang. En la serie y al natural. Una pareja imposible, buscada, comentada y deseada en una trama centrada en el mundo del terrorismo, del patriotismo, del fervor religioso, de la pol¨ªtica y del espionaje. Un ¨¦xito del que 7,5 millones de telespectadores se declaran, como Obama, devotos seguidores. Una pasi¨®n no exenta de cr¨ªticas sobre el realismo de una trama demasiado cercana a la actualidad que vivimos ni de rumores sobre la qu¨ªmica magn¨¦tica de sus protagonistas, un d¨²o que gana los premios a pares. ¡°Yo estoy convencido de que la gente responde porque Homeland es una serie llena de detalles, compleja y que no da un respiro. Porque mantiene la tensi¨®n alta y porque nadie se explica c¨®mo sigo vivo. Porque est¨¢ claro que quieren acabar conmigo. ?Cu¨¢ndo? ?A saber! En la ducha, paseando al perro, comiendo una hamburguesa, de un disparo en la cabeza, con un misil teledirigido¡ Soy un dolor de cabeza para todos, pero me mantienen vivo porque el potencial que ofrece mi personaje es fant¨¢stico. ?Soy t¨®xico! ?Soy el chacal! Todo el que entra en contacto conmigo muere, o ve su vida arruinada, o su mente destrozada. Menos en mi caso, que salgo indemne una y otra vez. ?Como las cucarachas!¡±.
Su discurso es tan imparable como sus gestos. Habla por los codos y con un movimiento de manos inusual para un brit¨¢nico. Gestos que tambi¨¦n contrastan con el comportamiento en ocasiones casi rob¨®tico de su personaje, el sargento Nicholas Brody en Homeland. Lo mismo ocurre con Danes, que en la serie interpreta a la agente de la CIA Carrie Mathison, ese cerebro suspicaz, la primera en sospechar de Brody, la primera en enamorarse de ¨¦l¡ Por no hablar de la bipolaridad que padece y que le provoca tics y obsesiones. En persona, ella es hoy una madre serena y feliz desde hace nueve meses tras dar a luz a su primer hijo, Cyrus, fruto del matrimonio junto al tambi¨¦n actor brit¨¢nico Hugh Dancy. ¡°Eso es lo bueno de Carrie, que es mi ant¨ªtesis. As¨ª nuestras personalidades no se cruzan. Ella est¨¢ aislada, ahora m¨¢s que nunca, navegando en un mar de desconfianza, y yo nunca he sido m¨¢s feliz en mi vida¡±, articula la reina de la televisi¨®n con el reposo que parece haber perdido su compa?ero de rodaje.
El magnetismo de los polos opuestos. Es lo que atrae no solo al p¨²blico, sino a ellos mismos. Porque la tensi¨®n entre Danes y Lewis es tal que hasta el brit¨¢nico se permiti¨® ironizar meses atr¨¢s sobre el embarazo de su compa?era de viaje. ¡°Ya nos reiremos cuando el ni?o sea pelirrojo¡±, dijo en broma. Hubo publicaciones que se lo tomaron en serio a pesar de que los dos actores est¨¢n felizmente casados. Quiz¨¢ por ello, ambos se limitan ahora a hablar de la profesionalidad de su partner televisivo. Incluso el bromista de Lewis opta por el silencio. ¡°Claire es capaz de darlo todo en una secuencia y al segundo siguiente, en cuanto dicen ¡®corten¡¯, ya est¨¢ en su silla fuera de personaje. Su vida est¨¢ perfectamente compartimentada¡±, admite este actor cuyo ¨²nico m¨¦todo interpretativo durante los cinco meses de rodaje en Charlotte (Carolina del Norte) es el de cambiar su acento brit¨¢nico real por ese deje estadounidense que utiliza su personaje. Por su parte, Danes se refiere a Lewis como ¡°familia¡±, pero en contraste al ¡°aislamiento¡± y la ¡°soledad¡± en la que se ve sumido su personaje en la tercera temporada que se estrena hoy en Estados Unidos (Fox, el dial 21 de Canal +, la estrena en Espa?a el pr¨®ximo 3 de octubre en prime time, cuatro d¨ªas despu¨¦s que en Estados Unidos). Porque Homeland se ha permitido el lujo de saltarse todas las convenciones televisivas arrancando su tercera temporada sin Lewis, ausente durante los dos primeros episodios de esta nueva trama, y con el personaje de Mathison alejado de su habitual entorno. Lewis cita exigencias del guion. Las malas lenguas hablan de la necesidad de enfriar la intensidad de sus actores. ¡°Brody ha desaparecido en el laberinto de espionaje y contraespionaje. Mira lo que le pas¨® a Kurtz cuando se perdi¨® r¨ªo arriba en Apocalypse now. En este punto de la historia, Brody es el hombre m¨¢s buscado. ?Est¨¢ escondido o perdido? Mi ¨²nica esperanza es que cuando le volvamos a ver por primera vez sea igual de interesante¡±, dice Lewis sin soltar prenda de m¨¢s. Solo Alex Gansa, el creador de la trama, lleva la explicaci¨®n un poco m¨¢s lejos. ¡°La historia entre Carrie y Brody no ha concluido. La tensi¨®n que existe entre ellos necesita m¨¢s exploraci¨®n¡±.
