Un premio de la Paz parad¨®jico

Antes de ser un premio, Alfred Nobel fue un qu¨ªmico, fabricante de armas e inventor de la dinamita. Cuando un peri¨®dico public¨® prematuramente su necrol¨®gica, en 1888, el art¨ªculo comenzaba: ¡°El marchante de la muerte ha muerto¡±. Alfred Nobel conoc¨ªa mejor que nadie los estragos de las armas y los beneficios de la ciencia cuando se pone al servicio de la humanidad y por eso leg¨® toda su fortuna a los premios.

Incontestablemente, la decisi¨®n de conceder el Nobel de la Paz de 2013 a la Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas (OPAQ) es acorde con la filosof¨ªa de su fundador. (...) Hay que saludar (¡­) la actividad de esta organizaci¨®n y animarla a seguir el trabajo de desmantelamiento, un proceso largo y t¨¦cnicamente dif¨ªcil. (¡­) Pero, tanto el momento elegido como el contexto internacional dan a este Nobel una dimensi¨®n parad¨®jica. La OPAQ est¨¢ en el coraz¨®n de la negociaci¨®n en curso con el r¨¦gimen de Bachar el Asad para la eliminaci¨®n de su arsenal de armas qu¨ªmicas. (¡­) La OPAQ es una agencia t¨¦cnica que no tiene vocaci¨®n de contradecir a los Estados, sino ¨²nicamente de acompa?arles en su decisi¨®n de renunciar voluntariamente a las armas qu¨ªmicas. Trata por tanto con Bachar el Asad, como con cualquier otro r¨¦gimen, incluso aunque contin¨²e involucrado en una guerra civil que ha causado ya 120.000 muertos. El Comit¨¦ del Nobel se encarg¨® de se?alar que hab¨ªa hecho su elecci¨®n en abril, y que su decisi¨®n no estuvo motivada por la situaci¨®n actual de Siria. Pero la ambig¨¹edad est¨¢ ah¨ª, y este premio no debe hacer olvidar la urgencia de un desarme inmediato de Siria.

Par¨ªs, 12 de octubre de 2013.