Ideolog¨ªa ¡®neocon¡¯

Mejor libro de autoayuda para las Navidades: el programa electoral del Partido Popular en sus dos modalidades (abreviada: S¨²mate al cambio; completa: Lo que Espa?a necesita). Cualquiera que lo lea sabr¨¢ la hoja de ruta que el Gobierno NO va a seguir en el tiempo de legislatura que le queda, pese a su mayor¨ªa absoluta.

Ese programa, que ya gozaba de ambig¨¹edad calculada porque fue elaborado en la convicci¨®n de que el PP iba a ganar los comicios con holgura, al menos incorporaba las ideas generales de una forma de gobernar: crecimiento y empleo (trabajo seguro, no temporal, se dec¨ªa), bajada de impuestos, equidad, servicios p¨²blicos, educaci¨®n... Sobre todo ello ya sabemos en qu¨¦ grado se ha cumplido el contrato.

Cuando se ha iniciado la segunda parte de la legislatura y el PP asoma la patita de su ideolog¨ªa m¨¢s pura (ahora no se trata del estado de necesidad que dejaron los socialistas en la econom¨ªa, sino de aquello en lo que creen), con iniciativas como la ley de seguridad o una ley de huelga disfrazada de servicios m¨ªnimos, vuelve a ser literatura fant¨¢stica la lectura del programa electoral. De lo que van a hacer en esos terrenos, no hay ni una palabra.

Se recomienda el cap¨ªtulo ¡®Democracia ejemplar¡¯, del programa del PP. Literatura fant¨¢stica

Es hermoso dedicarse atentamente a un cap¨ªtulo titulado Una democracia ejemplar, cuyo diagn¨®stico no se puede dejar de compartir. Dec¨ªa en 2011 el PP: ¡°Nunca se ha registrado un grado tan elevado de desconfianza hacia la pol¨ªtica (...) La corrupci¨®n es una seria patolog¨ªa de la democracia. La lucha decidida contra la corrupci¨®n ser¨¢ un esfuerzo prioritario con un claro reflejo legislativo e institucional¡±. ?Y por qu¨¦ ha sucedido ello? Porque ¡°las instituciones se han alejado de las prioridades de los ciudadanos, han perdido cr¨¦dito por su utilizaci¨®n partidista y se han debilitado por la ruptura de los acuerdos b¨¢sicos que las sustentan¡±.

El PSOE las ha patrimonializado. Lo contrario de lo que se ha hecho ahora, por ejemplo, con la Agencia Tributaria. Al llegar al Gobierno, el PP devolver¨ªa la confianza en la independencia de los jueces y tribunales, como hizo en el Tribunal Constitucional, poniendo a su frente (lo nunca visto) a un militante del partido con claros indicios de incompatibilidad real con el puesto. Asimismo trabajar¨ªa con decisi¨®n en la solvencia y equilibrio de los ¨®rganos de supervisi¨®n y de control de los sectores regulados (en uno de ellos, la CNMV, puso de presidenta a una diputada del PP al frente; los dem¨¢s, exceptuando el Banco de Espa?a, unificados en un experimento al menos dudoso, en el peor momento: cuando se multiplican los casos de colusi¨®n entre intereses empresariales y la necesaria competencia).

En seguridad ciudadana, el PP tambi¨¦n era rotundo: reforzamiento de la presencia policial en calles y barrios, y coordinaci¨®n entre todos los cuerpos policiales (con homologaci¨®n de sus condiciones), ¡°sin que sea necesaria la creaci¨®n de nuevas polic¨ªas auton¨®micas¡±. Ahora ya sabemos por qu¨¦: porque hay m¨¢s margen para la privatizaci¨®n de la seguridad.