Decepci¨®n en Panam¨¢
Tras el nuevo fracaso de una Cumbre Iberoamericana urge revitalizar este foro
Panam¨¢ ha constatado la decadencia de las cumbres iberoamericanas inauguradas en 1991. Prueba palmaria de ello es que la ¨²nica decisi¨®n de calado acordada por los mandatarios de los 22 pa¨ªses participantes haya sido la de espaciar las reuniones para convertirlas en bienales de manera que se alternen con las citas de la UE con Am¨¦rica Latina. Este cambio, demandado desde hace casi una d¨¦cada, responde a la necesidad imperiosa de despejar la agenda multilateral de los presidentes, que ahora deben atender a distintos foros latinoamericanos antes inexistentes y que, lejos de lograr mayores sinergias, han fragmentado a la regi¨®n. Este peque?o cambio puede ser, sin embargo, la v¨ªa para revitalizar unas reuniones que languidecen por la ausencia de programas concretos y un trabajo previo m¨¢s profundo capaz de hilvanar pol¨ªticas comunes y acaparar el inter¨¦s general.
Espa?a es, probablemente, el pa¨ªs m¨¢s interesado en reforzar la cooperaci¨®n iberoamericana frente a la competencia de otros espacios que se muestran m¨¢s atractivos para Am¨¦rica, como el Pac¨ªfico. Las razones del fiasco de la XXIII Cumbre Iberoamericana celebrada en Panam¨¢ son diversas y, sin duda, la crisis que castiga a Espa?a ha ejercido una influencia determinante. El empuje de Espa?a, el m¨¢s importante financiador de los encuentros, est¨¢ en horas bajas y la mitad de los mandatarios ha dado la espalda a su ¨²ltima edici¨®n, con las notables ausencias de la brasile?a Dilma Rousseff o el chileno Sebasti¨¢n Pi?era. Sin embargo, este importante foro, del que hay que destacar los contactos bilaterales y los exitosos encuentros empresariales que acoge, lleva demasiados a?os languideciendo.
Como dice con raz¨®n Enrique Iglesias, secretario general saliente de Iberoam¨¦rica, Espa?a cometer¨ªa un error hist¨®rico si no valorara su relaci¨®n con Latinoam¨¦rica. Estas cumbres son una oportunidad ¨²nica para Espa?a y Portugal. Ser¨ªa imperdonable que murieran por inanici¨®n. El nivel de intercambio comercial y de inversiones es demasiado elevado como para descuidar una relaci¨®n que resulta vital para las empresas y los ciudadanos de ambos lados del Atl¨¢ntico. Por eso, no conviene dejarse arrastrar por el derrotismo. Hay que extraer lecciones de lo sucedido en Panam¨¢ e iniciar ya el trabajo para revitalizar estas citas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.