La Infanta, imputada
Al hacer expl¨ªcito su respeto por las decisiones judiciales el Jefe del Estado espa?ol recupera parte de su autoridad moral para enderezar el rumbo de nuestro pa¨ªs. La otra parte tambi¨¦n es recuperable a partir de esta re-normalizaci¨®n, si exige contundentemente que tanto la corrupci¨®n como el fraude fiscal generalizado tampoco tengan cabida para otros ¨¢mbitos y que ello, en igualdad ante la ley, sea duramente penalizado.¡ª Miguel ?ngel Pe?a. Madrid.
Parapetado tras el imponente escudo de impunidad que cree proporcionarle la egregia personalidad de su defendida, el abogado de la Infanta Cristina, Jes¨²s Mar¨ªa Silva, se permite la soberbia de otorgar la posibilidad de ¡°realizarse como persona¡± al juez del caso Urdangar¨ªn, Jos¨¦ Castro, quien pretende (?c¨®mo osa!) o¨ªr las explicaciones de la Infanta en sede judicial. Semejante mofa a la autoridad judicial s¨®lo est¨¢ al alcance de los vasallos que se saben protegidos por su se?or.¡ª Jes¨²s Veigas Rodr¨ªguez. Badalona, Barcelona.
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