Fagor desmonta Mondrag¨®n
La entrada de la cooperativa en concurso de acreedores deja tocado al municipio guipuzcoano Las plataformas de afectados calculan que hasta 4.000 personas perder¨¢n su empleo
Desierta. Con las luces apagadas y la puerta azul del almac¨¦n cerrada. Los pasos solitarios de un viandante resuenan en las paredes exteriores de la planta de producci¨®n de frigor¨ªficos. El edificio, gris y de un piso, permanece vac¨ªo. El silencio se rompe con el runr¨²n de los coches que pasan frente a esta f¨¢brica, en el barrio de San Andr¨¦s de Mondrag¨®n (Gipuzkoa). Es un viernes laborable. Pero aqu¨ª no quedan trabajadores. Fagor Electrodom¨¦sticos se ha declarado en concurso de acreedores y colocado el cartel de Se cierra. El emblema del pueblo desaparece. El orgullo de la regi¨®n se acaba. La decisi¨®n de la cooperativa ha conmocionado a los 22.000 habitantes del municipio y a toda la comarca del Alto Deba. Casi 4.000 trabajadores de la zona perder¨¢n el empleo.
La otra pelea de Arrasate
Las pugnas derivadas de la ca¨ªda de la cooperativa del grupo Mondrag¨®n contin¨²an m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito laboral. Cuando llega la oscuridad al pueblo guipuzcoano, justo delante del hotel Arrasate, se concentran los miembros de la plataforma Ordaindu (Pagar, en euskera). Muchos son trabajadores y exempleados de Fagor. Les unen los 88 millones de euros que, seg¨²n el colectivo, han invertido en la empresa y que ahora piden que se les devuelva. Han contribuido al presupuesto empresarial con dos tipos de productos: capital social transformado en pr¨¦stamos mercantiles y aportaciones voluntarias, con intereses del 5% al 7%.
"El dinero lo estamos pidiendo desde antes de que la empresa entrara en preconcurso de acreedores. Nos reunimos con Txema Gisasola [presidente del grupo Mondrag¨®n] pero a¨²n no nos ha propuesto nada", subraya Isidro S¨¢nchez, portavoz de la plataforma. "Nos dijeron que al devolvernos lo que nos deben quebrar¨ªa la empresa. Cerr¨®, pero nuestro dinero se lo quedaron", remata Mikel Olabe, tambi¨¦n miembro de este colectivo.
"Arrasate [nombre de la localidad en euskera] sabr¨¢ salir de esta. Pero no nos podemos quedar quietos". El alcalde, Inazio Azkarragaurizar, de la coalici¨®n abertzale Bildu, cuenta en su despacho que el anuncio de Fagor supuso "un jarro de agua fr¨ªa" para todo el municipio. Al pueblo le cambi¨® la cara en menos de 30 d¨ªas. La empresa present¨® el 16 de octubre el preconcurso de acreedores ante el Juzgado de lo Mercantil n¨²mero 1 de San Sebasti¨¢n. Apenas un mes despu¨¦s, el 13 de noviembre, el juez declaraba la suspensi¨®n de pagos. La deuda era insostenible: 1.100 millones de euros al cierre del primer semestre de 2013. "Sab¨ªamos que hab¨ªa p¨¦rdidas de 100 millones al a?o desde 2008, pero no pens¨¢bamos que se pod¨ªa llegar al cierre. Ahora nos toca arrimar el hombro a todos y defender el modelo cooperativista", apostilla el regidor.
El mismo mensaje se escucha en el hotel, en la cafeter¨ªa, en la calle y en el restaurante. Fagor era el centro y Mondrag¨®n giraba a su alrededor. "Todo el pueblo vive de la cooperativa, directa o indirectamente.?No hay casa que no tenga vinculaci¨®n con ella", apunta Patricia Vargas, propietaria de la pasteler¨ªa Galburu. Sentada en un taburete, delante del mostrador, reconoce que el negocio ya ha notado el cierre de la empresa: "La gente se muestra un poco m¨¢s reacia a gastarse el dinero f¨¢cilmente, sobre todo en ocio". Solo el Gordo, que reparti¨® 180 millones en enero en la localidad, ha servido de alivio.
