Joel y Ethan Coen: ¡°Quiz¨¢ hagamos una pel¨ªcula sobre el Tea Party¡±
Peri¨®dicamente nos llega una buena raci¨®n de?zarpazo de los hermanos Coen. Testigos de un pa¨ªs ancho en contradicciones y largo para su surrealista y personal recorrido en la ficci¨®n, Joel y Ethan son dos de los referentes del cine universal moderno. Ir¨®nicos y amenazantes ante el reto de retratar en el futuro el cavernario Tea Party, estrenan su particular visi¨®n de los sesenta por medio de un cantante fracasado en ¡®A?prop¨®sito de Llewyn Davis¡¯, su nueva pel¨ªcula.
Desde Sangre f¨¢cil, en 1984, hasta A prop¨®sito de Llewyn Davis, que se estrena el 3 de enero en Espa?a, los hermanos Joel y Ethan Coen llevan tres d¨¦cadas haciendo m¨¢s o menos el cine que les da la gana. Quiz¨¢ ning¨²n otro director y guionista estadounidense (aunque, como es obvio, son dos, resulta inevitable hablar en singular cuando se trata de describir su trabajo porque son inseparables) haya logrado aunar de una forma tan contundente el ¨¦xito de p¨²blico sin perder una cierta aureola de independencia y radicalismo creador. Hay algo que hace reconocibles sus pel¨ªculas desde las primeras secuencias: el humor negro, los planos ins¨®litos, los di¨¢logos surrealistas, los personajes exc¨¦ntricos. Esa unidad en la diversidad es uno de los muchos factores que relacionan a los hermanos Coen con los grandes artesanos del Hollywood cl¨¢sico, aunque siempre se han movido fuera de los grandes estudios. Joel (1954), m¨¢s alto y m¨¢s t¨ªmido, y Ethan (1957), m¨¢s divertido, nacieron en un suburbio de Minneapolis (Minnesota). Sus padres eran profesores universitarios: la madre, historiadora del arte, y el padre, economista. Empezaron sus carreras cinematogr¨¢ficas en Nueva York, donde residen todav¨ªa. Han hecho 16 pel¨ªculas juntos. Las estrictas normas de los Oscar (tienen unos cuantos en su oficina) impiden que, al principio, dos personas compartan el premio por un trabajo hasta que quede claro que son un ¡°d¨²o establecido¡±. En el caso de los Coen, m¨¢s que establecido parecen un cancerbero cuyas dos cabezas en vez de ladrar se dedican a soltar risas e iron¨ªas. Conversar con los Coen produce un efecto extra?o: es hablar con dos personas a la vez como si fuesen una. Se entiende perfectamente que los que trabajan con ellos digan que nunca reciben ¨®rdenes contradictorias. A prop¨®sito de Llewyn Davis relata la historia de un m¨²sico perdedor en una g¨¦lida Nueva York de principios de los a?os sesenta, que se pasa toda la pel¨ªcula sin abrigo y gorroneando lugares donde dormir. Es una especie de Odisea ¨Cuna obra que les obsesiona, puesto que ya hicieron su libre adaptaci¨®n con O brother!¨C que ahora lleva al protagonista a realizar interminables viajes en metro (con un gato) y que incluso le traslada a Chicago (con un inmenso John Goodman y tambi¨¦n el gato).
Hermanos Coen
Mediados los a?os cincuenta, entre 1954 y 1957, nacieron en Minnesota Joel y Ethan Coen en el seno de una familia jud¨ªa. Por las horas que pasaban junto al televisor y una ¨Cse supone¨C infancia tendente a estar rodeados de libros e incursiones al cine con sus padres en plena carrera universitaria, fueron fraguando un esp¨ªritu creativo que les llevar¨ªa a ser bic¨¦falamente dos de los creadores fundamentales del mundo genuina y cruelmente americano. Con cuatro oscars a las espaldas, aunque Joel firme habitualmente como director y Ethan como productor, no queda nunca clara qu¨¦ parte de brillantez ha aportado cada cual a obras maestras como Muerte entre las flores, Barton Fink, Fargo, El gran Lebowski o Valor de ley.
?Por qu¨¦ est¨¢n tan interesados en la Odisea?
Ethan. Es verdad que pensamos esta pel¨ªcula como una odisea en la que el personaje principal en realidad no va a ning¨²n lado.
Joel. Alguien dijo que en realidad solo se pueden contar tres historias. Una es la Odisea, otra es chico encuentra chica y no me acuerdo de cu¨¢l es la tercera [risas]. Quienes hacemos pel¨ªculas en realidad siempre queremos hacer un remake de El mago de Oz, que es ante todo un viaje, una odisea.
