Las sabias palabras del dolor
Me impresion¨® el art¨ªculo titulado El don del dolor (27 de octubre), cuyo autor es Stephen Grosz. Puedo comprobar que cada vez hay m¨¢s personas que intentan suprimir el silencio o la incertidumbre que comportan las emociones dolorosas. Las ignoran, y se protegen de las mismas.
Lo que no veo es que se pregunten el porqu¨¦ de su sentimiento. Pensamos que la introspecci¨®n, y la mera conciencia del dolor, son fantasmas que debemos rehuir. Sin embargo, cuanto m¨¢s los dejemos vagar y los revistamos de frialdad, m¨¢s dolor nos comportar¨¢n a largo plazo. Creo que vivimos en un tiempo en el que es necesario sonorizar nuestras emociones silenciosas, darles voz y demostrarles que existimos. Porque el dolor no resta identidad. Incluso, bien canalizado, aporta integridad a nuestra propia realidad y estructura mental.
Y todo ello comienza con una educaci¨®n emocional (que deber¨ªa tener car¨¢cter docente). Ya que a veces es mejor ense?ar lo que comporta el fracaso, y el dolor, antes de dar la clave y la materia para el triunfo.
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