Guerrilleros chinos contra la contaminaci¨®n
El desarrollo del pa¨ªs m¨¢s poblado est¨¢ provocando un desastre medioambiental Aunque la conciencia ecol¨®gica todav¨ªa no cala hondo, cada vez son m¨¢s quienes tratan de evitar un cataclismo
Es un d¨ªa extra?o en Pek¨ªn: luce el sol y el cielo se ha despojado de su grueso manto gris para vestir un azul intenso. Pero Zhou Reng est¨¢ convencida de que es un espejismo. Armada con el equipo de medici¨®n de Greenpeace, la organizaci¨®n en la que milita, sale a la calle para certificarlo. ¡°Hoy, uno de los mejores d¨ªas que hemos tenido en la capital en las ¨²ltimas semanas, el ¨ªndice de poluci¨®n atmosf¨¦rica sigue superando los 100 puntos¡±. Concretamente, el aparato marca una concentraci¨®n de 138 part¨ªculas de tama?o inferior a 2,5 micras por cada metro c¨²bico de aire. En cualquier ciudad europea ese nivel ser¨ªa calificado como de poluci¨®n severa, pero en la capital china, donde el pasado invierno el ¨ªndice coquete¨® con los 1.000 puntos, parece un d¨ªa inmejorable para dar un paseo.
No en vano, aunque ese triste r¨¦cord de contaminaci¨®n atmosf¨¦rica no ha vuelto a repetirse, estos d¨ªas la capital convive de nuevo con la alerta naranja, la segunda mayor en una escala de cuatro. Las mascarillas se han convertido ya en una prenda m¨¢s, la poblaci¨®n presta m¨¢s atenci¨®n a las previsiones de poluci¨®n que a las del tiempo, y no faltan razones para todo ello: la Academia de Ciencias Sociales de Shangh¨¢i considera que Pek¨ªn es una ciudad ¡°casi inhabitable para el ser humano¡±, y, en un estudio publicado el pasado d¨ªa 12, la sit¨²a como la segunda peor ciudad en una lista de 40.
¡°Estamos ante un gran momento de inflexi¨®n que puede determinar la supervivencia del planeta¡±, asegura rotunda Zhou. ¡°Los recursos son limitados, y China los est¨¢ agotando. Lo ¨²nico que importa es el crecimiento econ¨®mico, y el respeto por el medio ambiente est¨¢ en ¨²ltimo plano¡±. Zhou sabe de lo que habla: antes de afiliarse a Greenpeace trabaj¨® para el Gobierno chino en el departamento de Protecci¨®n Medioambiental, y all¨ª vio c¨®mo ¡°las empresas que contaminan saben de antemano cu¨¢ndo van a llegar inspectores y pueden as¨ª preparar todo para pasar las auditor¨ªas¡±.
Por esa connivencia existente entre los poderes pol¨ªtico, econ¨®mico, y judicial, tambi¨¦n en lo que respecta al Medio Ambiente, Zhou decidi¨® dejar la seguridad del funcionariado y embarcarse en una lucha que s¨®lo acabar¨¢ ¡°cuando cambie el actual modelo de desarrollo¡±. Para ganarla es imprescindible que la poblaci¨®n se involucre, y Zhou cree que nada mejor para conseguirlo que hacer p¨²blica la situaci¨®n medioambiental del gigante asi¨¢tico, calificada por algunos cient¨ªficos de apocal¨ªptica.
Estad¨ªsticas escalofriantes
Sin duda, las estad¨ªsticas producen escalofr¨ªos. 16 de las 20 ciudades m¨¢s contaminadas del planeta est¨¢n en China, el pa¨ªs que hace cuatro a?os super¨® a Estados Unidos como el principal emisor de CO2 a la atm¨®sfera, y solo un 1% de las principales ciudades del pa¨ªs disfruta de aire considerado saludable por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. La r¨¢pida industrializaci¨®n, dependiente energ¨¦ticamente del carb¨®n y caracterizada por un bajo nivel tecnol¨®gico, se suma a una peligrosa falta de ¨¦tica empresarial para agitar un explosivo c¨®ctel que se cobra un elevado precio humano.
