Tinta espa?ola
Lobezno, Ojo de Halc¨®n o Capit¨¢n Am¨¦rica. Los dibujantes que dan vida a estos iconos de la cultura popular son espa?oles. Un talento sin fronteras que conquista la industria del c¨®mic estadounidense
Los Imposibles Vengadores, uno de los c¨®mics m¨¢s vendidos de la factor¨ªa Marvel, sale de un l¨¢piz murciano. Sus protagonistas, Thor, Lobezno y el Capit¨¢n Am¨¦rica, cobran vida sobre una mesa con vistas al Mediterr¨¢neo. La de Daniel Acu?a, que dibuja y da color a estos iconos de la cultura popular estadounidense y se ¡°hincha a hacer banderas con barras y estrellas¡± desde su casa de ?guilas. Es uno de los puntales de un fen¨®meno -el de los tebeos de superh¨¦roes firmados por artistas espa?oles- que hunde sus ra¨ªces en los a?os cincuenta, pero que disfruta ahora de su momento m¨¢s sobresaliente. El pasado julio, David Aja ganaba dos premios Eisner por su trabajo en Ojo de Halc¨®n: el de mejor dibujante y portadista del a?o. Estos galardones se conceden durante la Comic-Con de San Diego, el sal¨®n m¨¢s influyente de la industria junto al de Baltimore, donde su labor como portadista tambi¨¦n fue galardonada.
La relaci¨®n entre dibujantes espa?oles y superh¨¦roes estadounidenses no es nueva. Rom¨¢n Gubern, historiador de medios de comunicaci¨®n de masas y miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, cuenta que el mercado anglosaj¨®n comenz¨® a nutrirse del talento patrio a mediados del siglo pasado. ¡°Los artistas utilizaban seud¨®nimo, eso s¨ª. Apellidarse Smith daba m¨¢s empaque que S¨¢nchez y, adem¨¢s, en la Espa?a de aquella ¨¦poca hab¨ªa una gran tradici¨®n de negros [gente que escribe, cediendo la firma a otros]. Pese a todo, esta etapa prestigi¨® internacionalmente la escuela espa?ola¡±.
Pero el reconocimiento no es siempre sin¨®nimo de confianza. Cuando Carlos Pacheco aterriz¨® en el mercado estadounidense en los noventa junto a Salvador Larroca, Pasqual Ferry y ?scar Jim¨¦nez, ¡°exist¨ªan ciertas reticencias¡±. Los editores no estaban convencidos de que un grupo de europeos pudiese comprender plenamente a estos personajes. ¡°No tardamos en demostrarles que en todas las provincias del imperio se consum¨ªan los mismos referentes¡±, explica el dibujante. Las dudas sobre su capacidad ¡°para dibujar en ingl¨¦s fluido¡± -como dice Aja- quedaron tan disipadas que en 2005 la editorial le confi¨® el s¨ªmbolo m¨¢s universal del estilo de vida norteamericano despu¨¦s de la Coca-Cola: Superman. Una oportunidad que el gaditano aprovech¨® para reflexionar sobre los clich¨¦s en los superh¨¦roes y colar alg¨²n gui?o ca?¨ª.
En un viaje a Kazajist¨¢n, Pacheco hace compartir vuelo a Clark Kent (que a¨²n no hab¨ªa abandonado el periodismo) con otros corresponsales de guerra, entre los que dibuja a Arturo P¨¦rez-Reverte. Para la Patrulla X idea a un supervillano que guarda un escalofriante parecido con el secretario general del partido socialista. ¡°En realidad era Mahmud Ahmadineyad, pero en el ¨²ltimo momento los jefes se echaron atr¨¢s y para transformarlo r¨¢pidamente le quit¨¦ pelo. El resultado fue un Rubalcaba raruno¡±.
En Espa?a no hay lectores, hay aficionados, si se involucran, se involucran a tope
Los del gaditano no son los ¨²nicos c¨®mics estadounidenses con morcillas espa?olas. Salvador Larroca hizo volar la Ciudad de las Artes de Valencia en un n¨²mero de Iron Man, y Acu?a consigui¨® colar una bandera del ?guilas, FC, en un p¨®ster aniversario de Los Vengadores. Tambi¨¦n intent¨® convertir a su suegro en presidente de EE UU. ¡°Quer¨ªan a un tipo maduro y atractivo y lo descartaron. Tuve que decirle: ¡®Alfonso, no das el perfil con esa barba y esa barriguita¡±, cuenta divertido.
El n¨²mero de dibujantes espa?oles que forman parte de la industria del c¨®mic de superh¨¦roes ha crecido exponencialmente en los ¨²ltimos a?os. De los ¡°cuatro locos¡± que enviaban sus l¨¢minas por fax cuando Pacheco comenz¨® a publicar al casi medio centenar que hoy firman desde grandes series hasta hojas de relleno: Marcos Mart¨ªn, Juan Jos¨¦ Ryp, Pepe Larraz, Emma R¨ªos, Guillermo Mogorr¨®n¡
Seg¨²n el historietista andaluz, este incremento est¨¢ relacionado con la aparici¨®n de los agentes profesionales, que avalan con su prestigio a los nuevos artistas ante las editoriales. Entre los m¨¢s veteranos est¨¢ David Macho. El responsable de Spanish Inq explica este fen¨®meno con argumentos m¨¢s prosaicos. ¡°Salvo honrosas excepciones como Paco Roca [ Arrugas (Astiberri)], para vivir del c¨®mic -pagar las facturas, comer- tienes que trabajar fuera, y el mercado m¨¢s voluminoso es el estadounidense con diferencia¡±. El de Daniel Acu?a es un caso paradigm¨¢tico. Tard¨® un a?o en facturar su primer c¨®mic y cobr¨® por ¨¦l ¡°20.000 pesetas (120 euros)¡±. Luego intent¨® hacerse un hueco en Francia, donde public¨® Claus y Sim¨®n, la historia de un dinosaurio y un payaso, que no le dio demasiadas alegr¨ªas. Finalmente recal¨® en la editorial DC, que casi de inmediato le ofreci¨® un contrato en exclusividad. ¡°Para los sellos de nuestro pa¨ªs, comprar derechos de obras extranjeras es m¨¢s barato que producir. Les sale m¨¢s rentable publicar 15 c¨®mics de DC o Marvel que sacar tres libros de autores propios¡±, remata Macho.
