Un pacto entre generaciones
Ante los malos datos, urge buscar acuerdos que garanticen el sistema de pensiones
El largo plazo conspira contra la pol¨ªtica. Europa, el llamado Viejo Continente, lo es en sentido literal: no solo por antiguo, sino tambi¨¦n por su progresivo envejecimiento; algo tan obvio como a menudo invisible para el debate p¨²blico. Hace a?os que la edad media de la poblaci¨®n europea y espa?ola se situ¨® por encima de los 40 a?os mientras disminuye sin pausa la proporci¨®n de j¨®venes y aumenta el grupo de los mayores de 55 a?os y el de quienes afortunadamente sobrepasaron los 80 a?os de edad.
En la primera d¨¦cada de este siglo la fuerte avenida de inmigrantes a Espa?a sirvi¨® para refrescar nuestra poblaci¨®n activa y para amortiguar los efectos del envejecimiento sobre el mercado de trabajo y sobre la financiaci¨®n de nuestro sistema de Seguridad Social. Provoc¨® tambi¨¦n una ruptura de las previsiones que se hab¨ªan hecho sobre la evoluci¨®n de nuestra poblaci¨®n, aunque no consigui¨®, sin embargo, contener la tendencia al envejecimiento. Su moderaci¨®n fue tan coyuntural como lo es el fen¨®meno de la inmigraci¨®n. Sirvi¨®, eso s¨ª, para que las reflexiones sobre nuestra evoluci¨®n demogr¨¢fica casi desaparecieran. Mir¨¢bamos, entonces, las cifras de poblaci¨®n convencidos de que los aumentos constantes nos hab¨ªan alejado del riesgo del envejecimiento y contempl¨¢bamos la EPA con la alegr¨ªa de poder sumar aumentos de la tasa de actividad y de la ocupaci¨®n y reducciones tambi¨¦n constantes del desempleo. Las cosas tampoco han cambiado mucho por lo que se refiere a la EPA. Ahora la miramos con ganas de sacar pecho y anunciar que el t¨²nel est¨¢ quedando atr¨¢s. Pero la EPA, entonces y ahora, nos dec¨ªa otras cosas que se silencian en el an¨¢lisis pol¨ªtico. Los datos del tercer trimestre de este a?o, por ce?irnos al ¨²ltimo conocido, nos hacen ver otra realidad distinta a la oficial. La reducci¨®n del paro ha sido, sobre todo, la consecuencia de una disminuci¨®n de la poblaci¨®n activa, de inmigrantes en su mayor¨ªa, de la misma forma que, en trimestres anteriores, el aumento del paro hab¨ªa sido inferior a la destrucci¨®n de puestos de trabajo por esa misma reducci¨®n de activos.
En 20 a?os, la poblaci¨®n mayor de 65 crecer¨¢ en casi cuatro millones
Hace un a?o el INE hizo p¨²blicas unas proyecciones de la poblaci¨®n a medio y largo plazo. Nos alertaba de que se iban a producir de forma continuada saldos migratorios negativos (es decir, m¨¢s salidas que entradas); nos avisaba tambi¨¦n de que, a partir de 2018, el n¨²mero de defunciones superar¨ªa a los nacimientos, algo bastante f¨¢cil de prever si se tiene en cuenta que el n¨²mero de mujeres entre 0 y 20 a?os es hoy inferior en dos millones al de las comprendidas entre 21 y 40. Y, por ¨²ltimo, Estad¨ªstica nos se?alaba un fort¨ªsimo aumento en los pr¨®ximos a?os de la tasa de dependencia: dentro de 20 la poblaci¨®n menor de 65 a?os se reducir¨¢ en m¨¢s de seis millones de personas y la de 65 a?os en adelante crecer¨¢ en casi cuatro millones.
