Llega el ¡®Gordo fiscal¡¯
Este a?o se ha jugado menos a la loter¨ªa y por primera vez una parte del premio se la quedar¨¢ el fisco
Nos advirti¨® el morigerado Adam Smith que el juego de la loter¨ªa es una ilusi¨®n onerosa. ¡°No hay postulado matem¨¢tico m¨¢s cierto que cuantos m¨¢s billetes [de loter¨ªa] se aventuren, m¨¢s probable es que se pierda. Ju¨¦guense todos los billetes y se perder¨¢ sin duda alguna¡±. La reflexi¨®n del economista escoc¨¦s nada ha podido contra la costumbre, uso social (se regala loter¨ªa en Navidad) o superstici¨®n. Solo la depresi¨®n ¡ªde rentas y de ¨¢nimo¡ª est¨¢ erosionando la fe en el milagro del Gordo.
En 2008 (?qu¨¦ tiempos aquellos!) cada espa?ol gastaba 227 euros anuales en loter¨ªa; en 2013 apenas gastar¨¢ 65 euros. Adem¨¢s de la depresi¨®n influyen otros fen¨®menos. El cursil¨®n anuncio loteril de este a?o, con Raphael ajusticiando el videoclip con nanananan¨¢-nanana final de alm¨ªbar caducado, ahuyenta a los esp¨ªritus m¨¢s vigorosos.
La difusi¨®n de otros juegos por Internet tambi¨¦n es un factor disuasorio; y ese fen¨®meno paranormal de que los primeros premios agracien con cierta frecuencia a especuladores y corruptos escama a mucho comprador potencial, como si el sorteo premiara al mangui. Pero este a?o, adem¨¢s, est¨¢n los impuestos. El Gordo fiscal.
Todos los premios que superen los 2.500 euros por d¨¦cimo est¨¢n gravados; quien gane el Gordo navide?o no se llevar¨¢ 400.000 euros, sino 320.500 euros. Hacienda esperaba recaudar durante todo el a?o 824 millones, pero tan tradicional como la Loter¨ªa es que Hacienda se equivoque en los c¨¢lculos: apenas llegar¨¢ a los 440 millones.
D¨ªa llegar¨¢ en que los ciudadanos seamos culpables del d¨¦ficit porque no jugamos lo suficiente a la loter¨ªa. La visi¨®n prof¨¦tica de Sheldon Adelson, frustrada por un malentendido inversor (?qui¨¦n no quiere asegurar el 100% de su inversi¨®n?) ilumina el futuro de la sociedad espa?ola.
Pero hoy es un d¨ªa de subrogarse la alegr¨ªa del afortunado y desparramar t¨®picos. Los premiados descorchar¨¢n cava a las puertas de los locales tocados por la suerte y responder¨¢n con el mantra de siempre (¡°Taparemos algunas goteras¡±) a la pregunta de siempre (¡°?En qu¨¦ se gastar¨¢n el premio?¡±). Y los menos afortunados dispondr¨¢n de una muletilla abrumadora: ¡°Lo que importa es tener salud¡±. Bueno, salud y empleo.
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