Brasil: algunas pistas para la pol¨ªtica migratoria europea
Esta entrada ha sido escrita por Joao Guilherme Granja, Director del ¡°Departamento de Estrangeiros¡± (inmigraci¨®n, ciudadan¨ªa y refugio) del Ministerio de Justicia de Brasil. Aunque se trata de un estilo diferente al habitual en @3500M, nos ha parecido un texto extraordinariamente sugerente, un motivo para la reflexi¨®n en esta Europa que sostiene un discurso tan diferente.
Tragedias como la del 3 de octubre, a media milla de la isla de Lampedusa, nos solidarizan inmediatamente con las familias de las m¨¢s de 300 v¨ªctimas y nos presentan una vez m¨¢s la urgencia de reflexionar p¨²blicamente acerca de los aspectos humanos de los flujos migratorios. El hecho de que otras muertes y graves violaciones de derechos vinculadas a intentos de cruzar fronteras en todo el mundo se acumulan diariamente en episodios silenciosos, pone de relieve los retos reconocidos en Nueva York hace pocas semanas durante el Di¨¢logo de Alto Nivel de la ONU sobre Migraciones y Desarrollo.
El Di¨¢logo, desde sus momentos preparatorios, ha pretendido ser ambiente para el intercambio de buenas pr¨¢cticas, consulta y valorizaci¨®n de estrategias de cooperaci¨®n, as¨ª como para la formaci¨®n de consensos. Las palabras del Secretario General Ban Ki-moon esclarecen los rasgos generales de este itinerario trav¨¦s ocho puntos: proteger a los derechos humanos de los emigrantes; bajar los costos de la emigraci¨®n; luchar contra toda forma de explotaci¨®n de los emigrantes; proteger especialmente a los emigrantes en contextos de crisis y conflictos; mejorar la percepci¨®n de la sociedad sobre las contribuciones de la inmigraci¨®n; integrar el tema en la agenda de desarrollo; profundizar en trabajo con bases de datos fiables sobre los v¨ªnculos entre migraciones y desarrollo; e intensificar las estrategias de cooperaci¨®n para los temas de emigraci¨®n y protecci¨®n de los emigrantes.
Este proyecto parte del convencimiento de que la inmigraci¨®n debe ser discutida de forma abierta y que la adecuada gesti¨®n de los flujos har¨ªa que todas las partes involucradas pudiesen extraer resultados positivos. Se supone tambi¨¦n que estos desenlaces se pueden alcanzar con el establecimiento de objetivos realistas, compromisos con su implementaci¨®n y monitoreo de sus progresos.
Hay una distancia que debe ser superada entre este plan abstracto y su realizaci¨®n concreta, lo que obliga a los distintos actores en cada contexto a preguntarse c¨®mo interactuar entre s¨ª y con realidades sociales, pol¨ªticas e institucionales individualizadas y complejas en busca de soluciones.
Para el caso brasile?o, este es un ejercicio que abarca al gobierno, a diversos segmentos sociales (incluidos los propios inmigrantes), a redes sociales transnacionales y a organismos internacionales. Consiste en producir cambios institucionales, simb¨®licos y materiales en tres dimensiones:
El primer desaf¨ªo comprende la actualizaci¨®n de las leyes nacionales sobre inmigraci¨®n, la internalizaci¨®n de tratados y acuerdos internacionales y la armonizaci¨®n de los reglamentos administrativos. Se trata de elementos claves para establecer una cultura jur¨ªdica y pol¨ªtica de no discriminaci¨®n, protecci¨®n efectiva de los derechos y prevenci¨®n de sus violaciones. Representa la superaci¨®n de un ¡°d¨¦ficit de derechos¡± generado por sucesivos reg¨ªmenes autoritarios de Brasil que, durante el siglo XX, elegir¨¢n el inmigrante como enemigo de la seguridad nacional y antagonista de los mecanismos de protecci¨®n econ¨®mica y laboral. Un fen¨®meno cuyas consecuencias han sobrevivido a la redemocratizaci¨®n.
El segundo reto es la superaci¨®n de un ¡°d¨¦ficit de coordinaci¨®n y gobernanza¡±, con el establecimiento de medios de coordinaci¨®n entre las instituciones migratorias y entre los tres niveles de Gobierno, en un pa¨ªs con dimensiones continentales. Abarca tambi¨¦n la definici¨®n de competencias institucionales con miras a la integraci¨®n de los inmigrantes en todos sus aspectos: econ¨®mico, social, cultural y productivo.
Estas dos dimensiones deben ser le¨ªdas conjuntamente como parte de un compromiso para abordar el reto de los inmigrantes indocumentados de modo inclusivo y no incriminatorio, as¨ª como crear medidas de atenci¨®n especificas para los ni?os, las mujeres, con respeto a la diversidad sexual y la identidad de g¨¦nero.
La tercera dimensi¨®n plantea un compromiso de escucha, de participaci¨®n y supervisi¨®n social de los procesos de formulaci¨®n y actualizaci¨®n de pol¨ªticas y programas para los inmigrantes que viven en Brasil. Con esto adoptamos la centralidad de la participaci¨®n ciudadana y de la voz y empoderamiento de la persona que inmigra. Este enfoque responde a un ¡°d¨¦ficit de participaci¨®n social¡±, y se concreta a trav¨¦s de la realizaci¨®n en 2014 de la Primera Conferencia Nacional sobre Migraci¨®n y Refugio, un proceso estructurado de escucha, diagn¨®stico y consulta social abierto a los inmigrantes en el pa¨ªs.
Por lo tanto, el establecimiento de estrategias inclusivas y de creaci¨®n de oportunidades para que todos los inmigrantes puedan acceder a un equilibrio sostenible entre identidad cultural y integraci¨®n social plena, se basan necesariamente en el respeto a los derechos humanos, en la no criminalizaci¨®n de los indocumentados y en compartir con las personas migrantes las decisiones que les afectan.
La historia demogr¨¢fica brasile?a ya conoci¨®, a principios del siglo XX, una poblaci¨®n integrada en cerca de un 10% por inmigrantes recientes, n¨²mero que en 2013 se acerca apenas de los 0,6%, despu¨¦s de d¨¦cadas de esfuerzos emprendidos por aquellos reg¨ªmenes autoritarios para contener la inmigraci¨®n. Hoy en d¨ªa vivimos el presagio, as¨ª como la necesidad estrat¨¦gica, de retomar la vocaci¨®n brasile?a para la recepci¨®n de inmigrantes. Esta es constitutiva de la pluralidad social y vivacidad cultural que est¨¢ en las ra¨ªces del modelo de desarrollo de Brasil.
La contribuci¨®n institucional a este complejo debate es de reconocimiento, al fin, de que el papel de receptor de inmigraci¨®n, y su desarrollo, se vinculan a la adopci¨®n de compromisos de justicia social y de participaci¨®n de todos aquellos que buscan acogida en su territorio, como presupuesto de estrategias adicionales de cooperaci¨®n con los pa¨ªses emisores y de tr¨¢nsito, de profundizaci¨®n de procesos de integraci¨®n regional y de negociaci¨®n en espacios y foros internacionales.
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