La pregunta es qu¨¦ ha de hacer la pol¨ªtica ante esta realidad; y creo que la respuesta ya est¨¢ escrita. Hace 18 a?os, las fuerzas parlamentarias presentes en el Congreso de los Diputados suscribieron un gran acuerdo sobre el futuro del sistema p¨²blico de pensiones que se conoce como Pacto de Toledo. No fue, como algunos pretendieron, un pacto de silencio para sacar a las pensiones del debate pol¨ªtico. Todo lo contrario: fue un compromiso de la pol¨ªtica para mantener una vigilancia permanente sobre las variables que inciden en el sistema y a partir de ellas, bien sean demogr¨¢ficas, normativas o econ¨®micas, tomar, entre todos, decisiones de preservaci¨®n del sistema p¨²blico. En su sentido m¨¢s profundo aquel consenso fue un pacto entre generaciones.
Nuestro sistema de pensiones se basa en el reparto y, aunque los par¨¢metros que se utilizan para calcular sus cuant¨ªas guardan correspondencia con la vida laboral de los pensionistas, son las cotizaciones de los activos las que pagan las pensiones de hoy. Hay, pues, una solidaridad intergeneracional que es, precisamente, la que el Pacto de Toledo quiso hacer expl¨ªcita y comprometer a todos los pol¨ªticos para que cualquier decisi¨®n sobre las pensiones de hoy mida su impacto sobre las pensiones del futuro. Eso es a lo que obliga el pacto entre generaciones: a poner voz a las generaciones m¨¢s alejadas de la edad de jubilaci¨®n y a las que la ¨²nica dial¨¦ctica que les llega en la actualidad se refiere a los pensionistas actuales.
El error m¨¢s grave del Gobierno actual es su desprecio a la negociaci¨®n
Hace 20 a?os la poblaci¨®n entre 20 y 44 a?os superaba a la de 45 a?os en adelante. Hoy esta ¨²ltima aventaja a aquella en casi cuatro millones. Nuestra poblaci¨®n ha aumentado, pero sobre todo lo ha hecho la poblaci¨®n que tiene, dicho sea en t¨¦rminos estad¨ªsticos, m¨¢s a?os a sus espaldas que por delante. La media de edad del Gobierno es de 57 a?os; la de los diputados en el Congreso, 53. Pero los posibles efectos de los problemas demogr¨¢ficos van a vivirlos generaciones posteriores, escasamente representadas en el Ejecutivo y en el Legislativo, que han de exigir a sus mayores que no contemplen el sistema desde la certidumbre de su propia biograf¨ªa; que alcen la mirada y sean conscientes de que con un mercado laboral que ha reducido la capacidad contributiva y ha hecho m¨¢s inestable e insegura la carrera profesional, que ha descartado la investigaci¨®n y la innovaci¨®n y ha optado por la depresi¨®n de los costes laborales como v¨ªa de incremento de la productividad, el futuro del sistema de reparto corre peligro. Pero que tambi¨¦n est¨¦n atentos a las amenazas demogr¨¢ficas que existen y se agravan con el abandono de la Ley de Dependencia, la falta de financiaci¨®n de las escuelas infantiles, el transporte o los comedores escolares. Y, sobre todo, que les exijan no apartarse ni un mil¨ªmetro del Pacto de Toledo. Porque el error m¨¢s grave del Gobierno actual no ha sido innovar una nueva f¨®rmula de revalorizaci¨®n de las pensiones, sino su desprecio a la negociaci¨®n y al entendimiento en el seno del Pacto de Toledo. Las reformas del sistema de pensiones han de ser siempre fruto de un pacto intergeneracional lo suficientemente expl¨ªcito y explicado. Porque ese, y no otro, fue el acuerdo de 1995. No se trataba de cerrar la boca ni de encogerse de hombros, sino de abrir los ojos y no ocultar la realidad para, sobre un an¨¢lisis profundo y desinteresado de la misma, abrir grandes espacios de di¨¢logo y de entendimiento.
Jos¨¦ A. Gri?¨¢n Mart¨ªnez es presidente del PSOE y senador. Era ministro de Trabajo y Seguridad Social cuando se acord¨® el Pacto de Toledo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.