Si juntamos sus 16 pel¨ªculas, aunque no en el orden de realizaci¨®n, ?nos encontrar¨ªamos un fresco bastante completo de la historia de Estados Unidos, desde el Lejano Oeste hasta los desastres de la CIA?
Joel. No lo s¨¦, lo que es cierto es que muchas veces nos han preguntado por qu¨¦ no hacemos una pel¨ªcula en la Toscana o en alg¨²n sitio as¨ª. El problema es que somos americanos y nos salen historias americanas.
Ethan. Est¨¢n geogr¨¢ficamente bastante distribuidas, pero solo en diferentes puntos de Estados Unidos.
Y a trav¨¦s de diferentes momentos de la historia de Estados Unidos, la Gran Depresi¨®n, el Viejo Oeste, la prohibici¨®n¡
Joel. S¨ª, nos gusta hacer pel¨ªculas de ¨¦poca.
Ethan. La Gran Depresi¨®n, los sesenta, los cuarenta. Incluso hicimos una pel¨ªcula de los ochenta. Dos de los cincuenta. Otra de los sesenta.
?Por qu¨¦ escogieron para ambientar su nueva pel¨ªcula A prop¨®sito de Llewyn Davis los sesenta antes de los sesenta?
Ethan. ?Los sesenta antes de los sesenta? Es exactamente eso. Porque los sesenta sesenta pueden ser demasiado costumbristas. ?Qui¨¦n quiere ocuparse de los hippies con sus badanas en el pelo, enormes bigotes, pelos largos, chaquetas de indio con flecos? Los sesenta eran un poco exagerados¡
Joel. Un poco repelentes.
Ethan. Sin duda, muy repelentes. Con todos mis respetos, no quieres hacer The Doors.
Joel. Sin duda [risas].
Ethan. Lo que en realidad quer¨ªamos hacer es una secuela de Barton Fink.
Joel. Es verdad.
Ethan. Los sesenta en plenos sesenta, una pel¨ªcula que transcurre en el a?o 1967 en San Francisco.
Joel. Lleno de grandes bigotes.
Ethan. Quedamos con John Turturro en que har¨ªamos una secuela de Barton Fink cuando el personaje fuese viejo, lo llamar¨ªamos Old Fink, pero solo cuando sea lo suficiente viejo para hacerlo sin maquillaje porque no quiere sesiones de dos horas cada ma?ana. Para A prop¨®sito de Llewyn Davis quer¨ªamos centrarnos en los sesenta antes de los sesenta, porque adem¨¢s nos interesa la m¨²sica. Es un momento muy interesante, antes de la aparici¨®n de Bob Dylan y la revoluci¨®n que signific¨®, el revival del folk era al principio de la d¨¦cada todav¨ªa un movimiento muy peque?o.
Hay una frase que creo que resume muy bien ese momento, cuando al personaje del soldado le preguntan si ha conocido a Elvis en Alemania y responde: ¡°No me cruc¨¦ con el soldado Presley¡±. Resulta casi incre¨ªble que alguien hable de Elvis como el soldado Presley.
Ethan. Cuando Elvis fue al Ej¨¦rcito result¨® realmente incre¨ªble.
Joel. Fue enorme [risas].
Ethan. Hay un Elvis antes del Ej¨¦rcito y otro Elvis despu¨¦s del Ej¨¦rcito.
Joel. En la actualidad no ocurrir¨ªa nunca.
Ethan. Una gran estrella en el Ej¨¦rcito, con todas las revistas cubri¨¦ndolo, con la filmaci¨®n de su corte de pelo¡ Son otros tiempos.
?Disfrutaron mucho recreando el Estados Unidos de esos a?os? Sus im¨¢genes tienen la textura de grandes fot¨®grafos como Robert Frank o Ansel Adams.
Joel. Es bastante divertido. Una de las grandes cosas de hacer pel¨ªculas es la posibilidad de crear un universo paralelo, dedicarte a ello durante meses. Trabajas con expertos, en el departamento art¨ªstico, que se ocupan de los peque?os detalles.
Ethan. ?En qu¨¦ a?o public¨® Robert Frank Los americanos?
Joel. En los cincuenta. Son fotograf¨ªas maravillosas. Robert Frank estaba muy inmerso en la vida cultural de su ¨¦poca, era amigo de todos esos pintores y m¨²sicos de su tiempo. Aunque hab¨ªa nacido en Europa, no s¨¦ si era h¨²ngaro.
Ethan. Es muy divertido recrear todo eso. Nos inspiramos mucho por la portada del disco Freewheelin, de Bob Dylan. As¨ª era Nueva York en aquella ¨¦poca. Y luego cuando el protagonista se lanza a la carretera entra en juego la est¨¦tica de Robert Frank.