El informe independiente Global Burden of Disease asegur¨® la pasada primavera que el n¨²mero de muertes prematuras por la contaminaci¨®n ha aumentado hasta los 1,2 millones, una cifra que supone el 40% del total. Y otro estudio publicado en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos cuantific¨® por primera vez el impacto que la poluci¨®n atmosf¨¦rica tiene en la esperanza de vida de los chinos: 500 millones de personas que habitan en el norte del pa¨ªs, y que nacieron antes de 1990, momento en el que comenz¨® la expansi¨®n econ¨®mica m¨¢s r¨¢pida, vivir¨¢n una media de 5,5 a?os menos que sus compatriotas del sur, donde no se utiliza calefacci¨®n central de carb¨®n.
El n¨²mero de fallecidos por c¨¢ncer de pulm¨®n se ha disparado un 465% en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas
Por si fuese poco, el a?o pasado el Partido Comunista reconoci¨® tambi¨¦n la existencia de los pol¨¦micos pueblos del c¨¢ncer. Son unas 400 localidades, situadas cerca de industrias particularmente contaminantes, en las que la mayor¨ªa de sus ciudadanos muere por esta enfermedad. A nivel nacional, el c¨¢ncer mata a una de cada cuatro personas, y el n¨²mero de fallecidos por la variante que afecta al pulm¨®n se ha disparado un 465% en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas. Ning¨²n caso ha reflejado mejor este problema que el de una ni?a de ocho a?os, residente en la provincia oriental de Jiangsu, que se convirti¨® el a?o pasado en la paciente m¨¢s joven del pa¨ªs por esta dolencia y caus¨® una gran conmoci¨®n medi¨¢tica.
As¨ª, no es de extra?ar que ciudades como Chengdu hayan decidido establecer cl¨ªnicas especializadas en problemas causados por la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, y que en Pek¨ªn est¨¦n desarrollando un sistema para lanzar nitr¨®geno l¨ªquido a la atm¨®sfera y combatir de esta forma el smog. Son medidas que se enmarcan en el plan quinquenal del Gobierno que, a trav¨¦s de un sistema que contempla castigos m¨¢s duros para quienes contaminan, subvenciones a las energ¨ªas limpias y una mejor planificaci¨®n, pretende reducir de forma sustancial la concentraci¨®n de part¨ªculas en suspensi¨®n en las principales zonas industriales del pa¨ªs. ¡°En las esferas m¨¢s altas del Gobierno est¨¢n concienciados, pero a nivel regional todav¨ªa funciona el sobre por debajo de la mesa¡±, denuncia Zhou.
Aguas y tierras en peligro
Adem¨¢s, las sustancias nocivas no s¨®lo atacan por aire, tambi¨¦n lo hacen por mar y por tierra. Seg¨²n las propias estimaciones del Gobierno, el 64% de los acu¨ªferos est¨¢n gravemente contaminados, y algo similar sucede con el agua en las costas del pa¨ªs. Por otro lado, hace dos a?os el Gobierno chino encarg¨® un detallado an¨¢lisis del suelo. Lo recibi¨® el pasado mes de abril, y decidi¨® calificar su contenido como secreto de Estado, una etiqueta que no hace presagiar nada bueno.
De momento, en diciembre se hizo p¨²blico que unos 3,3 millones de hect¨¢reas de tierra est¨¢n demasiado contaminadas como para ser utilizadas con fines agr¨ªcolas. Eso supone nada menos que un 2% de toda la superficie cultivable del pa¨ªs, y muchos cient¨ªficos estiman que es un porcentaje muy inferior al real. ¡°Todos esos qu¨ªmicos son absorbidos a trav¨¦s de la tierra por los vegetales, que a su vez los pasan a los animales. As¨ª, terminan provocando un grave da?o a la salud de la poblaci¨®n, que no tiene m¨¢s alternativa que los caros productos importados¡±, explica Zhou.
16 de las 20 ciudades m¨¢s contaminadas del planeta est¨¢n en China
La situaci¨®n, adem¨¢s, empeora. Seg¨²n el Ministerio de Protecci¨®n Medioambiental, los niveles de poluci¨®n de 2013 han sido los peores en los ¨²ltimos 52 a?os. De media, la capital duplic¨® los niveles m¨¢ximos de contaminaci¨®n establecidos por el Gobierno y ha sufrido 186 d¨ªas de ¡®poluci¨®n severa¡¯. Incluso ciudades como Shangh¨¢i, que hab¨ªan disfrutado de niveles de contaminaci¨®n relativamente inferiores gracias a su ubicaci¨®n geogr¨¢fica, est¨¢n ya al l¨ªmite. La capital econ¨®mica de China lo demostr¨® el pasado mes de diciembre, cuando la concentraci¨®n de part¨ªculas inferiores a 2,5 micras bati¨® un r¨¦cord y super¨® las 600 por metro c¨²bico.
