La reforma energ¨¦tica en M¨¦xico: un cambio de paradigma

Por su peso hist¨®rico, pol¨ªtico y cultural, adem¨¢s de sus profundas consecuencias econ¨®micas y sociales, la reforma energ¨¦tica de M¨¦xico es una de las iniciativas m¨¢s importantes y significativas en los ¨²ltimos 25 a?os.

En la d¨¦cada de los a?os treinta, derivado de un prolongado conflicto laboral, las compa?¨ªas petroleras extranjeras se negaron a acatar la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n que apoyaba las demandas de los trabajadores. Esto propici¨® una situaci¨®n sumamente dif¨ªcil para el gobierno del presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas, quien se enfrent¨® a una decisi¨®n que marcar¨ªa la historia de los pr¨®ximos 80 a?os en la discusi¨®n p¨²blica en la materia.

M¨¦xico necesitaba a las empresas para producir combustibles y obtener ingresos fiscales. No puede soslayarse que hab¨ªan pasado apenas 10 a?os de la culminaci¨®n de los movimientos armados y el pa¨ªs estaba en proceso de reconstrucci¨®n. Era fundamental garantizar el Estado de Derecho puesto en entredicho por la renuencia de esas compa?¨ªas a respetar el fallo judicial.

La infraestructura petrolera y el¨¦ctrica est¨¢ en franco deterioro, obsolescencia y abandono

El Gobierno opt¨® por expropiar los bienes de las empresas extranjeras, emprender reformas a la Constituci¨®n y promulgar nuevas leyes para sentar las bases institucionales de la industria petrolera que, al igual que la el¨¦ctrica, son hoy ¨Cy han sido por varias d¨¦cadas¨C el principal sost¨¦n de la econom¨ªa mexicana. A partir de entonces, la organizaci¨®n industrial se apoy¨® en un monopolio estatal, en donde la participaci¨®n privada juega un papel limitado. Esta decisi¨®n se convirti¨® en un referente para la cultura pol¨ªtica nacional; una decisi¨®n de tal relevancia que fue protagonista en la discusi¨®n de la reforma energ¨¦tica reci¨¦n aprobada.

El origen de la reforma: la sustentabilidad energ¨¦tica en riesgo

Por d¨¦cadas, Pemex (Petr¨®leos Mexicanos) y la CFE (Comisi¨®n Federal de Electricidad) proporcionaron con eficacia los energ¨¦ticos que necesit¨® la econom¨ªa de M¨¦xico. A finales de los a?os setenta, M¨¦xico ya era un pa¨ªs pr¨¢cticamente autosuficiente en este sector. En este contexto se descubri¨® en las costas del estado de Campeche, el yacimiento petrolero de Cantarell, uno de los m¨¢s grandes del mundo, que le permiti¨® a M¨¦xico convertirse en una potencia petrolera exportadora.

Las crisis econ¨®micas de mediados de los ochenta y principios de los noventa generaron una situaci¨®n precaria para el grueso de la poblaci¨®n. El Gobierno federal y al Congreso se vieron obligados a recurrir a la renta petrolera para cubrir el gasto p¨²blico, reducir el impacto de los ajustes fiscales y compensar con los ingresos de Pemex la limitada recaudaci¨®n de impuestos.

En este contexto, a Pemex y a la CFE se les administr¨® para producir la mayor cantidad de ingresos p¨²blicos, restringiendo sus inversiones productivas. La consecuencia natural fue el abandono y consecuente deterioro de la infraestructura a grado tal que, por ejemplo, tenemos gas en el subsuelo pero M¨¦xico debe importarlo; tenemos petr¨®leo, pero importamos gasolina de Estados Unidos.

La reforma energ¨¦tica aprobada cambiar¨¢ el paradigma de la pol¨ªtica p¨²blica de energ¨ªa

Estas contradicciones pudieron sostenerse por a?os, porque para el Estado mexicano resultaba rentable destinar recursos para extraer y exportar un barril de crudo hasta en 80 d¨®lares y, con ese dinero, importar gasolinas, petroqu¨ªmicos y gas.

Este modelo entr¨® en crisis cuando la extracci¨®n de Cantarell entr¨® en una fase de declive y la producci¨®n petrolera cay¨® en casi un mill¨®n de barriles diarios. La infraestructura petrolera y el¨¦ctrica se encuentra hoy en franco deterioro, obsolescencia y abandono.