En una entrevista aseguraron que se hab¨ªan inspirado mucho en la biograf¨ªa de Dave van Ronk, un cantante folk neoyorquino, pero tambi¨¦n en las memorias de Bob Dylan. ?Por qu¨¦ no quisieron basarse en un personaje real?
Ethan. Le¨ªmos mucho sobre ese periodo, los dos cantantes que ha citado, claro. Tomamos prestadas cosas de muchos sitios diferentes, aunque sobre todo del libro autobiogr¨¢fico de Dave van Ronk, The mayor of MacDougal Street. Pero el protagonista no es ¨¦l, es un personaje inventado.
?No ten¨ªan miedo de hacer una pel¨ªcula cuyo protagonista es un capullo integral, no temen que muchos espectadores lo rechacen?
Joel. S¨ª, era un desaf¨ªo interesante para nosotros a la hora de plantear la pel¨ªcula¡
Ethan. Bueno, no es un capullo integral, pero un capullo s¨ª [risas].
Es un capullo bastante grande, si me permiten.
Ethan. Sin duda, pero cualquiera de nosotros se ha cruzado en la vida con capullos m¨¢s grandes.
Joel. Todo es dif¨ªcil: el protagonista es dif¨ªcil consigo mismo y con los dem¨¢s.
Ethan. Pero eso es tambi¨¦n lo que lo hace interesante, ?en qu¨¦ medida su car¨¢cter contribuye a su falta de ¨¦xito, o su falta de ¨¦xito le va convirtiendo en un capullo? Todos hemos conocido capullos que han tenido ¨¦xito.
Joel. En cierta medida, nos interesaba hacer una pel¨ªcula sobre un personaje que en muchos aspectos es el peor enemigo de s¨ª mismo. El hecho de que sea un tipo dif¨ªcil creo que le hace m¨¢s interesante.
Ethan. En cuanto al p¨²blico, estoy seguro de que lo que no nos perdonar¨ªa es que hubi¨¦semos hecho una pel¨ªcula sobre un tipo tan capullo que encima tuviera ¨¦xito.
Dada la afici¨®n que tienen en sus pel¨ªculas a este tipo de personajes, ?nunca han tenido la tentaci¨®n de hacer un filme sobre el Tea Party? Est¨¢ lleno de personajes que parecen salidos de su imaginaci¨®n.
Joel. Quiz¨¢ lo hagamos en unos a?os.
Ethan. Ser¨ªa la secuela de Fargo, pero con el Tea Party. El protagonista podr¨ªa ser un l¨ªder local del Tea Party.
Joel. Y va al Congreso y aboga por cerrar la Administraci¨®n y se niega a que pueda subirse el techo de deuda.
?Hicieron mucha investigaci¨®n musical para realizar su nueva pel¨ªcula o realmente est¨¢ basada en las canciones que recordaban de su juventud?
Joel. Ten¨ªamos muy claro el tipo de m¨²sica que quer¨ªamos que apareciese, incluso las canciones, pero cuando T-Bone Burnett se sum¨® al proyecto nos ayud¨® a escoger el resto de la m¨²sica y fue ¨¦l quien trabaj¨® directamente con los m¨²sicos y los actores para los arreglos de las canciones y la forma de interpretarlos. En realidad, se implic¨® muy pronto, justo cuando terminamos el guion, y enseguida todo el proyecto dio un salto en el terreno musical.
El personaje que aparece al final, cantando una canci¨®n con un perfil claramente reconocible, da la impresi¨®n de que es Bob Dylan. ?Con ¨¦l cambi¨® todo en la m¨²sica estadounidense?
Joel. Se supone que es Dylan, de hecho toca una canci¨®n suya.
Ethan. S¨ª, es un personaje en el que nuestro protagonista no va a convertirse nunca. Despu¨¦s de ¨¦l, nada va a volver a ser lo mismo en la m¨²sica.
En su larga odisea de fracaso en fracaso, hay un momento en que el famoso productor interpretado por F. Murray Abraham le dice a Llewyn Davis: ¡°No vas a hacer mucho dinero con esta m¨²sica¡±. No le reprocha ser malo, sino ser poco comercial. ?Reivindican as¨ª en cierta forma su elecci¨®n como creadores?
Joel. S¨ª, es as¨ª. Nuestro protagonista se enfrenta a alguien que puede ayudarle, que puede convertirle en alguien exitoso; el productor, que hace algo para el artista, pero tambi¨¦n para s¨ª mismo, representa algo bueno y algo malo. Lowell, cuando se enfrenta a ¨¦l, por un lado, le muestra lo mejor de s¨ª mismo, pero tambi¨¦n con una estrategia que va a ser derrotada con toda seguridad. Quer¨ªamos que estuviese justo en medio: no es que sea rechazado totalmente por este tipo, no es especialmente simp¨¢tico, pero le escucha e incluso le da una oportunidad, que Llewyn prefiere no aceptar. Son asuntos que resultan interesantes para nosotros: es cierto que se trata de un creador que prefiere ignorar la parte comercial de lo que hace, pero siempre hay una parte comercial.
