Todo por el tabaco

Mira que me hizo reir mi amigo Javier Mar¨ªas, fumador (por t¨®pico suele a?adirse ¡®empedernido¡¯, pero no s¨¦ si en su caso ser¨ªa injusto) y feroz enemigo de la ley antitabaco, con su rechifla de las convenciones, asambleas, congresos, sobre cualquier tema cultural, cient¨ªfico, humanista y hasta ¡°solidario¡±; como hoy gustan de llamar a lo que anta?o eran c¨®cteles de la alta sociedad a beneficio de tuberculosos, en los inmensos salones y hoteles de Eurovegas, rechifla sobre la que se explay¨® en su p¨¢gina del suplemento ilustrado de EL PA?S de los domingos de har¨¢ un a?o o cosa as¨ª.

Me gustar¨ªa que las dudas de Rajoy sobre el proyecto del magnate norteamericano tuviesen, en el fondo, m¨¢s que ver con los prop¨®sitos y promesas del Gobierno de luchar contra la corrupci¨®n nacional que con cualquier relajamiento de la ley antitabaco. A m¨ª, que har¨¢ unos 10 a?os dej¨¦ de fumar ¡ªy aun antes fumaba muy poco¡ª no me importa nada que se fume o no se fume; don Javier Mar¨ªas en mi casa fum¨® lo que quer¨ªa, y hasta me dio un poco verg¨¹enza pedirle que me permitiese abrir la ventana, por el temor de parecerle uno de esos puritanos que hacen de ello cuesti¨®n moral. Lo que me importa es la tremenda fuente de corrupci¨®n que trae consigo el juego, no empezando siquiera por la prostituci¨®n ¡ªcon su enorme incremento del tr¨¢fico internacional¡ª sino por la propia corrupci¨®n econ¨®mica (que el Gobierno, con todo el Parlamento, jura y perjura querer erradicar), que 700 hect¨¢reas de circulaci¨®n monetaria, con profesionales cambistas llegar¨ªan a desencadenar; me importa no s¨¦ si tanto como la permisividad con la prostituci¨®n de lujo que de todas las razas y de todos los pa¨ªses volar¨¢ a ocupar su lugar detr¨¢s de las ruletas en los aviones particulares que los proxenetas profesionales al servicio de Mr. Adelson pongan gratuitamente a su disposici¨®n, tanto como esto, digo, me importa que el Gobierno no tenga la servidumbre (dicen que el propio Rajoy lleg¨® a recibirlo casi como a un jefe de Estado ¡ªpero ser¨¢ una calumnia, ya ver¨¢s¡ª) de rebajarle al magnate, seg¨²n se proyecta, del 45% ¡ªtipo m¨¢ximo para el juego¡ª al 10% de impuesto, o ¡°dotando a los modelos de negocio como Eurovegas con una bonificaci¨®n del 95% en el impuesto de transmisiones patrimoniales¡± [lo entrecomillado va copiado literalmente de EL PA?S, porque no s¨¦ qu¨¦ quiere decir, salvo que consiste en otro beneficio].

Me gustar¨ªa que las dudas sobre el proyecto del magnate norteamericano tuviesen m¨¢s que ver con la lucha contra la corrupci¨®n

Queda la arquitectura, con ese monstruo de los rascacielos no s¨¦ si resucitado con la est¨²pida euforia del 2000, salvo que a?adi¨¦ndole una virtud ol¨ªmpica: ¡°Altius¡±, ¡°a ver qui¨¦n lo hace m¨¢s alto¡±. Hasta los pa¨ªses isl¨¢micos han entrado en esta carrera. Pues bien, nuestro magnate quiere hacer el rascacielos m¨¢s alto de Espa?a. Los partidarios hablan de Las Vegas americanas, pero all¨ª no eran ni son partidarios de plantar centros de juego cerca de los barrios donde vive la gente decente (por eso Las Vegas est¨¢ en un desierto). Los rascacielos de nuestro magnate se ver¨ªan desde todo Madrid, encima de todo Madrid, y es posible que una gran parte de Eurovegas resplandeciese como el infierno durante toda la noche.

Bendito ser¨ªa Mariano Rajoy si, fuese por el tabaco o no tan tabaco, mandase a hacer g¨¢rgaras el nauseabundo proyecto americano, y lograse que el magnate cogiese su avioneta para no volver m¨¢s.

Rafael S¨¢nchez Ferlosio es escritor.