Por eso, la joven trabajadora de Greenpeace aboga por una mayor confrontaci¨®n. ¡°Est¨¢ en juego mucho m¨¢s que nuestro bienestar, as¨ª que es necesario plantar cara a los poderosos que s¨®lo piensan en el dinero r¨¢pido¡±. Afortunadamente, en un pa¨ªs que tradicionalmente no ha destacado por su conciencia ecol¨®gica, cada vez hay m¨¢s gente que piensa como ella. Y por eso se han multiplicado las manifestaciones, muchas veces violentas, contra proyectos especialmente perniciosos. F¨¢bricas de productos qu¨ªmicos, plantas de procesamiento de uranio e incineradoras est¨¢n en la diana de la poblaci¨®n. ¡°La mayor¨ªa son protestas de quienes no quieren esas infraestructuras sucias al lado de su casa, pero cada vez somos m¨¢s los que nos preocupamos por la situaci¨®n del pa¨ªs en general¡±.
Sun Xiaodong es otro de ellos. Hace diez a?os que se especializ¨® en fotograf¨ªa de naturaleza, y hace cinco que decidi¨® dar a sus im¨¢genes un claro contenido de denuncia. ¡°Uno de mis primeros trabajos lo realic¨¦ en unos humedales de la provincia costera de Zhejiang. Regres¨¦ all¨ª cinco a?os despu¨¦s y me encontr¨¦ con un panorama desolador. La sequ¨ªa hab¨ªa hecho estragos, y era imposible encontrar a la mayor¨ªa de las especies animales que hab¨ªa fotografiado en el primer viaje. Ese fue el momento en el que tom¨¦ conciencia de lo que est¨¢ sucediendo en mi pa¨ªs¡±.
Ciberactivismo medioambiental
Sun entrevist¨® a varios lugare?os, que confirmaron lo que ¨¦l hab¨ªa visto: no se trataba de algo puntual sino de una degradaci¨®n continua y, aparentemente, irreversible. ¡°Regres¨¦ a?Shanghai preocupado. Y fue entonces ¨Cen 2007¨C cuando comenzaron a publicarse noticias sobre las desastrosas consecuencias de nuestra pol¨ªtica econ¨®mica en la naturaleza¡±. Eso es lo que le llev¨® a crear, junto a otros compa?eros, Xihan Action, una de las pocas ONG locales que tienen como objetivo descubrir los desmanes de pol¨ªticos y empresarios que afectan al entorno y proteger la biodiversidad china. ¡°Una de las principales razones por las que el pueblo chino no reacciona ante el holocausto natural que sufre es la falta de informaci¨®n. Nosotros queremos llenar ese vac¨ªo¡±.
El a?o pasado, Pek¨ªn casi multiplic¨® por diez los niveles de lo que se considera contaminaci¨®n severa
Por eso, Sun viaja por todo el pa¨ªs armado con su c¨¢mara. Retrata la degeneraci¨®n medioambiental y la da a conocer a trav¨¦s de blogs y de las redes sociales. ¡°Internet, sobre todo Weibo ¨Cel Twitter chino, que tiene m¨¢s de 550 millones de usuarios¨C, ha dado al pueblo una fuerza que antes no ten¨ªa. China no es una democracia, no podemos elegir a nuestro Gobierno, pero ahora s¨ª que podemos ejercer cierto control sobre ¨¦l y demandar responsabilidades¡±. Eso es lo que han hecho ya, con ¨¦xito, en varias ocasiones. Una de las m¨¢s sonadas, a primeros de a?o, consisti¨® en ofrecer p¨²blicamente 100.000 yuanes (12.000 euros) a un pol¨ªtico local a cambio de que emulase al Manuel Fraga de Palomares y se ba?ase en el infecto r¨ªo de su localidad, donde van a parar los residuos t¨®xicos de varias f¨¢bricas textiles.