¡°La tensi¨®n entre ellos requiere exploraci¨®n¡±, dice el creador de la serie
Habr¨¢ m¨¢s contenido en el serial que ya gan¨® seis emmys con su primera temporada y recibi¨® 11 candidaturas al mismo galard¨®n por la segunda. La tercera temporada, inspirada en situaciones reales como el atentado del marat¨®n de Boston o la matanza de Sandy Hook, quiere explorar los da?os colaterales de la violencia y la reacci¨®n de las familias de los que cometieron las atrocidades. Como dice Danes, Homeland sigue proponiendo ¡°preguntas interesantes siempre con un pie entre la realidad de [Edward] Snowden, de Siria y de los ¨²ltimos ataques terroristas, y la ficci¨®n¡±. Conceptos no siempre cre¨ªbles dicen sus cr¨ªticos, que se han quejado de un cierto tufillo a 24 en su trama, serie de la que Gansa y Howard Gordon tambi¨¦n fueron productores. ¡°De casta le viene al galgo¡±, brome¨® Gansa antes de a?adir eso de que si bien preferir¨ªa que las cr¨ªticas no existieran, ¡°dada la audiencia y las 11 candidaturas al Emmy¡±, tampoco las sacar¨ªa de madre.
El productor sabe que su arma secreta en Homeland se llama Claire y Damian. Lo supo desde el primer d¨ªa, cuando escribi¨® el personaje de Carrie con la actriz en mente. Una sorpresa incluso para ella, que nunca vio en Carrie nada suyo. ¡°?Que las dos somos rubias de bote?¡±, bromea contagiada de Lewis alguien que ni se acuerda ya de su verdadero color de cabello, despu¨¦s de la de a?os que lleva de tinte. ¡°Y ella es mucho m¨¢s lista que yo. Lo que quiz¨¢ compartimos es la pasi¨®n¡±, admite la int¨¦rprete. Con Lewis fue todo lo contrario. Son muchos los que piensan que el papel de Brody le fue ofrecido porque ning¨²n int¨¦rprete estadounidense querr¨ªa hacer de traidor a la patria invitado semanalmente a los hogares estadounidenses en la hora de m¨¢xima audiencia. ¡°Me imagino que el concepto de patriotismo es otro en un pa¨ªs tan mestizo como Inglaterra¡±, sopesa Lewis con humor de un rumor nunca confirmado. Lo que s¨ª es cierto es que el nombre del brit¨¢nico lleg¨® a la mesa de Gansa en el ¨²ltimo minuto, ¡°cuando ya peinaba canas¡±. Si el nombre de Danes es parte de Hollywood desde su m¨¢s tierna adolescencia ¨Cdesde la serie My so called life (Es mi vida) o esa rom¨¢ntica y modernizada versi¨®n de Romeo + Julieta¨C, no as¨ª el de Lewis, a quien Steven Spielberg descubri¨® para la industria con la serie Hermanos de sangre. Brit¨¢nico puro, hijo de un agente de Bolsa, cuenta entre sus antepasados con una baronesa y un alcalde de Londres. Por sus venas quiz¨¢ no corra sangre azul, pero su linaje roza la aristocracia. Si la madre de Danes fue su agente, Lewis fue la oveja negra de la familia. Aunque cada vez son m¨¢s los graduados de Eton que se dedican a la interpretaci¨®n (Hugh Laurie, Dominic West, Tom Hiddleston o Eddie Redmayne, adem¨¢s de Benedict Cumberbatch, educado en la todav¨ªa m¨¢s prestigiosa Harrow), est¨¢ claro que el cine no es lo que se espera de ellos. Pero Lewis se labr¨® f¨¢cilmente una carrera tanto en Inglaterra, con trabajos como La saga de los Forsyte, como en Estados Unidos, donde protagoniz¨® la serie Life. Sin embargo, no fue ninguno de estos papeles el que le consigui¨® su trabajo en Homeland, sino una pel¨ªcula menor llamada Keane, donde Lewis luchaba contra la desaparici¨®n de su hija y su propia esquizofrenia. ¡°Y como me confes¨® Gansa, si la pel¨ªcula no hubiera estado en Internet, ni se habr¨ªa molestado en verla. Pero me llam¨® a casa inmediatamente¡±. Lewis tambi¨¦n se lo pens¨®. ¡°Me preocupaban las soluciones f¨¢ciles, que trazaran paralelismos entre el islam y la violencia que se vive en la serie. Pero existe un buen equilibrio entre los actos terroristas y las motivaciones personales. Brody cree en el Cor¨¢n, en Al¨¢, y esta creencia no est¨¢ en absoluto conectada a la violencia. Tambi¨¦n cree en su familia, cree en Carrie. Almas gemelas: ella, bipolar; ¨¦l, v¨ªctima de una experiencia traum¨¢tica. Seres humanos destruidos de los que solo queda la c¨¢scara. Esta temporada nos demostrar¨¢ si son capaces de recuperarse del punto en donde se encuentran¡±.
