Nac¨ª aqu¨ª, nunca he ido a Hait¨ª
Por Rosa Ca?ete Alonso, directora de Oxfam en Rep¨²blica Dominicana, tercera entrada del mongr¨¢fico sobre Hait¨ª esta semana.
Foto de la derecha ? Mosctha. Collage con im¨¢genes publicadas por el movimiento dominicanas x derecho en FB. Bajo el lema "eso no se hace" elmovimiento dominican@s x derechoinforma y moviliza a la poblaci¨®n a la vez que exige que todas las personas que ten¨ªan la nacionalidad dominicana sean reafirmadas como tales.
La cara de Juliana Deguis Pierre, dominicana hija de migrantes haitianos, el d¨ªa del fallo de Tribunal Constitucional Dominicano no dejaba lugar a dudas: ¡°Tengo 28 a?os y nunca he ido a Hait¨ª, ni una sola vez yo he ido, no s¨¦ c¨®mo es (¡) porque nunca he ido, porque yo nac¨ª aqu¨ª¡ (¡) y si me mandan para Hait¨ª, no s¨¦ para d¨®nde es que yo voy¡±.
Ella, al igual que los m¨¢s de 200,000 potenciales afectados, no es una inmigrante a la que haya que regularizar. Ella naci¨® en Rep¨²blica Dominicana, ella nunca entr¨®, ella naci¨® en un pa¨ªs que le dio documentos dominicanos y ahora se los arrebata a trav¨¦s del ¡°programa de rescate y adecentamiento del Registro del Estado Civil a fin de blindarlo de las acciones fraudulentas y dolosas, falsificaciones y suplantaciones que por tanto tiempo han afectado el sistema de Registro Civil dominicano¡±. Cuando nos hablan de adecentar el registro civil se habla de revisarlo para listar a todas las personas que desde 1929 fueron declaradas dominicanas pero que sus padres (madre y padre) no puedan probar su situaci¨®n migratoria regular en el pa¨ªs cuando declararon a sus hijos. Pese a que la Constituci¨®n dominicana hasta el a?o 2010 planteaba que toda persona nacida en territorio nacional era dominicana a no ser que fuera hija de personas en tr¨¢nsito, en el caso de los hijos de inmigrantes haitianos la aplicaci¨®n fue siempre aleatoria
Este ¡°rescate y adecentamiento¡± supondr¨ªa el retiro de la nacionalidad de miles de personas y afectar¨¢ mayoritariamente a los hijos e hijas de haitianos y ha sido considerado contrario al derecho a la igualdad y a la no discriminaci¨®n que establece la Constituci¨®n Dominicana y la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos.
?Qu¨¦ nos perdonen por ser hijos de braceros haitianos!, clamaba entre l¨¢grimas una de las afectadas. Y es que los potenciales perjudicados son en gran medida los hijos, nietos y bisnietos de los trabajadores de la ca?a que impulsaron la industria azucarera del pa¨ªs desde principios del siglo XX. Estos braceros fueron tra¨ªdos al pa¨ªs por hacendados o el mismo Estado dominicano en condiciones de semiesclavitud, manteni¨¦ndoles sin papeles, sin derechos, en condiciones infrahumanas en los bateyes donde por muchos a?os no tuvieron si quiera libertad de circulaci¨®n. Y no hay que irse tan lejos para entender estas condiciones, porque han cambiado poco: el salario m¨ªnimo aprobado por el Comit¨¦ Nacional de Salarios 2012 es de RD$129 para los trabajadores del campo de la industria azucarera, por jornada de 8 horas diarias, es decir 46 euros por 20 d¨ªas de trabajo al mes cortando ca?a bajo el implacable sol del Caribe.
¡°Yo lo que necesito es declarar a mis cuatro hijos, porque no he podido declararlos porque no tengo c¨¦dula y, la profesora me dijo que va tener que sacarlos de la escuela porque no pueden seguir sin acta de nacimiento¡±, planteaba Juliana, a quien arrebataron su documentaci¨®n cuando fue a sacar c¨¦dula por tener ¡°apellidos sospechosos¡±. Seg¨²n la sentencia del Tribunal Constitucional, los cuatro hijos de Juliana tampoco tienen derecho a la nacionalidad dominicana debido a que el estatus migratorio de sus progenitores es irregular en el pa¨ªs. Si el padre de los ni?os fuera dominicano, ser¨ªa diferente.
Como planteamos en Oxfam ¡°el despojo de la nacionalidad a miles de personas les aniquilar¨¢ civilmente al eliminarles, a ellas y a sus hijas e hijos, no solo sus derechos civiles sino tambi¨¦n su capacidad para ejercer sus derechos sociales, econ¨®micos y culturales.¡± Carecer de documentos de identidad limita todos los ¨¢mbitos de la vida de las personas desde el cambio de un cheque o la compra de una casa; hasta su derecho al voto, a la protecci¨®n social o ir a la escuela.
Nadie pone en duda que el derecho del Estado dominicano a determinar soberanamente las condiciones para adquirir la nacionalidad y la facultad del Tribunal Constitucional para interpretar esas condiciones a la luz de la Constituci¨®n, pero deber¨ªan hacerlo protegiendo siempre los derechos fundamentales de las personas y cumpliendo los llamados de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Todos esper¨¢bamos la regularizaci¨®n de los flujos migratorios entre Rep¨²blica Dominicana y Hait¨ª, lo que no esper¨¢bamos es que comenzaran desnacionalizando a los que nacieron aqu¨ª para luego regular su presencia como extranjeros.
Y mientras los mismos afectados reclaman ser dominicanos por derecho, contin¨²a la tensi¨®n en el pa¨ªs. El pasado domingo la Red Nacional por la Soberan¨ªa Nacional organiz¨® una marcha donde se gritaban consignas claramente antihaitianas: "muerte a los traidores", "no negociaremos la soberan¨ªa" y "ellos all¨¢, y nosotros ac¨¢", ¡°para estar seguros, construyamos un muro¡±. ?Estaremos a puertas de otra limpieza ¨¦tnica? Los afectados por la sentencia no dejan de expresar su temor.
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