Marine Le Pen y la extrema derecha
El Frente Nacional sigue ocupando posiciones extremistas a pesar de los maquillajes
Si el Frente Nacional y su dirigente pretenden que los periodistas renuncien a su desagradable costumbre de tildarlos de ¡°extrema derecha¡± (como lo leen), no vendr¨ªa mal:
¡ªque cuando, en plena campa?a presidencial, esta decide ir a Viena para distraerse bailando el vals, no eligiese un baile celebrado por la m¨¢s extremista, la m¨¢s radical y la m¨¢s nost¨¢lgica del hitlerismo de las ¡°corporaciones pangerm¨¢nicas¡± (Le Point, 2-2-2012);
¡ªque cuando aprovecha la ocasi¨®n para proceder a un ¡°intercambio de opiniones¡± con un responsable pol¨ªtico local, no fuera a dar, precisamente, con un hombre como Martin Graf, orgulloso miembro de una Burschenschaft neonazi, antisemita y negacionista (Rue, 31-1-2012);
¡ªque cuando su partido intenta hacer nuevos amigos y, luego, expresa su afinidad con sus nuevos amigos mediante la formaci¨®n de un grupo parlamentario en Bruselas, no escogiese, casualmente, al Partido de la Gran Ruman¨ªa, al FPO austriaco, al Ataka b¨²lgaro, al Partido por la Independencia de Reino Unido, a los italianos de la Alternativa Social, al Vlaams Belang belga..., en resumen, a lo m¨¢s nauseabundo de la extrema derecha europea (L¡¯Express, 7-10-2013);
¡ªque llamase al orden a su sobrina, la diputada Marion Mar¨¦chal-Le Pen, que hace solo unos d¨ªas, y mientras su jefa defin¨ªa entre sonrisa y sonrisa la nueva l¨ªnea de la nueva ¡°guerra sem¨¢ntica¡± (sic), viajaba a Boom, cerca de Amberes, para hablar en un mitin del Vlaams Belang, el gran partido separatista flamenco que predica, entre otras lindezas, el odio a Francia y a todo lo franc¨¦s (Le Monde, 10-10-2013);
¡ªque ella misma se lo pensase dos veces antes de declarar, refiri¨¦ndose al PVV, el partido neerland¨¦s que, para fomentar la paz social en los Pa¨ªses Bajos, no encontr¨® nada mejor que pedir la prohibici¨®n del Cor¨¢n: ¡°Tal vez deber¨ªamos hacer campa?a juntos. Es importante que el elector vea que no estamos aislados y que en todos los pa¨ªses europeos hay movimientos patri¨®ticos igualmente activos¡± (Le Monde, 15-9-2013);
¡ªque cuando un peri¨®dico israel¨ª le pregunta si est¨¢ dispuesta a condenar el r¨¦gimen del mariscal P¨¦tain, encontrase una respuesta m¨¢s inteligente que la que sigue: ¡°En absoluto. Me niego a hablar mal de mi propio pa¨ªs¡± (Haaretz, 8-1-2011);
Hay algunas declaraciones que descienden directamente del fascismo franc¨¦s
¡ªque se asegurase de que en su partido no quedan otros Alexandre Gabriac, el pintoresco consejero regional fotografiado hace dos a?os, ¨¦poca en que era alabado como ¡°el miembro m¨¢s joven del comit¨¦ central del FN¡±, haciendo el saludo nazi ante una bandera con la cruz gamada (Le Nouvel Observateur, 29-3-2011);
¡ªque moderase su ¡°admiraci¨®n¡± por Vlad¨ªmir Putin, as¨ª como su deseo de que Francia ¡°mire hacia Rusia¡± en vez de ¡°someterse a Estados Unidos¡±: la hija de Jean-Marie Le Pen parece no saberlo, pero este tipo de declaraciones (Le Point, 13-10-2013) desciende directamente de la ideolog¨ªa adoptada por el fascismo franc¨¦s desde sus or¨ªgenes;
¡ªque, ya puestos, cuando habla de pol¨ªtica exterior, evitase la ret¨®rica cuartelaria, t¨ªpica tambi¨¦n de la extrema derecha: Francia, la ¡°amante¡± de Estados Unidos... Francia, la ¡°puta de los emires barrigudos¡±... ?Ah, esa man¨ªa de mancillar a su pa¨ªs, de ponerlo por los suelos y regodearse en su supuesta abyecci¨®n! (Le Monde, 15-9-2013);
¡ªque, en tiempos de guerra, se abstuviese de declaraciones susceptibles de debilitar a nuestros ej¨¦rcitos y a su jefe, otra costumbre de una familia pol¨ªtica ¨¢vida de ¡°divina sorpresa¡± y que nunca ha renunciado a la traici¨®n: la sa?a de la se?ora Le Pen durante la guerra de Libia... y durante la guerra de Mal¨ª... y esa forma, en plena crisis siria, cuando su pa¨ªs estaba, con raz¨®n o sin ella, en pie de guerra, de ¡°quitarse el sombrero¡± ante Vlad¨ªmir Putin (Nice-Matin, 13-9-2013), lo que en rom¨¢n paladino llamar¨ªamos una pu?alada por la espalda... Y no sigo, no vaya a ser que la amiga de Bachar el Asad me ponga una demanda;
¡ªque, cuando expresa su odio ¡°f¨ªsico¡± por el expresidente Sarkozy o sue?a, como hace poco (JDD, 12-9-2013), con verlo ¡°esposado¡±, procurase evitar la vieja ret¨®rica de una extrema derecha cuyos electores de derechas terminar¨¢n comprendiendo que nunca tuvo m¨¢s que un enemigo real, y que ese enemigo son ellos y sus representantes tradicionales: la derecha republicana, liberal, moderada;
¡ªque tuviese la honradez de indicar a aquellos observadores tentados de creerla a pies juntillas cuando dice haber ¡°expulsado a los demonios¡± de su partido, las fechas, circunstancias, referencias, textos e intervenciones en los que desaprueba los exabruptos antisemitas que jalonan la carrera de su se?or padre, presidente honor¨ªfico del FN (en realidad, se ha limitado a mencionar sus ¡°formas algo rudas¡±: France Info, 8-7-2013).
Solo son algunos ejemplos.
Podr¨ªa citar muchos m¨¢s.
Quedan a disposici¨®n de aquellos lectores que, por falta de informaci¨®n, podr¨ªan caer en la trampa de la operaci¨®n de marketing pol¨ªtico m¨¢s burda de los ¨²ltimos tiempos.
Por los otros, por aquellos que, con conocimiento de causa, prefirieron pasar del Llamamiento del 18 de junio de 1940 al bando de los terroristas que intentaron matar al general De Gaulle, por aquellos que creen que la salvaci¨®n est¨¢ en un nacional-populismo que es una afrenta viviente a Francia y a su pueblo, desgraciadamente, no se puede hacer nada.
Bernard-Henri L¨¦vy es fil¨®sofo.
Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
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