Lewis ha le¨ªdo el Cor¨¢n. Sus ideas sobre el mundo ¨¢rabe son claras y sopesadas. Con ideas de un ¡°hombre discreto¡± (modo en que se declara respecto a la pol¨ªtica), que vota lo que le dicta su conciencia sin m¨¢s proselitismo y que no tiene un pelo de ¡°activista¡±, pero a quien le interesa mucho la informaci¨®n global. ¡°Mis amigos, incluso los que son actores, tienden a ser muy listos, as¨ª que aprendo de ellos¡±, a?ade el int¨¦rprete. A Danes no le interesa la pol¨ªtica. En lugar de hablar del Cor¨¢n, dedica sus palabras de madre a esos biberones y baberos de la CIA que ha recibido de una amiga que trabaja en la verdadera agencia estadounidense. ¡°Es un contraste divertido y a la vez bizarro con la realidad que vivimos¡±, sopesa la actriz, que ha firmado por siete temporadas con Homeland. Lewis ve el futuro de su personaje en el aire, especialmente este a?o, aunque no duda de que la serie pueda sobrevivir sin ¨¦l durante todo ese tiempo, ¡°a menos que la jodan¡±.
¡°Que la serie le guste a Obama explica que seamos los m¨¢s buscados¡±
En la actualidad, Danes divide su tiempo entre Charlotte y Toronto, donde su marido rueda la tambi¨¦n popular serie Hannibal. A Lewis le pasa algo parecido. Tambi¨¦n casado con una actriz, Helen McCroy, es padre de dos ni?os. Tras pasarse todo el d¨ªa fuera de casa mientras rodaba, la familia cambi¨® su residencia de Estados Unidos por Inglaterra. ¡°Hay mucho de Skype en nuestras vidas¡ Una bendici¨®n de Dios¡±, dice ¨¦l. Es mucho m¨¢s padrazo de lo que su porte y su estilo (buen bailar¨ªn, dicen; gal¨¢n at¨ªpico ¨Cse nota¨C y seguidor del club de f¨²tbol del Liverpool, asegura) hacen pensar.
?Algo en especial que le guste hacer de vuelta a casa? ¡°?Nuestra tradici¨®n? ¡®Bienvenido a casa. Aqu¨ª est¨¢n los ni?os. ?Te veo en un par de d¨ªas!¡±, r¨ªe Lewis. ¡°Nos lo pasamos muy bien juntos, pero tambi¨¦n hay mucho de vida cotidiana, sentados en el atasco para ir al colegio mientras mis hijos est¨¢n cada vez m¨¢s confusos al ver mi foto pegada por las paredes con el cartel de ¡°se busca¡±. Los meses que nos pasamos juntos en plan familia, sin trabajo, son geniales, hasta que llega ese momento en el que te quieres clavar el tenedor en el ojo y volver¡±. Esas son las contradicciones de quien hace un a?o le rob¨® el Emmy a ?Bryan Cranston. Como dijo en ese momento este brit¨¢nico que obedece al clich¨¦ de esos que han de disculparse por todo, es imposible juzgar el arte. ¡°Pero qu¨¦ gran honor es pertenecer a la misma categor¨ªa que estos brillantes actores que han subido el list¨®n de la ?interpretaci¨®n en esta edad de oro de la televisi¨®n¡±.
Lea aqu¨ª el an¨¢lisis de Marcos Ord¨®?ez: 'Caleidoscopio Homeland'
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