Cuidado con las puertas
Los intentos de restringir la libre circulaci¨®n de ciudadanos de la UE favorecen a los eur¨®fobos
El primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, ha vuelto a descubrir la amenaza que se cierne sobre el mercado de trabajo y el sistema de prestaciones sociales de su pa¨ªs, a pocas semanas de que rumanos y b¨²lgaros, los pen¨²ltimos llegados a la Uni¨®n Europea, vean levantadas las restricciones que pesan sobre ellos para la libre circulaci¨®n entre pa¨ªses de la UE. Alemania tambi¨¦n muestra su inquietud por el impacto de los inmigrantes procedentes del este sobre su Estado de bienestar.
Tales inquietudes han llegado a la Comisi¨®n Europea, cuya respuesta es que considera innegociables las normas de libre circulaci¨®n. La contestaci¨®n de la comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding, a la iniciativa brit¨¢nica ha sido mesurada: si hay abusos en la utilizaci¨®n de las ayudas sociales, corresponde a cada Estado la competencia para corregirlos, pero no para coartar las libertades en las que se basa el mercado ¨²nico. No se trata solo de preservar el libre movimiento de capitales, bienes y servicios, sino la libertad de circulaci¨®n de las personas.
Desde que se populariz¨® la imagen del fontanero polaco como supuesto s¨ªmbolo del peligro que se cern¨ªa sobre los obreros franceses, las opiniones p¨²blicas de varios pa¨ªses evolucionan hacia una mayor radicalidad. Seg¨²n una encuesta reciente, 8 de cada 10 holandeses est¨¢n en contra de abrir las fronteras el a?o pr¨®ximo. De modo que las alegr¨ªas pol¨ªticas que saludaron en 2004 la entrada en la UE de 10 pa¨ªses, seguida de las de Ruman¨ªa y Bulgaria en 2007 y la m¨¢s reciente de Croacia, se enfrentan ahora al proteccionismo rampante en buena parte de los pa¨ªses comunitarios.
Editoriales anteriores
La negativa a coexistir con ciudadanos procedentes de zonas pobres, por m¨¢s que sean de Estados miembros de la UE, tiene una clara voluntad electoralista. Algunos Gobiernos han escogido a la Comisi¨®n Europea como blanco de sus cr¨ªticas, lo cual es tanto como se?alar la responsabilidad de la Europa comunitaria en los problemas que sirven de bander¨ªn de enganche a los partidos de ultraderecha, aislacionistas o eur¨®fobos. Ya no es suficiente con agitar la bicha del miedo a los inmigrantes extracomunitarios, sino la del temor a los europeos mismos: los del norte y el centro contra los del sur o los del este. Mal ambiente para abordar las elecciones europeas del a?o pr¨®ximo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.