David Aja disiente de las visiones m¨¢s agoreras sobre la escena nacional. ¡°Hay gente como David Rub¨ªn [autor de El h¨¦roe (Astiberri)] que se lo est¨¢n currando a lo bestia para crear industria aqu¨ª, y peque?as editoriales como ?Caramba!, de Manual Bartual, que son la prueba de que no solo existe talento, sino tambi¨¦n iniciativa¡±.
Que entre el portafolio espa?ol hay mucha calidad, resulta obvio. Pero lo mismo sucede en Estados Unidos. ?Por qu¨¦ ir a buscar a Valladolid lo que se tiene en Brooklyn? ¡°El famoso hecho diferencial es la clave¡±, apunta Macho. El agente se refiere al ¡°punto de personalidad¡± que, en su opini¨®n, distingue a muchos autores espa?oles. ¡°Aqu¨ª desde siempre se han le¨ªdo c¨®mics de escuelas muy variadas: manga, europea, americana. Unas influencias t¨¦cnicas y art¨ªsticas que nosotros podemos ofrecer y ellos, que han sido m¨¢s endog¨¢micos durante d¨¦cadas, no tanto. Y eso representa una gran ventaja¡±, sentencia.
Ram¨®n F. Bachs, que ha trabajado para la franquicia de Star Wars y ha dado vida a Batman, ha sido tambi¨¦n testigo de c¨®mo las editoriales han ido abriendo sus miras est¨¦ticas. Cuando comenz¨® a codearse con los superh¨¦roes a principios de los noventa, el g¨¦nero ten¨ªa ¡°unas claves inamovibles¡±. Se buscaban autores que replicasen el estilo cl¨¢sico y no hab¨ªa espacio para la experimentaci¨®n, seg¨²n apunta. Ahora existe una nueva generaci¨®n de directores art¨ªsticos ¡°que prefieren a gente que aporte una visi¨®n distinta de lo que se suele ver y de lo que cabr¨ªa esperar¡±.
Un cambio de actitud que, en palabras de Aja, buscar¨ªa superar un ¡°tipo de dibujo que se qued¨® desfasado hace 20 a?os¡±. Desde luego, su Ojo de Halc¨®n no responde a los estereotipos del c¨®mic can¨®nico: tiene una marcada est¨¦tica pop, toma prestados c¨®digos de la sitcom y se centra en la vida del superh¨¦roe cuando cuelga el traje de lycra, sin olvidar la regla de oro que un editor comparti¨® con Macho: el protagonista debe ¡°cumplir un canon de belleza, como idealizaciones de nosotros que son¡±.
Adem¨¢s, para entender los vol¨²menes de Aja no es necesario haber le¨ªdo ni un solo libro de la saga. Algo ins¨®lito en un mundo donde perderse un cap¨ªtulo es como saltarse una dosis de insulina. ¡°Cada n¨²mero es autoconclusivo, lo que te permite disfrutar de una historia que termina en 20 p¨¢ginas¡±, argumenta. Los premios y el ¨¦xito de ventas -el primer n¨²mero de la serie lleva vendidos 60.000 ejemplares- confirman que el ¡°hecho diferencial¡± triunfa.
La Marca Espa?a representa un anatema para muchos dibujantes espa?oles. Aja denuncia que han intentado englobarle ¡°absurdamente¡± en ella. Y Juan D¨ªaz Canales, guionista de Blacksad, un c¨®mic editado por un sello franc¨¦s y tambi¨¦n galardonado con un Eisner, public¨® una carta en la que ped¨ªa que no se asociase su nombre al proyecto de promoci¨®n de esta plataforma. La pol¨¦mica surgi¨® despu¨¦s de que la web de Marca Espa?a, a la que calific¨® como ¡°esperpento¡±, recogiese la noticia de sus galardones en un art¨ªculo titulado El c¨®mic espa?ol arrasa en todo el mundo.
M¨¢s all¨¢ de escuelas y etiquetas, algo que nadie discute y que constituye una caracter¨ªstica singular del sector espa?ol es el elevado n¨²mero de dibujantes que existe en proporci¨®n al nicho de lectores. Rom¨¢n Gubern recuerda que ¡°Espa?a ha sido siempre uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos en producci¨®n de c¨®mic¡± y que este medio cobr¨® gran trascendencia como campo de batalla ideol¨®gica durante d¨¦cadas: ¡°El guerrero del antifaz era un tebeo de corte fascista, y El Capit¨¢n Trueno surge como una r¨¦plica ideada por V¨ªctor Mora, que era militante comunista. En la ¨¦poca franquista hubo una escuela resistente y disidente: pintar a Carpanta muriendo de hambre era un mensaje muy cr¨ªtico¡±, apunta.
Para Pacheco, esta peque?a idiosincrasia est¨¢ relacionada, esta vez s¨ª, con una suerte de pasi¨®n colectiva. En Espa?a no hay lectores, hay aficionados. Si se involucran, se involucran a tope, asegura el dibujante. ¡°Si no dibujas, haces guiones, y si no, cr¨ªtica. En el tema de la ilustraci¨®n no solemos conformarnos con ser audiencia¡±.
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