?Por qu¨¦ nadie quiere a Gaspar?
No es f¨¢cil ser 'El del Medio de los Reyes'. Atrapado entre el carisma de Melchor y Baltasar, el rey rubio se alza como opci¨®n alternativa
Si los Reyes Magos fuesen un tr¨ªo de pop, ?qui¨¦n ocupar¨ªa el puesto que ostentaba Beyonc¨¦ en las Destiny¡¯s Child, Diana Ross en las Supremes, Barry Gibb en los Bee Gees, o incluso Siobhan Fahey en Bananarama? Al contrario que en todas esas tr¨ªadas, en la formaci¨®n de Oriente, el del medio no es el l¨ªder ni tiene derecho a llevar el pelo el doble de grande ¨Ccomo pasaba en los Bee Gees¨C, ni la falda m¨¢s corta (Destiny¡¯s Child), ni cuenta con el fervor popular. Llegadas estas fechas, es momento de preguntarse: ?Qu¨¦ pasa con Gaspar, el verdadero underdog de la Navidad?
El rey rubio (o pelirrojo: hay divergencias) , al parecer el m¨¢s joven de los tres, sufre un caso cr¨®nico de S¨ªndrome del hijo del medio, ese que hace que los no primog¨¦nitos ni benjamines de una familia se sientan a veces ninguneados y puedan sufrir de baja autoestima. Como Stephanie Tanner en Padres Forzosos, Vanessa Huxtable en El show de Bill Cosby ¨Cla pobre Vanessa jam¨¢s tuvo nada que rascar, atrapada como estaba entre el carisma de Denise y el salero de Rudy¨C o Judy Winslow en Cosas de casa. Esta ¨²ltima, aunque t¨¦cnicamente era la hermana peque?a, conviv¨ªa con un encantador primito menor que le robaba el protagonismo y le convert¨ªa en una mediana de facto. Las dificultades de los guionistas para encontrarle tramas jugosas fueron tales que acabaron tirando la toalla. Su personaje desapareci¨® en la cuarta temporada de la serie y todo el mundo actu¨® como si jam¨¢s hubiera existido. Nadie volvi¨® a mencionarla. Judy Winslow es la pesadilla de cualquier hijo mediano.
La Asociaci¨®n Espa?ola de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) llev¨® a cabo una encuesta las navidades pasadas en su p¨¢gina de Facebook que confirm¨® lo que todo el mundo sabe: (casi) nadie quiere a Gaspar. Se puede decir que Baltasar gan¨® en votos y Melchor en esca?os, ya que el rey negro fue el preferido en t¨¦rminos generales, pero el canoso arras¨® en la demograf¨ªa que de verdad cuenta, los ni?os. Seg¨²n los comentarios de la p¨¢gina, ¡°Baltasar tiene el poder de leer las mentes de los ni?os¡± y ¡°es el encargado de comprobar que los juguetes est¨¢n en buen estado¡±. Otros afirmaban que era el m¨¢s rico y el que m¨¢s acierta. En las cabalgatas, tiene el privilegio de ejercer como cabeza de cartel. Al ir al final, cuenta como el plato fuerte del festival. A juzgar por los votantes de la encuesta, Melchor tira m¨¢s caramelos y ¡°es el m¨¢s bondadoso¡±. Tradicionalmente, Melchor ha sido el preferido de los ni?os de tirada conservadora y de los primog¨¦nitos, por aquello de la identificaci¨®n. Por decirlo r¨¢pido, Melchor es el rey de derechas, o como m¨ªnimo pro-establishment. Mientras que Baltasar ofrece un packaging id¨®neo al ni?o que va un poco de rebelde y de diferente, al tiempo que le permite postularse como un ap¨®stol de la armon¨ªa racial. Melchor es ser del Real Madrid, Baltasar es ser del Atl¨¦tico. Melchor es Coca-Cola, Baltasar, Pepsi. Melchor es Nike, Baltasar es Adidas. Melchor es Beyonc¨¦, Baltasar, Rihanna. Ante este panorama, ?qui¨¦n se queda con Gaspar? Los verdaderos outsiders.
