La NSA y la debilidad del poder estadounidense
El esc¨¢ndalo del espionaje estadounidense va a tener un gran impacto en los v¨ªnculos transatl¨¢nticos. La desconfianza amenaza la colaboraci¨®n entre servicios de inteligencia e incluso las relaciones comerciales
Los observadores oficiales dicen que el esc¨¢ndalo de las escuchas telef¨®nicas de la NSA en Europa pasar¨¢ pronto a la historia. Nos aseguran que, aunque los dirigentes aliados como Angela Merkel est¨¢n molestos, se les pasar¨¢ (no tendr¨¢n m¨¢s remedio). No se crean ni una palabra. La indignaci¨®n p¨²blica que ha despertado la NSA puede ser m¨¢s da?ina para la relaci¨®n transatl¨¢ntica de lo que fue la guerra de Irak hace una d¨¦cada.
Si solo dependiera de los l¨ªderes pol¨ªticos, quiz¨¢ tendr¨ªan raz¨®n. Pero los Gobiernos ¡ªy sus servicios de inteligencia¡ª est¨¢n cada vez m¨¢s limitados por la opini¨®n p¨²blica. Y lo que m¨¢s les duele a los ciudadanos europeos no es el espionaje ni son las mentiras. Es la sensaci¨®n de que los servicios estadounidenses ignoren de tal forma los derechos de sus aliados cuando son tan escrupulosos a la hora de defender los de sus propios ciudadanos.
Visto desde Europa, el caso de la NSA no es m¨¢s que otro episodio en la larga historia de la asimetr¨ªa de poder entre los dos lados del Atl¨¢ntico. Hace 10 a?os, el objeto de la disputa era Irak. En un influyente ensayo, el autor Robert Kagan escribi¨® que Europa y Estados Unidos eran arquetipos del poder y la debilidad. ¡°Los estadounidenses son de Marte y los europeos de Venus¡±, dijo. Sin embargo, la invasi¨®n de Irak ordenada por el presidente Bush no caus¨® ¡°conmoci¨®n y espanto¡± ni someti¨® al resto del mundo. De hecho, fue una muestra muy gr¨¢fica de las limitaciones del poder de Estados Unidos, que aceler¨® la llegada de lo que Fareed Zakaria denomin¨® el ¡°mundo posamericano¡±.
Kagan tuvo la honradez de reconocer, tras la guerra de Irak, que los europeos, al dudar de la legitimidad de la conducta norteamericana, hab¨ªan ayudado a moderarla. ¡°Si Estados Unidos est¨¢ sufriendo una crisis de legitimidad¡±, escribi¨®, ¡°es en parte porque Europa quiere recuperar cierto control sobre el comportamiento de Washington¡±.
La respuesta de Alemania y Francia contiene ecos de
su reacci¨®n a la
guerra global
contra el terrorismo
La respuesta de Francia y Alemania a la hegemon¨ªa de la NSA contiene ecos de su reacci¨®n ante la ¡°guerra global contra el terrorismo¡±. A los europeos no les ha sorprendido que la NSA esp¨ªe, pero s¨ª el poder y el alcance de los esp¨ªas estadounidenses.
El experto espa?ol en pol¨ªtica exterior Jos¨¦ Ignacio Torreblanca compara la estrategia de la NSA en materia de datos con la estrategia de la Biblioteca del Congreso estadounidense en materia de libros. Me cont¨® que en una ocasi¨®n hab¨ªa preguntado a uno de los bibliotecarios de la instituci¨®n qu¨¦ pol¨ªtica de adquisiciones ten¨ªan, y el funcionario le contest¨® que no ten¨ªan ninguna. ¡°Lo compramos todo¡±, le respondi¨®. Torreblanca lo equipara a la estrategia de la NSA de examinar los correos de todos los ciudadanos europeos y buscar la justificaci¨®n a posteriori.
Una de las pocas leyes no escritas de la pol¨ªtica internacional es que, cuando un pa¨ªs alcanza un nivel incontrolado de poder, otros pa¨ªses se unen para hacer de contrapeso. En estos momentos, dos instituciones europeas ¡ªuna Comisi¨®n Europea que nadie ha elegido y un Parlamento Europeo que nadie aprecia¡ª tienen poderes y motivos para intentar contener al aliado m¨¢s pr¨®ximo de la regi¨®n.
La posibilidad m¨¢s clara en este sentido es la cooperaci¨®n en la lucha antiterrorista. La semana pasada, el Parlamento Europeo aprob¨® dejar en suspenso el acuerdo SWIFT, que rige la transferencia de algunos datos bancarios de la UE a las autoridades antiterroristas de Estados Unidos. Aunque los norteamericanos no siempre se tomen en serio a Europa como potencia militar, s¨ª les interesa el intercambio de datos y las normas por las que se rige, incluidos los datos bancarios. Ese es uno de los motivos por los que el embajador saliente de Estados Unidos ante la UE, William Kennard, fue presidente de la Comisi¨®n Federal de Comunicaciones.