No les gusta que les llamen directores indie. ?Por qu¨¦ rechazan esa etiqueta?
Ethan. Hemos hecho 16 pel¨ªculas, que son m¨¢s o menos las que quer¨ªamos hacer, no podemos echar la culpa a nadie m¨¢s del resultado. Es dif¨ªcil saber qu¨¦ quiere decir indie, es un t¨¦rmino que causa admiraci¨®n a mucha gente, pero no entiendo muy bien por qu¨¦ [risas].
Joel. Para m¨ª ha representado una denominaci¨®n muy artificial. Es muy dif¨ªcil distinguir entre el llamado cine independiente, que nosotros en teor¨ªa hacemos, y el cine que se realiza desde algunos estudios. Son tan independientes como nosotros, manejan las mismas claves, aunque sus pel¨ªculas est¨¦n financiadas y distribuidas por grandes estudios. ?Cine independiente es el que se hace solo fuera de los grandes estudios? Hay cineastas fuera de los grandes estudios, pero sometidos a la supervisi¨®n de sus financieros, que tienen poco margen creativo. Es muy dif¨ªcil saber qu¨¦ se entiende por cine independiente.
Despu¨¦s de todo lo ocurrido con las revelaciones de Edward Snowden y de que un analista subcontratado haya podido llevarse y difundir una cantidad gigantesca de informaci¨®n que ha puesto en un brete a los servicios secretos estadounidenses, su pel¨ªcula sobre la CIA, Quemar despu¨¦s de leer, no parece tan surrealista, es m¨¢s una descripci¨®n que una parodia.
Ethan. Nosotros no hacemos parodias. Quer¨ªamos rodar una pel¨ªcula como Quemar despu¨¦s de leer porque era lo ¨²ltimo que alguien creer¨ªa que ¨ªbamos a hacer. As¨ª que pensamos: ¡°Vamos a ello¡±. Es una pel¨ªcula que arranca en el cuartel de la CIA en Langley, Virginia, y con un tipo que camina sobre el sello gigante de la CIA. Es un alcoh¨®lico al que despiden en la primera escena. Y eso es solo el principio.
En Espa?a se habla mucho de la crisis del cine, de la sensaci¨®n de que es un negocio que se acaba. Y algo parecido ocurre con las librer¨ªas. ?Comparten ustedes ese sentimiento, esa concepci¨®n apocal¨ªptica?
Ethan. Supongo que s¨ª.
Joel. Comparto algunas cosas, pero no todas.
Ethan. Es algo que vuelve de forma recurrente. En los sesenta se hablaba de la muerte de la novela. Pasamos por la muerte de Broadway, del teatro, y ahora es la muerte de las pel¨ªculas y los libros.
Joel. Las novelas no han muerto, pero ahora la gente las lee en kindles.
Ethan. En los sesenta tambi¨¦n se hablaba de la muerte de Dios.
Joel. S¨ª, eso fue bastante pronto. Ten¨ªa que haber acabado ah¨ª porque luego vino la muerte de la novela y de las pel¨ªculas [risas].
Ethan. La muerte de los libros como objetos no es el fin del mundo. Lo l¨®gico ser¨ªa que lo siguiente que muriese fueran las conversaciones apocal¨ªpticas sobre cosas que mueren.
?Pero van ustedes a rodar su pr¨®xima pel¨ªcula en digital?
Ethan. ?Ha muerto el celuloide? Bueno, eso me temo que parece que s¨ª.
Joel. El otro d¨ªa hablaba de cintas digitales con un amigo y me dijo que Kodak estaba volviendo a hacer pel¨ªculas. ?Qui¨¦n demonios sabe lo que va a ocurrir?
Ethan. Todav¨ªa no sabemos si rodaremos en digital nuestra pr¨®xima pel¨ªcula, estamos d¨¢ndole vueltas aunque s¨ª llevamos diez a?os montando filmes en digital.
?No les dio miedo pasar por alto el consejo de Alfred Hitchcock de que nunca hab¨ªa que rodar ni con ni?os ni con animales? Porque el gato es un personaje esencial de A prop¨®sito de Llewyn Davis.
Ethan. ?Hitchcock dijo eso? Pues sab¨ªa de lo que estaba hablando.
Joel. S¨ª, pero, por otro lado, dijo que los actores son como ganado. Es un buen consejo.
Ethan. Sobre todo, no rodar con gatos.
Joel. Ten¨ªamos que haberle hecho caso. Sab¨ªa de qu¨¦ hablaba, al fin y al cabo rod¨® como 55 pel¨ªculas.
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