Limitada justicia
La condena a Fabra, aunque reducida, simboliza los desmanes cometidos por el PP en Valencia
La medida de c¨®mo queda la justicia tras la condena contra Carlos Fabra la dio ayer el propio interesado al manifestarse ¡°muy satisfecho¡± con el fallo y sentirse libre de los delitos de corrupci¨®n. En efecto, la Audiencia de Castell¨®n le ha absuelto de cohecho y tr¨¢fico de influencias y ha condenado al expresidente de la Diputaci¨®n castellonense y exdirigente provincial del PP a cuatro a?os de prisi¨®n por fraude fiscal y una multa y pago a Hacienda de casi 1,4 millones de euros. Su exmujer ha sido condenada a penas similares.
Es una cierta derrota de la justicia porque esta da por probado que entre 1999 y 2004, a?o en que se inicia la investigaci¨®n, el matrimonio Fabra registr¨® casi 600 ingresos en met¨¢lico con ¡°ganancias patrimoniales no justificadas¡± que sumaron casi tres millones de euros. La condena impuesta se debe no solo a que los condenados no pagaran al fisco lo que deb¨ªan, sino que se intent¨® enga?ar a Hacienda alterando los datos. Fue, en todo caso, un enriquecimiento desproporcionado, no acorde con la renta y el patrimonio de la pareja, cuyo origen ni la Administraci¨®n ni los jueces han sido capaces de dilucidar; menos a¨²n de demostrar que el entonces dirigente popular extorsionara al empresario que le denunci¨® por influir en el Gobierno central a favor de los negocios de aquel.
Editoriales anteriores
Las condenas ahora fijadas son menores que las que ped¨ªa la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n porque la Audiencia le ha aplicado la atenuante de ¡°dilaci¨®n indebida¡±, una parad¨®jica ventaja para el mismo pol¨ªtico que durante a?os dilat¨® cuanto pudo el proceso en su propio beneficio.
Fabra representa a una casta pol¨ªtica que ha ejercido el poder durante lustros de manera patrimonialista. Su envenenada herencia de un aeropuerto sin aviones de 150 millones ¡ªincluida escultura en su honor¡ª y cuyo mantenimiento le cuesta a la Generalitat cuatro millones anuales es todo un emblema del despilfarro y la mala gesti¨®n del PP valenciano.
Por otra parte, a pesar de su corto alcance, la condena es importante porque castiga a uno de los mayores exponentes del deshonor del partido, que en Valencia tienen nada menos que nueve diputados auton¨®micos imputados y un grupo parlamentario que todav¨ªa se atreve a pedir indultos para sus correligionarios condenados por corrupci¨®n, como el alcalde de Torrevieja.
Es incoherente que el PP persista en el empe?o de eludir hasta el l¨ªmite las responsabilidades pol¨ªticas de sus dirigentes. Fabra ya no ostenta cargo alguno, pero no es cierto, como dej¨® entrever ayer la secretaria general Mar¨ªa Dolores de Cospedal, que tal situaci¨®n se deba a su apartamiento desde hace tanto tiempo. Su ¨²ltimo sueldo p¨²blico como presidente de la Diputaci¨®n data del verano del 2011, fue presidente del PP de Castell¨®n hasta julio de 2012 y presidente de Aerocas hasta marzo de 2013. Ces¨®, tras casi una d¨¦cada de proceso judicial y apoyo partidario sin fisuras, solo cuando los jueces estaban a punto de sentarle en el banquillo.
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