Luis del Olmo, la leyenda de la radio
Luis del Olmo recibe en Barcelona a El Pa¨ªs Semanal para hablar de su dilatada trayectoria ante los micr¨®fonos de los que acaba de despedirse.
La voz grave, modulada y amable que millones de espa?oles identifican (¡°buenos d¨ªas, Espa?a. Les habla Luis del Olmo¡±) fue una voz de pito. Cuando el hombre que realiz¨® m¨¢s de 12.000 emisiones de Protagonistas era un locutor principiante en Radio Juventud de Ponferrada, su voz ¡°extremadamente aguda¡± lo acomplejaba. Un d¨ªa quiso solucionar ¡°el problema¡± convirti¨¦ndose en un fumador empedernido. Pero los resultados no fueron satisfactorios. Un pitillo tras otro y la rotundidad sonora no llegaba. Poco despu¨¦s de que cumpliera 22 a?os, sin embargo, comenzaron a surgir los tonos graves que ten¨ªa ocultos. ¡°?Hasta los 22 a?os! Y yo creo que de nada sirvieron los cigarrillos, ?eh? El cambio lleg¨® solo¡±, dice ahora Luis del Olmo ¡ªel gesto adusto, la camisa blanca, las canas bien peinadas, las piernas de cig¨¹e?a¡ª, sentado en el sof¨¢ de su casa, a unos pasos de la Diagonal de Barcelona.
Es una tarde de sol lechoso. El viento es fr¨ªo y la humedad pegajosa. En las paredes cuelgan fotos y cuadros con momentos de vida familiar y profesional. No hay ruidos que interrumpan. Faltan algunos d¨ªas para que llegue la ma?ana del segundo viernes de diciembre ¡ªviernes 13¡ª y ante el micr¨®fono de Radio Nacional ¡ªdonde el ¨¦xito comenz¨®¡ª, despu¨¦s de entrevistar al seleccionador Vicente del Bosque, anuncie con firmeza:
"Me hubiera gustado entrevistar al terrorista que vino a por m¨ª"
¡ªHa llegado el momento de decir adi¨®s. Un adi¨®s que, esta vez, no es un hasta luego. Mi olfato me dice que hay que bajar el tel¨®n definitivamente. As¨ª que con estas palabras apago el micr¨®fono, mi viejo compa?ero durante m¨¢s de medio siglo. No ha sido f¨¢cil tomar esta decisi¨®n, pero ahora toca guardar silencio y escuchar c¨®mo hacen la radio y c¨®mo la viven otros compa?eros. Gracias a todos por haber tenido la paciencia de escucharme y llegar hasta aqu¨ª. Quiz¨¢ me encuentren en otro medio, nada que ver con la radio, si ese es su deseo.
Pero eso ocurr¨ªa despu¨¦s ¡ªel viernes 13¡ª, porque en este momento, en el tranquilo sal¨®n de su casa, Luis del Olmo abre las compuertas de su memoria y su ¡°vocaci¨®n salvaje¡± se desborda.
Naci¨® en plena Guerra Civil y creci¨® a 40 kil¨®metros de la estaci¨®n de tren donde trabajaba su padre. Cuando estudiaba bachillerato, en la Espa?a donde casi todos eran ¡°pobretes pero alegretes¡± y la radio era parte de la educaci¨®n sentimental, abrieron una emisora en su Ponferrada natal, donde empez¨® a colaborar y, a partir de entonces, se encari?¨® con el micr¨®fono. Lleg¨® a Madrid con la ambici¨®n de crecer profesionalmente y se convirti¨® en un ¡°jornalero radiof¨®nico¡± que estaba todo el d¨ªa ¡ªtodos los d¨ªas¡ª en las ondas hertzianas. Quiso aprender m¨¢s y se fue a Barcelona (¡°donde estaba la vanguardia de la radio en este pa¨ªs¡±) y desde esta ciudad comenz¨® a conquistar a la audiencia. Atraves¨® el tardofranquismo, la Transici¨®n y lleg¨® a la democracia. Con una mezcla de info-entretenimiento marc¨® tendencia con Protagonistas al convertir el tel¨¦fono en un micr¨®fono para los oyentes, transmitir en directo desde varias ciudades de Espa?a y del mundo, ofrecer segmentos de humor y hacer tertulias de an¨¢lisis y opini¨®n, caracter¨ªsticas que retomar¨ªan la mayor¨ªa de los programas que se escuchan en la actualidad.
Premiado una y otra vez, casado con una mujer a la que ama y le agradece que siempre (¡°a pesar de todo¡±) est¨¦ a su lado, padre y abuelo que cumplir¨¢ 77 a?os el pr¨®ximo 31 de enero, madrugador, consentido de los oyentes, amenazado por ETA (que intent¨® asesinarlo ocho veces), estafado por su administrador, art¨ªfice de dos museos, maestro de periodistas, Leyenda de la Radio, Luis del Olmo habla con soltura junto a las fotos de sus nietos.
¡ª?Todav¨ªa sigue subiendo de dos en dos los escalones de este edificio hasta llegar a este piso, en la cuarta planta?
¡ª?Qui¨¦n te lo ha dicho? Ya no de dos en dos, pero s¨ª de uno en uno. Contin¨²o subiendo para tratar de mantener en forma esta m¨¢quina que ya tiene muchos a?os y que, de vez en cuando, hay que engrasarla. Y la verdad es que me da bastante buen resultado porque yo no esperaba llegar a esta edad con la fuerza que tengo en este momento y con las ganas todav¨ªa de hacer cosas con este cuerpo serrano que Dios me ha dado.
"A la reina le har¨ªa preguntas muy directas. Pero s¨¦ que no ser¨ªa f¨¢cil que me concediera una entrevista"
¡ªSi un d¨ªa Jos¨¦ Ferrer no hubiera abandonado Protagonistas y Jorge Arandes no le hubiera ofrecido ese espacio en RNE, ?qu¨¦ ser¨ªa de Luis del Olmo?
¡ªPues probablemente lo que otros compa?eros de mi edad y de mi promoci¨®n: estr¨ªa ya retirado definitivamente. A m¨ª la posibilidad que me dio Jorge Arandes, cuando Jos¨¦ Ferrer abandon¨® Protagonistas de mutuo propio, porque se fue a trabajar a Madrid en otros aires, no estar¨ªamos hablando t¨² y yo. La gente contin¨²a record¨¢ndome y salud¨¢ndome, agradeci¨¦ndome, si tiene algo que agradecerme, gracias al programa, a ese peri¨®dico radiof¨®nico. Yo no ser¨ªa nada ni nadie de no haber tenido Protagonistas. Esa cantidad de premios Ondas y de otras distinciones que a lo largo de mi vida me han dado, ha sido gracias a Protagonistas.
¡ªSeguramente tiene todos los premios que se le puedan dar a un comunicador en Espa?a¡
"Nunca trabaj¨¦ en la SER porque as¨ª estaba escrito"
¡ªYo creo que s¨ª. Las distinciones que se le puedan dar a un hombre o a una mujer que ha trabajado en la radio los tengo, sobre todo, en mis dos museos de la radio. Uno en Ponferrada y otro en Roda de Bar¨¢, donde tengo cerca de 4.000 entrevistas que he hecho a lo largo de mi vida, donde los curiosos y los estudiosos de la radio pueden encontrar todos los aciertos y alg¨²n otro desacierto, que tambi¨¦n est¨¢ grabado en las cintas magnetof¨®nicas.
¡ª?Alguien le ha negado alguna vez una entrevista?
¡ªPues probablemente, probablemente¡ A m¨ª me hubiera gustado entrevistar a un terrorista, al mismo terrorista que vino a por m¨ª a mi casa y que no encontr¨® a Luis del Olmo porque ese d¨ªa Luis del Olmo se hab¨ªa desplazado a Madrid para hacer una entrevista a Baltasar Garz¨®n. No encontr¨® a Luis del Olmo sino a un guardia municipal de Barcelona y la dinamita que era para m¨ª se la llev¨® ¨¦l.
¡ª?C¨®mo fueron esos a?os bajo la amenaza de ETA, a ra¨ªz de sus comentarios en antena condenando el asesinato del capit¨¢n Alberto Mart¨ªn Barrios en 1983?
¡ªLas amenazas del terror¡ eso hay que vivirlo, ?no?, para poder contarlo. No te acostumbras casi nunca. Digo casi nunca porque, al cabo de los a?os s¨ª te acostumbras. Los primeros a?os fueron terribles: sospechaba que cualquier ciudadano que pasaba a mi lado, el camarero de un restaurante que me hab¨ªa atendido, el aficionado al f¨²tbol con el que hab¨ªa coincidido en el estadio del Bar?a¡ lo ve¨ªa y sospechaba que pod¨ªa ser un terrorista que ven¨ªa a por m¨ª. Fueron a?os terribles, no solamente porque la escolta que yo tuve durante 20 a?os la tuvo, tambi¨¦n, la primera parte, mi mujer y mis hijos, ?no? Pero, bueno¡ ahora¡ uno echa un vistazo hacia atr¨¢s y contempla estos a?os negros donde, no solamente yo, sino otros queridos compa?eros, han tenido tambi¨¦n la amenaza y la compa?¨ªa de la escolta. De los escoltas he hecho amigos y tambi¨¦n han sido amigos para mi familia. Los escoltas han visto crecer a mis hijos. Y entran en mi casa como alguien de mi familia. Pero, bueno, ese es el lado m¨¢s oscuro y m¨¢s terrible de estos a?os tan hermosos que he vivido gracias a la radio y que, a pesar de todo, volver¨ªa a repetirlos.
"Nunca llegu¨¦ a decir ?tengo a mi pa¨ªs pendiente de m¨ª.? Porque esto es muy ef¨ªmero"
¡ª?A qui¨¦n m¨¢s le hubiera gustado entrevistar?
¡ªPues adem¨¢s del terrorista que vino en busca de mi vida aqu¨ª, me gustar¨ªa entrevistar tranquilamente a la Reina. Con el Rey he tenido unas charlas cortas a trav¨¦s del tel¨¦fono. Pero a la Reina¡ Yo s¨¦ la dificultad que hay de que acceda. Pero tambi¨¦n s¨¦ que me tiene un cari?o especial, as¨ª que no pierdo la esperanza.
¡ª?Qu¨¦ le preguntar¨ªa?
¡ªPues le preguntar¨ªa, primero, c¨®mo vive una Reina en estas circunstancias y en esta situaci¨®n terrible que estamos viviendo todos, incluida la Familia Real. Si es muy dif¨ªcil la convivencia con el Rey. Si conf¨ªa en que el pr¨ªncipe puede suceder a su marido para poder reinar. Si alguna vez ha tenido miedo dentro de las paredes de su residencia. Si se ha encontrado sola en alguna ocasi¨®n. Si est¨¢ arrepentida de haber contra¨ªdo matrimonio un buen d¨ªa con el que hoy es el Rey de Espa?a. Si es feliz. Son preguntas muy directas, claro. Por eso s¨¦ que no ser¨ªa f¨¢cil que me concediera una entrevista. Ni a m¨ª ni a nadie. Pero bueno¡
¡ªY al terrorista que lo quiso matar¡ ?Para el tendr¨ªa solo preguntas o tambi¨¦n reclamos?
¡ªNo. Le preguntar¨ªa por qu¨¦. Por qu¨¦ esa obsesi¨®n contra m¨ª. La respuesta que ¨¦l ha dado es porque yo les hac¨ªa mucho da?o a trav¨¦s del micr¨®fono. Le preguntar¨ªa si est¨¢ arrepentido de haber asesinado a gente importante. C¨®mo se puede acumular tanto odio para dedicarse toda una vida a asesinar. No me atrever¨ªa tutearle. Me producir¨ªa repugnancia tutearlo. Le dir¨ªa que qu¨¦ dicen sus padres de todo esto. Le dir¨ªa: la primera vez que asesin¨®, ?durmi¨® tranquilo? ?En qu¨¦ cree usted? ?Qui¨¦nes son sus amigos?, porque tendr¨¢ amigos, ?no? ?O todos est¨¢n en el c¨ªrculo del terror? Despu¨¦s de tanta sangre derramada, ?se ha dado cuenta de que no ha merecido la pena? ?Ser¨ªa capaz de pedir perd¨®n o eso no le sale de las entra?as? No s¨¦. Eso. Si lo tuviera delante, pues ir¨ªan surgiendo m¨¢s preguntas.
¡ªDice usted que, aunque Protagonistas ha cambiado de cadena, no ha cambiado de ideolog¨ªa.
¡ªHemos cambiado de cadena varias veces, pero no de ideolog¨ªa ni de objetivo: informar, entretener, esquivar a Franco. En el coraz¨®n de Protagonistas siempre ha palpitado el deseo de entretener al personal y de hacer, a mi manera, justicia cuando ve¨ªa las tropel¨ªas que se comet¨ªan. Sobre todo en el tiempo de la dictadura. La Transici¨®n fue muy hermosa porque te dabas cuenta de que las posibilidades de ser un pa¨ªs libre estaban ah¨ª al alcance de la mano y yo creo que muchos compa?eros trabajamos para conseguir eso. Sab¨ªamos que ten¨ªamos la democracia en las manos y yo lo pas¨¦ muy bien en ese tiempo.
¡ª?La censura no lo orill¨® a pensar en dejar la radio?
¡ªNo. Porque eso ser¨ªa abandonar lo que m¨¢s me apasiona. Pero a veces esos censores me lo hicieron pasar muy mal. En una ocasi¨®n, cuando el presidente era Adolfo Su¨¢rez, invit¨¦ a dos compa?eros de la prensa de Barcelona que hicieron un comentario que no gust¨® en Moncloa y me cesaron de Protagonistas. Al cabo de una semana me devolvieron el programa gracias a la presi¨®n de los compa?eros de la presa de Barcelona. Y as¨ª fui cabalgando en aquellos a?os dif¨ªciles.
¡ªEstar ante un micr¨®fono es una responsabilidad may¨²scula. Pero tenerla tanto tiempo, ?no se corre el riesgo de convertirse en un predicador?
¡ªNo, un predicador jam¨¢s. Yo nunca he tenido una sensaci¨®n de poder. Me hubiera perjudicado. Yo sab¨ªa que era maravilloso tener ese micr¨®fono para dar los ¡°buenos d¨ªas, Espa?a¡± e invitar a los oyentes a participar. Pero nunca tuve la sensaci¨®n de que aquello me daba poder. Me escuchaban en todos lados: en el campo, en el despacho, en los taxis, en las casa, en altamar¡ Sab¨ªa que hab¨ªa adquirido una gran responsabilidad, pero al tiempo que la disfrutaba ten¨ªa miedo perderla. Y creo que siempre supe tener los pies en la tierra y nunca abusar ni cre¨¦rmelo.
¡ªY c¨®mo le hac¨ªa, porque con millones de oyentes, un alto grado de credibilidad (¡°lo ha dicho Luis del Olmo¡±), tertulianos que influ¨ªan en la opini¨®n p¨²blica, pues¡
¡ªA ver: nunca llegu¨¦ a decir ?tengo a mi pa¨ªs pendiente de m¨ª.? Porque esto es muy ef¨ªmero. Yo sab¨ªa que la gente que mandaba me pod¨ªa quitar esa ventana y que hab¨ªa muchos compa?eros que me pod¨ªan suplir. Pero es verdad que goc¨¦ de la confianza de mis jefes, les parec¨ªa que sonaba bien. Sab¨ªa que ten¨ªa competidores de la categor¨ªa y el prestigio de mi amigo y hermano I?aki Gabilondo. S¨¦ que no pod¨ªa descuidarme y que cada d¨ªa ten¨ªa que superarlo, algo nada f¨¢cil.
¡ª?Con qu¨¦ directivos le ha sido m¨¢s dif¨ªcil lidiar: con los de RNE, con los de la COPE, con los de Onda Cero o con los de Punto Radio?
