La crueldad de las cuchillas

Europa entera, Espa?a incluida, no dud¨® tras la tragedia de Lampedusa en condenar dr¨¢sticamente la actitud de las autoridades italianas ante la inmigraci¨®n. Hab¨ªa tantos muertos que de repente todos nos sentimos impresionados, solidarios, y algunos, quiz¨¢, hasta arrepentidos de este mirar a un lado ante la tragedia de cientos de personas que solo buscan para s¨ª y para los suyos escalar unos pelda?os dentro del mismo infierno.

Parece que las muertes en menor escala nos impresionan menos, no remueven nuestras conciencias. Quiz¨¢ por eso no nos echamos a la calle para protestar contra la vergonzosa crueldad de las cuchillas colocadas por el Gobierno en las vallas de Melilla, pero con el silencio nos hacemos c¨®mplices de esa verg¨¹enza.

El argumento de que con ello se espera controlar la inmigraci¨®n no sirve. Ni el fin puede justificar los medios ni as¨ª se resuelve el problema. Propongo que el pr¨®ximo Consejo de Ministros se inicie y termine dedicando unos minutos, para ver, en silencio, el v¨ªdeo de la caravana de subsaharianos camino de esa valla, y si ni aun as¨ª retiran las cuchillas, que dimitan en bloque los ministros. No es bueno un Gobierno sin conciencia.¡ª Paloma Nicol¨¢s.