En la familia de Loli Im¨¢, de 50 a?os, los cuatro hermanos y una cu?ada se han quedado en la calle. En la de Roc¨ªo S¨¢nchez (45 a?os) tres de los cuatro hermanos tambi¨¦n han perdido su empleo en Fagor. Ambas recorren el centro del pueblo con silbatos al cuello, una camiseta roja donde puede leerse Gure empleguen defentsan (En defensa de nuestros empleos) y carteles de protesta con el lema Cooperativismo de verdad. Hiela. Es finales de noviembre. La manifestaci¨®n ha empezado frente a la planta de San Andr¨¦s, n¨²cleo de una divisi¨®n que contaba en 2009 con capacidad para producir 503.100 frigor¨ªficos al a?o, seg¨²n el Gobierno vasco.
Lo que se pens¨® hace 50 a?os para una empresa de 250 trabajadores, no funciona en una multinacional con 8.000 Mikel Olabe, portavoz de Ahots Kooperatibista
"Fagor Electrodom¨¦sticos emplea a unas 1.800 personas en el Alto Deba y en Arrasate a unas 600", precisa el alcalde. "Otras 2.000 de industrias auxiliares tambi¨¦n han perdido sus puestos¡±, incide Mikel Olabe, socio prejubilado de la cooperativa y portavoz del colectivo Ahots Kooperatibista, una plataforma muy cr¨ªtica con la deriva de la compa?¨ªa. ?l ha pasado 35 a?os ¡ªtiene 64¡ª en las entra?as de la sociedad y en Ederlan, otra de las empresas del grupo Mondrag¨®n, al que pertenece la concursada: "La ca¨ªda responde a una serie de errores estrat¨¦gicos, como la fuerte ampliaci¨®n de las inversiones internacionales". Una crisis que se ha llevado por delante al presidente de la corporaci¨®n, Txema Gisasola.
Constituida en 1956 y tras fabricar su primer frigor¨ªfico en 1962, Fagor contaba en el momento de su ca¨ªda con 13 plantas repartidas por cinco pa¨ªses: Espa?a, Marruecos, China, Polonia y Francia. "La cooperativa se mont¨® en los cincuenta y estamos en 2013. No ha sabido adaptarse a una econom¨ªa basada en la globalizaci¨®n", subraya por tel¨¦fono Mar¨ªa del Carmen Gallastegui, catedr¨¢tica de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Una idea en la que inciden desde un bajo de la calle Olarte, sede de Ahots,?una especie de taberna. All¨ª, Olabe vuelve a cargar contra la directiva:?"Lo que se pens¨® hace 50 a?os para una empresa de 250 trabajadores, no puede funcionar en una multinacional con m¨¢s de 8.000".
Fagor, en cifras
Cuentas de 2007:
- Volumen de negocio: 1.750 millones.
- Resultado: 13,4 millones de beneficio.
- Plantilla: 10.117 trabajadores.
- Cuota de mercado en Espa?a, Francia y Polonia: 19%, 17,5% y 9,2%.
Cuentas de 2012:
- Volumen de negocio: 1.166 millones.
- Resultado: 60 millones de perdidas.
- Plantilla: 5.642 trabajadores.
- Cuota de mercado en Espa?a (2013), Francia y Polonia: 13,3%, 14% y 7,2%.
Las caracter¨ªsticas de este sistema empresarial, en el que los trabajadores tambi¨¦n son socios, han provocado que la identidad de Mondrag¨®n se enmara?ara en torno a Fagor. Era su ense?a. Con mercado en m¨¢s de 130 pa¨ªses, los gobiernos la han utilizado en sus planes de marketing exterior. Conformaba la marca Espa?a. Sus cifras se ense?aban por medio mundo. En 2007: 1.750 millones de facturaci¨®n y 13,4 millones de beneficios. Las de 2012, en cambio, no agradaron: las p¨¦rdidas fueron de 60 millones.
