Maradona, las drogas y el Papa

"Y ahora, ?Diego, qu¨¦ te gustar¨ªa ser?" Ni un segundo despu¨¦s, la respuesta: "El Papa". Diego Armando Maradona, a sus 53 a?os, sigue siendo el mismo. Sin pelos en la lengua, sin filtros, sin frenos, pol¨¦mico y burl¨®n. Este viernes estaba en Mil¨¢n, en la sede del peri¨®dico m¨¢s vendido del pa¨ªs, La Gazzetta dello Sport. Presentaba a una colecci¨®n de DVDs dedicados a sus fabulosas haza?as en la cancha y a su existencia fuera de lo normal, entre ¨¦xito, lujo, droga, acusaciones de evasi¨®n fiscal, varias relaciones e hijos. El titular elegido encierra el esp¨ªritu del personaje: "Nunca ser¨¦ un hombre com¨²n".

Hac¨ªa ocho meses que el Pelusa no pisaba su dorado pie en tierra italiana, debido a algunos problemas con Hacienda. Sin embargo, los tifosi siguen am¨¢ndole. En la sala eran m¨¢s los forofos del Napol¨¦s que los periodistas llegados para cubrir el retorno a casa del hijo pr¨®digo. En la ciudad se le adora como una especie de divinidad: sus im¨¢genes siguen colgando de las paredes en los hogares, en los bares, al lado de las v¨ªrgenes, de los Santos o del presidente de la Rep¨²blica, en los lugares m¨¢s institucionales. Apareci¨® vestido con mono oscuro y gafas de sol,? cadena al cuello y con una hora de retraso. Quien esperaba no perdi¨® ni una pizca de entusiasmo: en los v¨ªdeos emitidos por la cadena Sky Sport se escuchan coros y v¨ªtores para el nunca olvidado campe¨®n: "Quien ama no olvida", coment¨® ¨¦l.

Lleg¨® igual que como se lo recordaba: sincero, nada diplom¨¢tico, chistoso hasta el l¨ªmite. As¨ª contest¨® ri¨¦ndose a la pregunta sobre sus planes para el futuro y su deseo de ser Papa. Y arranc¨® la en¨¦sima ovaci¨®n de la audiencia. "Es que creo que conmigo en la cancha, Francisco se volver¨ªa tifoso del Napoli. Es un hombre inteligente". Luego se volvi¨® serio y desgran¨® una respuesta m¨¢s formal: "Me gustar¨ªa entrenar el Napoli despu¨¦s de Ben¨ªtez".

Antes de terminar una confesi¨®n sobre su relaci¨®n con las drogas. "En cuatro meses, celebro 10 a?os sin tocar nada", dijo orgulloso. "Ca¨ª en una trampa, rasqu¨¦ el fondo, hice llorar a mi madre y a mis hijas. Por eso os digo: no prob¨¦is nunca esta terrible experiencia".