Melchor es el rey pro-establishment. Baltasar ofrece un packaging id¨®neo al ni?o que va un poco de rebelde
Gaspar, ese rey ni s¨ª ni no, que incluso le lleva al Ni?o Jes¨²s el regalo menos memorable de los tres ¨Cel oro es el oro y la mirra, como se preguntar¨ªan ret¨®ricamente 9 de cada diez c¨®micos de provincias en sus mon¨®logos sobre la Navidad, ?qu¨¦ narices es la mirra? Ahora, ?el incienso?, ?d¨®nde compra Gaspar?, ?en la estanter¨ªa de descuentos del Natura?¨C se encuentra as¨ª con un inmejorable nicho de mercado para convertirse en el rey de las minor¨ªas y las terceras v¨ªas. De los que, preguntados ¡°?Beatles o Stones?¡±, har¨ªan justicia a lo est¨²pido de la consulta (y de paso marcar¨ªan la diferencia) contestando ¡°yo es que siempre he sido m¨¢s de los Kinks¡±.
El car¨¢cter diferente de Gaspar viene de lejos. Azor¨ªn escribi¨® un cuento titulado Lo que trae el rey Gaspar y all¨ª ya dec¨ªa: ¡°Melchor (¡) tiene ante s¨ª una gran arca, que ha abierto para inspeccionar lo que queda en ella. Baltasar, el de la perilla y el bigote (¡), tambi¨¦n tiene su arca, y en ella, con el mismo fin, ha hecho su recuento. Gaspar, peque?os amigos m¨ªos, no tiene arca, no tiene ning¨²n camello, ni caballo, ni asno en el que llevar lo que ha de regalar a los ni?os, pero tiene una iron¨ªa suave y unos labios que expresan una iron¨ªa vaga, suave, inquietadora¡±. Deteng¨¢monos en las palabras del pr¨®cer de la Generaci¨®n del 98. ?Gaspar no tiene nada (ni coche ni casa, como un millenial cualquiera) pero cuenta con su iron¨ªa como bien m¨¢s preciado? Eso, unido a su condici¨®n de gusto rebuscado le convierte en la perfecta opci¨®n hipster.
Los hoy adultos que de ni?os fueron gasparistas recuerdan una infancia marcada pro la diferencia. ¡°?ramos tres en la clase¡±, recuerda ?lex, de 33 a?os. Tanto ¨¦l como Quirze, de la misma edad, admiten que lo suyo se deb¨ªa a una identificaci¨®n capilar. ¡°No hab¨ªa tantos ¨ªdolos infantiles rubios¡± (Quirze cita al futbolista Schuster como la otra opci¨®n). M¨°nica, en cambio, era de Gaspar por una ¡°debilidad cong¨¦nita por los pelirrojos¡± ¨C ya ha quedado claro que los tonos cobrizos del segundo rey generan confusi¨®n¨C y recuerda lo dif¨ªcil que era encontrar un Gaspar de guardia en un centro comercial o similares al que entregarle la carta. S¨®lo hab¨ªa melchores y baltasares. Mikel incide en que Gaspar le parece ¡°el rey mago indie, m¨¢s intelectual e introvertido, con el encanto de los segundones¡±. Otros se refugiaban en el rubio porque Melchor les parec¨ªa ¡°de pijos¡± y los baltasares blackface que se prodigaban en la geograf¨ªa espa?ola en los 70 y 80 pod¨ªan resultar terror¨ªficos a los ojos infantiles, con sus capas de bet¨²n. Desde entonces, las estad¨ªsticas no han variado mucho para Gaspar. Sigue siendo una opci¨®n de minor¨ªas, pero selectas.
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