El agujero de la empresa ¡ªcuya c¨²pula directiva ha declinado ofrecer su versi¨®n a esta web¡ª resulta de tal dimensi¨®n que el propio grupo Mondrag¨®n se ha negado a refinanciarla y la ha dejado caer. "Los recursos que demanda no servir¨ªan para garantizar su futuro", se justific¨® la corporaci¨®n en un comunicado. Un factor del que Fagor presum¨ªa, en cambio, en su memoria de 2012 presentada a la CNMV: "El hecho de ser una cooperativa supone una ventaja competitiva para afrontar la crisis, ya que facilita la puesta en marcha de mecanismos de solidaridad e intercooperaci¨®n".
Fagor contaba cuando cay¨® con 13 plantas repartidas en cinco pa¨ªses: Espa?a, Marruecos, China, Polonia y Francia
Pero la ayuda no ha llegado. Y la decisi¨®n del cierre se ha traducido en movilizaciones. Las paredes de esta localidad, oculta entre las verdes monta?as del Alto Deba, aparecen llenas de carteles que anuncian manifestaciones. Una el jueves, otra el viernes, otra la semana siguiente... Y las pancartas de protesta cuelgan en espacios p¨²blicos: "Fagor y Edesa no se cierra. Respetad todos los puestos de trabajo", se lee en una de casi cinco metros colocada en una balconada junto a la Escuela de M¨²sica.
El efecto domin¨®: "Si cae Fagor, cae todo"
Joseba Lopetegi llevaba 18 de sus 32 a?os trabajando en la planta de termos que Edesa, sociedad dependiente de Fagor, tiene en Basauri (Bizkaia). Su padre ¡ª"mi aita", cuenta¡ª se pas¨® otros 40 a?os en la compa?¨ªa. "Yo empec¨¦ en la cadena y estuve hasta de maquinista. He soldado, pintado...", relata. Protesta por el fin al que se aboca su empresa, en concurso de acreedores desde principios del pasado diciembre. Un nefasto final que se origina con el desplome de la matriz.
"Porque si cae Fagor, cae todo", explica la catedr¨¢tica Gallastegui. Es el efecto domin¨®. Durante tres d¨ªas no se observa ning¨²n cliente en el hotel Arrasate, un edificio de tres plantas en?la calle Biteri Etorbidea, en pleno centro. ¡°No somos una zona tur¨ªstica. Aqu¨ª vivimos de las empresas", apunta el propietario, Esteban S¨¢nchez, extreme?o de 55 a?os que lleg¨® al pueblo cuando ten¨ªa 10. Porque todo el Alto Deba se resentir¨¢. Su tasa de paro se multiplicar¨¢. En octubre, con 3.775 desempleados, era del 12,6%, seg¨²n el Gobierno vasco. Ahots calcula que casi 4.000 trabajadores directos e indirectos se sumar¨¢n a esa lista. El efecto negativo se paliar¨¢ "un poco" gracias a las reubicaciones que la corporaci¨®n ha hecho de los socios cooperativistas. "Pero no se podr¨¢ recolocar a todos", matiza Olabe.
"El proyecto apareci¨® como un modelo alternativo al libre mercado y al socialismo. Los j¨®venes iban a trabajar con mucha ilusi¨®n", recalca Gallastegui: "Me pregunto c¨®mo va a reaccionar ahora la gente. Los gerentes y empleados tendr¨¢n que mentalizarse de que la situaci¨®n cambi¨®". Y en la calle se dicen lo mismo. Responde Rosa, vecina de unos sesenta a?os: "?Qu¨¦ le espera ahora a Mondrag¨®n? ?Pues resurgir! Los edificios est¨¢n ah¨ª, no se van a caer. En Arrasate no se har¨¢ lo que se ha hecho hasta ahora, pero habr¨¢ otras cosas¡±.
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