Elites europe¨ªstas, ?sociedad euroesc¨¦ptica?
La sociedad ya no percibe a Europa como soluci¨®n sino como problema
Espa?a es el problema, y Europa, la soluci¨®n¡±. Esto es lo que dijo Jos¨¦ Ortega y Gasset en su famoso discurso Pedagog¨ªa social como programa pol¨ªtico,pronunciado en la sociedad El Sitio concretamente el 12 de marzo de 1910. La idea qued¨® enterrada tras d¨¦cadas de franquismo, pero a la muerte de Franco, y con la restauraci¨®n de la democracia en nuestro pa¨ªs, la frase acab¨® convirti¨¦ndose en el eslogan que canaliz¨® el famoso ¡°consenso europe¨ªsta¡± espa?ol.
El europe¨ªsmo no solo fue el punto de encuentro entre distintas opciones pol¨ªticas, sino que se extendi¨® m¨¢s all¨¢ de la esfera pol¨ªtica, englobando, tambi¨¦n, a nuestras ¨¦lites intelectuales y a la sociedad espa?ola en su conjunto. Tras d¨¦cadas de aislamiento, Europa se abr¨ªa como la palanca que introduc¨ªa modernidad en nuestro sistema pol¨ªtico y econ¨®mico. Si hab¨ªa un tema en el que todo el mundo coincid¨ªa, ese tema era Europa. Europa era el gran proyecto de pa¨ªs, la argamasa que consegu¨ªa unir diferencias aparentemente irreconciliables. As¨ª, Espa?a se fue convirtiendo en uno de los pa¨ªses m¨¢s europe¨ªstas de la Uni¨®n. Ello legitim¨® reformas en nuestro pa¨ªs (porque proven¨ªan de Europa) y al mismo tiempo legitim¨® nuestra posici¨®n ante el resto de los socios europeos (porque est¨¢bamos entre los m¨¢s europe¨ªstas). Y est¨¢ situaci¨®n de convergencia de opiniones sobre la Uni¨®n Europea dur¨® hasta la Gran Recesi¨®n.
A partir del estallido de la crisis econ¨®mica, se observa c¨®mo la opini¨®n de los espa?oles sobre Europa empieza, por un lado, a transformarse, y por otro lado, a dejar de converger con la de nuestras ¨¦lites pol¨ªticas e intelectuales.
A partir del estallido de la crisis econ¨®mica, la opini¨®n de los espa?oles sobre Europa empieza a cambiar?
En estos momentos, ese divorcio entre ambas opiniones (la de nuestra sociedad, por un lado, y la de sus ¨¦lites, por el otro) es ya un hecho consumado, que no hace sino profundizarse progresivamente, puesto que la opini¨®n de la sociedad con respecto a Europa es peor cada d¨ªa, mientras que la de las ¨¦lites pol¨ªticas e intelectuales espa?olas no se ha movido casi en absoluto con respecto a la situaci¨®n precrisis. Es como si para nuestros pol¨ªticos e intelectuales la crisis no hubiera existido.
Repasemos el estado de ambas opiniones. De acuerdo con las encuestas que realiza anualmente el Transatlantic Trends (2013), un 63% de los espa?oles culpa al euro de la situaci¨®n econ¨®mica que vive nuestro pa¨ªs. Ello no se traduce en la existencia de una mayor¨ªa de espa?oles que quiere que nos salgamos del euro; a pesar de ello, nuestro pa¨ªs es el Estado miembro en donde el porcentaje de gente que quiere salirse del euro es el m¨¢s elevado de todos los pa¨ªses encuestados (un 30%). Asimismo, y de acuerdo con el eurobar¨®metro (n¨²mero 79) la confianza en las instituciones europeas, como la Comisi¨®n o el Parlamento Europeo, se ha hundido incluso por debajo de los niveles de los pa¨ªses m¨¢s euroesc¨¦pticos de la Uni¨®n, como Reino Unido. Y m¨¢s de un 77% de los espa?oles piensan que su voz no cuenta en absoluto en la UE (frente a un 59% de Alemania, por ejemplo). En definitiva, se mire como se mire, la opini¨®n de la sociedad en relaci¨®n con Europa no puede ser m¨¢s negativa en estos momentos.
Sin embargo, los partidos pol¨ªticos no han modificado pr¨¢cticamente su posici¨®n tradicional sobre la UE. La soluci¨®n a los problemas de Europa ¡ªy de Espa?a¡ª sigue pasando por ¡°m¨¢s Europa¡±. Por ejemplo, si nos fijamos en la ponencia que el primer partido de la oposici¨®n, el PSOE, ha aprobado en la Conferencia Pol¨ªtica que se ha celebrado del 8 al 10 de noviembre de 2013, ya el t¨ªtulo de la parte dedicada a Europa lo dice todo: ¡°Otra Europa es posible. Hacia una Europa Federal¡±. Aunque la ponencia se?ala que el discurso de ¡°m¨¢s Europa¡± deber¨ªa quedar complementado por el de ¡°otra Europa¡±, en realidad todas las propuestas que se incluyen en este documento lo ¨²nico que hacen es plantear la profundizaci¨®n del proceso de integraci¨®n europea. La ¡°otra Europa¡± so?ada por los socialistas no deja de ser, por tanto, la ¡°m¨¢s Europa¡± de siempre.