Cuando un pa¨ªs alcanza un nivel incontrolado de poder, otros se unen para hacer de contrapeso
Como muestran las ¨²ltimas revelaciones, los servicios de inteligencia europeos han colaborado muchas veces de buen grado con sus hom¨®logos del otro lado del Atl¨¢ntico, pero ahora sufrir¨¢n muchas m¨¢s presiones p¨²blicas para no hacerlo.
La conducta de la NSA podr¨ªa tener consecuencias comerciales. La Comisi¨®n Europea es el ¨®rgano regulador m¨¢s poderoso del mundo, y tiene capacidad para imponer su voluntad a los gigantes empresariales estadounidenses. En 2004, los reguladores de la UE multaron a Microsoft con 613 millones de d¨®lares (455 millones de euros), una cifra sin precedentes, por violar las leyes antimonopolio de la Uni¨®n Europea. Cinco a?os despu¨¦s emplearon la misma t¨¢ctica para obligar a Microsoft a que Internet Explorer no fuera el navegador obligatorio en Windows.
El economista alem¨¢n Sebastian Dullien cree que es posible que algunas voces pidan a la Comisi¨®n que recurra a t¨¢cticas de este tipo contra empresas tecnol¨®gicas norteamericanas. ¡°Si de verdad quieren hacer da?o a Estados Unidos, podr¨ªan aprobar una ley que establezca que cualquier empresa que proporcione informaci¨®n personal sobre ciudadanos europeos a servicios de inteligencia extranjeros tenga que pagar una multa de un mill¨®n de d¨®lares, por ejemplo¡±, dice Dullien. ¡°Si ocurriera eso, muchos gigantes tecnol¨®gicos tendr¨ªan tal vez que echar el cierre a sus actividades en Europa¡±.
La Comisi¨®n Europea y la Agencia Espacial Europea consiguieron financiar el proyecto Galileo, de 5.000 millones de d¨®lares, para desarrollar una respuesta europea al GPS. Despu¨¦s del esc¨¢ndalo de la NSA, se oyen peticiones de que la UE haga lo mismo en el desarrollo de servidores en nube que sean seguros para Europa. Si lo consigue, eso podr¨ªa significar la balcanizaci¨®n ¡ªo al menos la desamericanizaci¨®n¡ª de Internet.
Ahora se oyen peticiones de que la UE desarrolle servidores en nube seguros para Europa
Y adem¨¢s de lo anterior, tambi¨¦n sufrir¨¢ las consecuencias el cacareado Partenariado Transatl¨¢ntico de Comercio e Inversiones (TTIP, en sus siglas en ingl¨¦s), que algunos han presentado como el umbral de ¡°un nuevo siglo atl¨¢ntico¡±. Las dos partes han mostrado su deseo de lograr un acuerdo ¡°amplio¡± y ¡°profundo¡± para crear puestos de trabajo y construir ¡°un mundo libre, abierto y gobernado por reglas¡±. Ahora bien, cualquier pacto al que lleguen los negociadores europeos y estadounidenses tendr¨¢ que ser ratificado por el Congreso y el Parlamento Europeo. Y, aunque no parece probable que el esc¨¢ndalo de la NSA vaya a frustrar por completo el acuerdo, s¨ª impedir¨¢ que sea verdaderamente amplio.
Los temores sobre la privacidad y la protecci¨®n de datos har¨¢n que sea m¨¢s dif¨ªcil el reconocimiento mutuo de las reglas sobre servicios digitales. Lo mismo ocurrir¨¢ con las adquisiciones p¨²blicas. Habr¨¢ resistencia a dar a las empresas estadounidenses acceso a programas oficiales europeos por temor a que eso suponga abrir una puerta a los servicios de inteligencia. Podemos encontrarnos con un acuerdo que, en lugar de ser la base econ¨®mica de un nuevo siglo atl¨¢ntico, sea un trozo de queso con agujeros, tan lleno de exclusiones y excepciones que tenga escaso efecto.
El verdadero perjuicio causado por las revelaciones sobre la NSA es que han sustituido el sentimiento de compartir unos valores por una profunda desconfianza p¨²blica a ambos lados del Atl¨¢ntico. Como dice Torreblanca: ¡°Los estadounidenses no parecen ser conscientes de que utilizar la capacidad de espiar no solo para facilitar la lucha antiterrorista, sino tambi¨¦n con fines comerciales, les colocar¨ªa en la misma categor¨ªa que China¡±.
Las cicatrices de la guerra de Irak est¨¢n a¨²n presentes mucho despu¨¦s de que se hayan retirado sus protagonistas, como vimos en los debates sobre la perspectiva de intervenir en Siria. Pero los esc¨¢ndalos de la NSA pueden dejar una huella a¨²n mayor en una alianza transatl¨¢ntica ya debilitada. Los v¨ªnculos entre los servicios de inteligencia, que tanto unieron a los aliados en la guerra fr¨ªa, amenazan hoy con destruir sus relaciones en tiempo de paz.
Mark Leonard es cofundador y director del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
? Reuters.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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