Los planteamientos

Todas las fuerzas pol¨ªticas estuvieron de acuerdo en la necesidad de emprender una reforma energ¨¦tica. Las propuestas que se presentaron en el Congreso fueron coincidentes en el diagn¨®stico, seg¨²n se desprende de la lectura de las iniciativas que presentaron los principales partidos pol¨ªticos.

Desde la perspectiva jur¨ªdico-conceptual las discrepancias se centraron en analizar si los problemas pod¨ªan solucionarse mediante una reforma constitucional o si algunas modificaciones legales eran suficientes. El debate se dio entre dos alternativas contrapuestas:

En primer lugar, se propuso permitir la participaci¨®n de empresas privadas en la generaci¨®n de electricidad, previo permiso, y en la exploraci¨®n y extracci¨®n de hidrocarburos mediante contratos o licencias. La segunda propuesta propon¨ªa fortalecer institucionalmente a Pemex y a la CFE a trav¨¦s de la reducci¨®n de su carga fiscal, entre otras.

Desde la perspectiva econ¨®mica era necesario considerar una simple l¨®gica aritm¨¦tica: perforar un pozo en aguas profundas en el Golfo de M¨¦xico cuesta de 100 a 200 millones de d¨®lares. De cada diez pozos perforados resultan exitosos, en el mejor de los casos, cuatro. Para diversificar este riesgo geol¨®gico, se necesita hacer un gran n¨²mero de perforaciones y, por tanto, gastar miles de millones de d¨®lares. El gobierno de M¨¦xico no cuenta con esos recursos y ser¨ªa irresponsable recurrir a deuda para ello ¨Cuna de las causas que deton¨® la crisis de los ochenta fue precisamente la deuda p¨²blica¨C.

La reforma aprobada: un cambio de paradigma

El proceso deliberativo que dio paso a la reforma fue ejemplar: fue transparente, abierto y participativo. Se cont¨® con la participaci¨®n de expertos y de organizaciones de la sociedad civil a trav¨¦s de foros y consultas. Todas las fuerzas pol¨ªticas presentaron sus argumentos y posturas. Los legisladores votaron mayoritariamente por eliminar el monopolio estatal y permitir la participaci¨®n privada en las industrias el¨¦ctrica y petrolera. Se reiter¨® una y otra vez que esto no significa que la naci¨®n renuncie a la propiedad originaria sobre los recursos naturales del subsuelo.

La reforma energ¨¦tica aprobada cambiar¨¢ el paradigma de la pol¨ªtica p¨²blica de energ¨ªa porque contempla que el sector privado pueda generar electricidad y celebrar contratos con el Estado Mexicano para la exploraci¨®n y extracci¨®n de hidrocarburos. De tener ¨¦xito, recibir¨¢ como pago sus inversiones y un porcentaje de la producci¨®n o de las utilidades; si fracasa, el mismo sector privado absorbe las p¨¦rdidas. En contraste, bajo el modelo actual, Pemex est¨¢ obligado a pagar a los contratistas, independientemente del resultado.

El ¨¦xito de la reforma energ¨¦tica se concretar¨¢ con la aprobaci¨®n de las leyes reglamentarias y del r¨¦gimen fiscal, mismas que se concretar¨¢n en los meses por venir.

Esta reforma es pieza clave de la estrategia de actualizaci¨®n del marco jur¨ªdico mexicano planteada por el presidente de M¨¦xico para impulsar el crecimiento econ¨®mico, el empleo y el bienestar social. Es una reforma que cambia la concepci¨®n del esquema productivo del pa¨ªs y, con ello, ofrece a M¨¦xico una nueva ruta de crecimiento y bienestar. Hemos de confiar en que las reticencias mostradas, que devienen de concepciones reiteradas, pero no comprobadas de modelos de desarrollo econ¨®mico, ir¨¢n cediendo conforme la reforma se demuestre como un verdadero camino hacia la ampliaci¨®n de oportunidades. La convicci¨®n de quienes aprobamos esta reforma es que el s¨ªmbolo mismo del petr¨®leo como sustento del desarrollo nacional se ir¨¢ llenando de contenido gracias a la aprobaci¨®n de la reforma energ¨¦tica.

Ra¨²l Cervantes Andrade es presidente del Senado mexicano y miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI).