El silencio de los peperos
Tengo el metabolismo m¨¢s conservador que el ala dura del partido en el Gobierno. Esa que apoya a pies juntillas, no sea que conciba algo, la reforma del aborto que anunci¨® Gallard¨®n con Navidad y alevos¨ªa
Uno ochocientos cincuenta, dos ochocientos cincuenta, tres ochocientos cincuenta. No, no estoy contando coches viejos, perd¨®n, vintage, para dormirme, que tambi¨¦n, oye, cada uno tiene sus man¨ªas para pegar ojo. Son los kilos que he cogido entre la semana pasada y esta. Concretamente entre las 21.00 del d¨ªa de Nochebuena y las 23.00 del de la Natividad de Cristo, momento en que proced¨ª a calzarme los guantes de kick boxing que me trajo el Pap¨¢ Noel de mi cu?ada ¡°para descargar mala baba¡±, me dice ¡ªya podr¨ªa ella descargarse el bigote¡ª, a fin de no trincar m¨¢s polvorones. M¨¢s de 150 gramos de engorde por hora acredito, s¨ª se?ores, incluidas las de sue?o. No me digan que no es castigo para una l¨ªder de opini¨®n progresista tener el metabolismo m¨¢s conservador que el ala dura del partido en el Gobierno. Esa que apoya a pies juntillas, no sea que conciba algo, la reforma del aborto que anunci¨® Gallard¨®n con Navidad y alevos¨ªa, mientras los presuntos discrepantes internos, que haberlos haylos seg¨²n juran en privado, miraban c¨®mo beb¨ªan los peces en el r¨ªo.
La primera, la vicepresidenta S¨¢enz de Santamar¨ªa, que dice sentirse superc¨®moda con el atraco, no hab¨ªa m¨¢s que verle el careto de piedra p¨®mez al lado del ministro de Justicia divina. Despu¨¦s, poco ruido y menos nueces, salvo esta menda, que se ha atizado toda la producci¨®n de California y Macadamia juntas. Y, finalmente, aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria, porque, menos Cristina Cifuentes, Borja S¨¦mper y la alcaldesa de Zamora, que se han mojado lo justo para poder secar luego la ropa al sol que m¨¢s caliente, el resto de los supuestos disidentes callan y, por tanto, otorgan. Celia Villalobos, la primera, que para ser tan fiera de apellido, la vicepresidenta del Congreso es, por ahora, una ¨®vida m¨¢s en el silencio de las peperas ante tama?o tajo a la libertad de sus cong¨¦neres. Ahora, la que est¨¢ que bala de contenta es la alcaldesa Botella. Que no hay nada m¨¢s progresista que el derecho a la vida, beee. Que para progre, ella, beee. Y que quien no lo vea est¨¢ m¨¢s discapacitado visual que las ovejitas del Bel¨¦n de Lladr¨®, superbeee, o sea.
Pero a lo que iba, que esto no es un mitin. Casi cuatro kilos me he echado al mondongo y a¨²n no ha llegado lo m¨¢s gordo. Por eso lo repito como un mantra. Para que no se me olvide lo bajo que he ca¨ªdo. Y porque no tengo c¨®mo apuntarlo. Adem¨¢s del ladrillo y adl¨¢teres, la crisis ha liquidado el sector del regalo de empresa. ?T¨² te crees que, a estas alturas, a¨²n no ha llegado al curro ni un boli, ni una agenda, ni un triste almanaque de propaganda? Al final voy a tener que plastificar el calendario de Olvido Hormigos al natural y en sus jugos que public¨® Intervi¨² y que tengo guardado al efecto. Se lo requis¨¦ al jefe de fiscal y laboral un d¨ªa orden¨¢ndole el archivo. Seguro que no lo nota. De prensa salm¨®n no guarda un recorte, el t¨ªo tiene tal coco que le cabe Hacienda en la cabeza, pero de esa cabecera tiene la colecci¨®n ¨ªntegra. No me preguntes por qu¨¦. Supongo que para calibrar datos antes de coger el tim¨®n de mando.
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