¡ªLos m¨¢s dif¨ªciles fueron los de Punto Radio. La decisi¨®n de los directivos de abandonar ese proyecto, borrarlo de una bofetada y poner a 300 compa?eros en la calle¡ Eso es lo que m¨¢s me ha dolido. Descubrir que un director y un consejero delegado ten¨ªan la misma idea de la radio que yo de la ingenier¨ªa etrusca, pues¡
¡ª?Qu¨¦ ser¨ªa Luis del Olmo sin sus guionistas?
¡ªNo s¨®lo sin ellos. Sin todo mi equipo. Sin ellos no ser¨ªa nadie. He tenido buen ojo para contar con los mejores. De categor¨ªa y val¨ªa profesional.
¡ªLas tertulias que hoy escuchamos en cualquier emisora fueron paridas en su programa. ?Pero no le parece que hay un abuso de ellas?
¡ªHay un abuso en el sentido de que los tertulianos se repiten. Van de una emisora a otra, de un programa otro con mucha frecuencia. Y eso no me agrada. Los tertulianos deben estar solo en un programa. Bien pagados, claro. Pero la tertulia contin¨²a siendo importante.
¡ª?Por qu¨¦ ser¨¢ que los periodistas no suelen triunfar como empresarios?
¡ªPues cada uno sabr¨¢. Yo cre¨¦ una empresa, pero la llevaron mis hijos. Mi hijo el mayor, sobre todo, que es el que llevaba y el que lleva los peque?os negocios que nos quedan.
¡ª?Y qu¨¦ pas¨® con la estafa que le hab¨ªa hecho su contable, Rogelio Rengel?
¡ªBueno esa es una etapa muy negra, casi tan negra como la del terror. El juez est¨¢ a punto de llamarnos, pero el final ya me lo s¨¦. Me han dicho que pierda la esperanza de contar alguno de los cinco millones de euros que se llev¨® este sinverg¨¹enza. Era un hombre que formaba parte de mi familia, que ten¨ªa la llave de mi casa y, de pronto, no s¨¦ lo que le pas¨®. Tambi¨¦n se llev¨® el dinero de otras familias, cantidades menos cuantiosas que la m¨ªa, pero tambi¨¦n. Se llev¨® el dinero que yo ten¨ªa para que, alg¨²n d¨ªa, mis nietos estudiaran en las mejores universidades del mundo. Ese sue?o se termin¨® con la fechor¨ªa de este sinverg¨¹enza. Probablemente lo metan en la c¨¢rcel. Pero probablemente estar¨ªa cuatro d¨ªas, porque ya sabemos c¨®mo funciona la justicia en este pa¨ªs. Tampoco me voy a meter un tiro, afortunadamente me queda algo para ir al teatro con mi mujer de vez en cuando e ir a visitar a los nietos.
¡ª?Hoy hace con sus nietos lo que no pudo hacer con sus hijos?
¡ªEs verdad. A mis hijos no pude darles tiempo. Su madre era la que los atend¨ªa y yo sal¨ªa de casa muy temprano rumbo a la radio y, pr¨¢cticamente, viv¨ªa ah¨ª y no pude atender lo que ahora quiero atender con mis nietos.
¡ª?Qu¨¦ escucha hoy en la radio?
¡ªA los compa?eros de Radio Nacional, a Carlos Herrera que estuvo conmigo en la COPE. Esas dos emisoras, sobre todo.
¡ª?Por qu¨¦ nunca trabaj¨® en la Cadena SER?
¡ªPorque as¨ª estaba escrito. En alg¨²n momento hubo un acercamiento. Se enteraron en Radio Nacional. Les dije que me ofrec¨ªan un mejor sueldo y entonces, en Radio Nacional, me ofrecieron el programa de la tarde, con mucha publicidad y empec¨¦ a ganar bien y romp¨ª las relaciones con la SER.
¡ª?Hay algo de lo que se arrepienta en los m¨¢s de 12.000 programas de Protagonistas que hizo?
¡ªHubo equivocaciones, s¨ª. Si ahora mismo escuchara los programas que he hecho, estoy seguro de que corregir¨ªa algo. En un programa de tantas horas, ?c¨®mo no te vas a equivocar? Yo me he equivocado muchas veces.
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