Afrontar los fracasos

El optimismo es la baza principal del resiliente. La valent¨ªa, otra. Porque permitirte sentir emociones fuertes y no huir de ellas tiene un precio que hay que estar dispuesto a pagar. Los momentos felices y placenteros se disfrutan; los fracasos y desilusiones son parte del bagaje que llena los rincones de nuestra vida haci¨¦ndonos m¨¢s sabios, m¨¢s generosos. El art¨ªculo de Patricia Ram¨ªrez C¨®mo sobreponerse a los golpes de la vida est¨¢ repleto de m¨¢ximas que rozan lo obvio; tanto, que a veces nos pasan desapercibidas, empe?¨¢ndonos en refugiarnos en sentimientos frustrantes, en lamentaciones y en reproches. Pero, ?el resiliente nace o se hace? Los genes albergan posos del car¨¢cter heredado. El ambiente familiar es determinante para adquirir habilidades sociales, empat¨ªa y algo muy importante para afrontar los avatares que nos ponen a prueba d¨ªa a d¨ªa: valorarnos a nosotros mismos y conocer nuestra capacidad de levantarnos una y otra vez. Tambi¨¦n est¨¢ la habilidad para cambiar y redimirse; de aprender y, aunque no se lleguen a cumplir todas las premisas que nos har¨ªan brillar como superh¨¦roes, poder adaptarnos y salir ilesos de fracasos y calamidades. Dos p¨¢ginas para tener a mano y releer cuando las obviedades se convierten en laberintos que nos confunden y nos hacen sentir infelices.