Los partidos pol¨ªticos no han modificado pr¨¢cticamente su posici¨®n tradicional sobre la UE
Por su parte, aunque las alusiones del PP a Europa se hacen en una clave m¨¢s utilitarista, y menos anclada en la idea de valor, tambi¨¦n encontramos en los documentos oficiales del PP alusiones a esta tesis que podr¨ªamos llamar de ¡°m¨¢s Europa¡±. Por ejemplo, en el programa electoral del PP para las pasadas elecciones de 2011, se dice lo siguiente: ¡°El Partido Popular est¨¢ firmemente comprometido con el proyecto europeo. Haremos de la pol¨ªtica hacia la Uni¨®n Europea la prioridad de nuestra acci¨®n exterior, que seguir¨¢ basada en el gran consenso nacional que siempre ha inspirado el proyecto europeo en nuestro pa¨ªs¡±. Es decir, la misma cantinela desde hace 30 a?os.
Con respecto a las ¨¦lites intelectuales, aunque aqu¨ª las voces son ligeramente m¨¢s disonantes, en general la m¨²sica que suena sintoniza tambi¨¦n lo que hemos identificado aqu¨ª como la tesis de ¡°m¨¢s Europa¡±. As¨ª, hemos realizado un an¨¢lisis de todos los art¨ªculos de opini¨®n (tribunas y cuartas p¨¢ginas) que se han publicado en este diario sobre Europa a lo largo de 2013: de acuerdo con nuestros c¨¢lculos, el 84% de estos art¨ªculos pueden inscribirse dentro de la tesis de que la ¨²nica salida para Espa?a y para la UE es hacer reformas que profundicen en la Uni¨®n (pol¨ªtica, econ¨®mica, social) europea.
Dicho de otro modo: para nuestras ¨¦lites, parece que Espa?a es el problema, y Europa sigue siendo la soluci¨®n. Pero para la sociedad, Europa empieza a ser parte tambi¨¦n del problema, m¨¢s que de la soluci¨®n. Ante este divorcio en las opiniones de unos y otros, la pregunta es: ?es m¨¢s Europa la ¨²nica respuesta?, ?o tiene raz¨®n la sociedad, y debemos adoptar una posici¨®n mucho m¨¢s cr¨ªtica con la UE?, ?deben los partidos pol¨ªticos hacerse eco de lo que piensa la sociedad, o es la sociedad la que est¨¢ equivocada, la que debe cambiar?
Lo ¨®ptimo ser¨ªa por supuesto que la UE se transformara profundamente, fuera mucho m¨¢s democr¨¢tica y abierta, y no estuviera tan dominada por un pa¨ªs, Alemania, que adem¨¢s hace de acreedor de los pa¨ªses perif¨¦ricos. Pero cabe hacerse dos reflexiones al respecto, una m¨¢s optimista, la otra m¨¢s realista. Si somos optimistas, podemos decir que estos cambios que auspicia la tesis de ¡°m¨¢s Europa¡± vendr¨¢n, aunque tardar¨¢n en venir. Y si somos algo m¨¢s realistas, lo que podemos decir es que el problema no solamente es de tipo temporal, sino que en realidad lo que ocurre es que no se ve nada claro cu¨¢les son los incentivos que tendr¨ªan los pa¨ªses que actualmente dominan el marco pol¨ªtico y econ¨®mico comunitario para modificar el statu quo: al fin y al cabo, la situaci¨®n actual les va bastante bien.
En cualquier caso, si pensamos que ¡°m¨¢s Europa¡± tardar¨¢ en llegar, debemos de empezar a pensar qu¨¦ deber¨ªamos hacer como pa¨ªs mientras tanto. Y si no llega nunca, entonces con m¨¢s raz¨®n todav¨ªa. ¡°M¨¢s Europa¡± no puede ser la ¨²nica soluci¨®n a los problemas de Espa?a en el marco europeo. La sociedad parece haberlo entendido ya, pero las ¨¦lites pol¨ªticas e intelectuales de nuestro pa¨ªs todav¨ªa no.
Antonio Estella es profesor de Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Espa?a y Europa: hacia una nueva relaci¨®n (Tirant Lo Blanch) de pr¨®xima publicaci¨®n a principios de 2014.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.