Noticias del Pa¨ªs Vasco
A dos a?os de la declaraci¨®n del cese de ETA, el sectarismo y la confusi¨®n aplazan el desenlace
Este mes se cumplen dos a?os desde la declaraci¨®n de cese definitivo de ETA. El tiempo transcurrido y los intereses de la izquierda abertzale asociados a ese final avalan el car¨¢cter permanente de la decisi¨®n. Ya no hay atentados, aunque tampoco entrega de las armas y disoluci¨®n formal de la banda. Y s¨ª, en cambio, enredos que paralizan el avance hacia ese desenlace, condici¨®n necesaria a su vez para que puedan potenciarse medidas de reinserci¨®n de los cientos de presos de ETA.
Es comprensible la importancia de ese tema para ETA, entre otras cosas porque la inmensa mayor¨ªa de sus militantes est¨¢ en la c¨¢rcel. Lo que explica que haya sido una veintena de exdirigentes presos, los m¨¢s conocidos, quienes este verano asumieran la direcci¨®n efectiva de la banda enviando una circular al conjunto de los reclusos marcando la estrategia a seguir: negociaci¨®n bilateral con los Gobiernos como marco general; y rechazo de las salidas personales, como t¨¢ctica sobre medidas penitenciarias. Era una respuesta a sectores de la izquierda abertzale que tras el fracaso del intento de negociar con los Gobiernos de Espa?a y Francia en Noruega hab¨ªan sugerido iniciativas unilaterales de desarme y aceptaci¨®n de las condiciones legales en materia penitenciaria.
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Los propios dirigentes de la antigua Batasuna dijeron en su momento que el abandono de las armas correspond¨ªa a una decisi¨®n unilateral de ETA, la cual, por otra parte, hab¨ªa acordado, poco antes del cese, transferir a la izquierda abertzale la direcci¨®n pol¨ªtica del movimiento. En el escrito de los jefes presos hay un aparente lapsus en el que reconocen la identidad entre la banda y su brazo pol¨ªtico: para decir que ya han admitido su ¡°responsabilidad pol¨ªtica integral¡± precisan que as¨ª lo ¡°ha asumido¡± la izquierda abertzale.
Es posible que esos jefes consideren que reconocer el mal causado, pedir perd¨®n a las v¨ªctimas, acogerse a medidas individuales de reinserci¨®n son pasos que la organizaci¨®n, o ellos en su nombre, no puede dar. Raz¨®n de m¨¢s para dar el paso que s¨ª pueden: disolver la organizaci¨®n y permitir que los presos gestionen libremente las medidas penitenciarias m¨¢s favorables. O delegar esa tarea en la izquierda abertzale. Pero esta debe a su vez aplicarse lo que reclama a los dem¨¢s: contribuir a ¡°cerrar heridas¡± mediante una ¡°paz justa¡±; es decir, reconociendo la injusticia de los asesinatos que ETA cometi¨® y ellos justificaron. ?Como abrir un ¡°tiempo nuevo¡± si se homenajea a quienes los cometieron? Por discutible que sea la detenci¨®n de los miembros del colectivo de apoyo a los presos Herrira, y la torpe justificaci¨®n dada por el ministro del Interior, no la hay para la apolog¨ªa del crimen que ese colectivo practica.
En un ambiente otra vez turbio por estas cuestiones resulta esperanzador el acuerdo ayer logrado para que el PP vasco se sume al pacto PNV-PSE sobre medidas econ¨®micas, con proyecci¨®n en otros terrenos, que ha venido a cerrar el periodo de 15 a?os de desencuentro entre los partidos que definen la centralidad vasca.
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