Exageraciones
La confusi¨®n entre firmeza pol¨ªtica y entonaci¨®n contundente lastra el avance hacia el fin de ETA
El juez Santiago Pedraz contest¨® a trav¨¦s de Twiter a las cr¨ªticas vertidas en el mismo medio por el dirigente del PP I?aki Oyarzabal contra la no prohibici¨®n del acto celebrado en Durango por parte de decenas de expresos de ETA recientemente excarcelados. Los jueces deben hablar mediante sus resoluciones; hacerlo a trav¨¦s de las redes sociales para defenderlas crea un precedente indeseable que podr¨ªa llevar a situaciones absurdas o peligrosas.
Pero reconocerlo no permite ignorar las acusaciones desmedidas deslizadas contra el juez a ra¨ªz de su auto del pasado s¨¢bado. Pedraz, siguiendo al fiscal, y este a los informes policiales, concluy¨® que no hab¨ªa datos para considerar que en el acto fuera a cometerse un delito de enaltecimiento o justificaci¨®n del terrorismo o de humillaci¨®n de las v¨ªctimas. Y recomendando vigilar para que si en el transcurso del acto hubiera alg¨²n hecho delictivo, pudiera actuarse en consecuencia.
Se trata de una posici¨®n prudente, y no ¡°incomprensible¡± como dec¨ªa Oyarzabal, y tampoco ¡°ofensiva para todas las v¨ªctimas¡±, como han manifestado algunas de sus asociaciones. Mucho menos se justifica hablar de ¡°indecencia¡± del juez o considerar que el ministerio p¨²blico ha ¡°cambiado de bando¡± o que el auto prueba que hay jueces que interpretan la ley ¡°para beneficiar a los verdugos¡±. Lo que s¨ª recordaba el auto es que la jurisprudencia exige para considerar que hay justificaci¨®n del terrorismo que sea ¡°clara y terminante¡±.
Si la hubo en Durango deber¨¢ dilucidarlo la justicia, pero la asociaci¨®n que plante¨® la suspensi¨®n, Dignidad y Justicia, ya ha anunciado que, a la vista de lo realmente ocurrido, estudia presentar una denuncia no por enaltecimiento, sino por colaboraci¨®n con banda armada. De momento, lo ocurrido m¨¢s bien da la raz¨®n a Pedraz, pues, de haberse prohibido el acto, no se habr¨ªa producido lo que en general se ha considerado m¨¢s importante de la jornada: la aceptaci¨®n, tras dos a?os de debate, por los terroristas m¨¢s sanguinarios de la historia de ETA del cese de la violencia decidido por sus jefes en 2011.
Pero es cierto que el gesto de valor del periodista que les plante¨® si quer¨ªan pedir perd¨®n por los 309 asesinatos por los que fueron condenados, y que fue expulsado por ello, no estaba fuera de lugar en un acto convocado como rueda de prensa. Su silencio refleja la distancia que a¨²n les separa de la plena aceptaci¨®n de la democracia.
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