La Constituci¨®n, nada que celebrar
La Constituci¨®n fue posible gracias al esfuerzo de entendimiento y la generosidad de todos los que participaron en su redacci¨®n, junto con el de todos los que desde el anonimato consiguieron que esta llegara a ser una realidad. En un dif¨ªcil equilibrio de fuerzas, hicieron Pol¨ªtica, con may¨²sculas, para conseguir que no se volvieran a repetir situaciones de p¨¦rdida de derechos y libertades fundamentales que nos fueron arrebatados a la fuerza a todos los ciudadanos de este pa¨ªs.
Parec¨ªa que el periodo de transici¨®n entre la dictadura y la democracia, y la promulgaci¨®n de la Constituci¨®n como punto final de esta Transici¨®n, era el principio de una nueva etapa; pero mirando hacia atr¨¢s, parece que fue el punto final.
Se promulg¨® la Constituci¨®n, se aposentaron, se convirtieron en mercaderes y comerciantes, y nosotros, los ciudadanos, les dejamos hacer, bien con consentimiento expreso en las urnas, bien t¨¢cito, mirando hacia otro lado. En la Constituci¨®n se contemplan mecanismos de reforma, que requieren unas mayor¨ªas concretas, para asegurarse de que esos cambios no se har¨¢n a tontas y locas, seg¨²n los deseos del partido que tenga mayor¨ªa absoluta en cada momento; y dichos mecanismos son los que deber¨ªan utilizarse para cambiar leyes importantes que se refieren a derechos y libertades fundamentales que nos afectan a los ciudadanos muy de cerca, y tras una meditaci¨®n seria y responsable.
Deber¨ªa abstenerse, quien quiera que sea el que gobierne en un momento dado, ampar¨¢ndose en mayor¨ªas cuantitativas, de aprobar leyes que rozan el l¨ªmite de la intrusi¨®n en derechos sagrados o que los allanan claramente. La vieja m¨¢xima de la Revoluci¨®n del 68: ¡°S¨¦ realista, pide lo imposible¡±, se podr¨ªa aplicar a esto, y no como un sue?o imposible: recuperar la dignidad colectiva de los ciudadanos, abandonando la permisividad y pasividad ante cualquier cosa con la que quieran hacernos comulgar. Y los mercaderes y comerciantes que se sientan en el Congreso y Senado, empezar desde cero a aprender lo que significan los conceptos de dignidad, servicio p¨²blico y honradez y, por favor, que dejen de celebrar actos huecos, que resultan insultantes para los ciudadanos. No s¨¦ si saben de lo que hablo.¡ª Pepa Rodr¨ªguez Infante. Alhendin,
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