L¨®gicamente, no acept¨®. Pero la bola de nieve que se form¨® en el ciberespacio le oblig¨® a reconocer la putrefacci¨®n que se hab¨ªa apoderado del arroyo y a redactar un plan para castigar a las empresas que lo estaban ensuciando. ¡°Estaremos al tanto de lo que suceda, y hemos prometido al gobierno local documentar peri¨®dicamente el progreso con fotograf¨ªas. Es una forma de decirles que no pensamos olvidar el asunto, y de darles la oportunidad de lavar su imagen si hacen bien las cosas¡±. Al fin y al cabo, Sun es consciente de que en un r¨¦gimen autoritario, cualquier transformaci¨®n tiene que incluir al Gobierno.
Un informe sobre la contaminaci¨®n del suelo est¨¢ calificado como 'Secreto de Estado'
Y los dirigentes chinos reconocen que es vital poner remedio antes de que sea demasiado tarde. De hecho, diferentes estudios estiman que la contaminaci¨®n le cuesta a China entre el 7% y el 10% de su PIB. El propio ex primer ministro, Wen Jiabao, asegur¨® en su ¨²ltima rueda de prensa que el objetivo de China ya no puede ser crecer mucho sino ¡°crecer mejor¡±. Eso supone relajar el ritmo del desarrollo econ¨®mico ¨Cse espera que est¨¦ en torno al 7% anual durante la pr¨®xima d¨¦cada¨C, modernizar las industrias obsoletas, y reducir la dependencia del carb¨®n, que todav¨ªa proporciona el 70% de las necesidades energ¨¦ticas del Gran Drag¨®n.
Pero la realidad es terca y, si contin¨²a la tendencia actual a pesar de los tit¨¢nicos esfuerzos por aumentar el peso de las renovables y de la nuclear en su men¨² energ¨¦tico, la combusti¨®n actual de piedra negra en China se duplicar¨¢ en 15 a?os, y no alcanzar¨¢ su c¨¦nit hasta la d¨¦cada de 2030. Por eso, la propia Greenpeace considera que es de vital importancia modernizar el sector del carb¨®n, algo que, como ha demostrado la primera investigaci¨®n que la ONG internacional realiza contra una empresa estatal china en particular, no se est¨¢ haciendo.
Deng Ping es la joven que ha coordinado el estudio, tan controvertido que el gobierno central ha prohibido a todos los medios de comunicaci¨®n que se hagan eco de ¨¦l y ha borrado todos los mensajes que lo mencionan en las redes sociales. ¡°Es una muestra de que hemos hecho bien nuestro trabajo, pero nos apena porque censurando la informaci¨®n no se solucionan los problemas¡±, asegura Deng. Su equipo ha dejado al descubierto c¨®mo la principal compa?¨ªa minera del mundo, Shenhua, est¨¢ provocando una grave sequ¨ªa en una zona de la provincia de Mongolia Interior en la que ha puesto en marcha el primer proyecto piloto para obtener diesel a trav¨¦s de la licuefacci¨®n del mineral.
Un movimiento de Internet ofreci¨® a un pol¨ªtico 12.000 euros por ba?arse en un r¨ªo contaminado. No acept¨®
¡°Hemos demostrado que el proyecto es extremadamente da?ino para los recursos hidrol¨®gicos de la regi¨®n, que se est¨¢ quedando seca, y que si se expande como est¨¢ previsto, puede provocar una crisis a gran escala¡±. No en vano, China s¨®lo cuenta con un 7% de la capacidad h¨ªdrica del planeta para abastecer al 22% de su poblaci¨®n. ¡°Si se cumplen los planes detallados en el 12? Plan Quinquenal, que prev¨¦ 16 nuevos centros de carb¨®n, China necesitar¨¢ 10.000 millones de metros c¨²bicos de agua, lo que supone una cuarta parte del caudal del R¨ªo Amarillo¡±, explica Deng. Seg¨²n c¨¢lculos de la investigadora, provincias carboneras como Shaanxi no tendr¨¢n agua suficiente para abastecer a esta industria en 2015. ¡°No actuar ahora saldr¨¢ mucho m¨¢s caro que hacerlo en el futuro¡±, sentencia Deng.
A casi 3.000 kil¨®metros hacia el suroeste, en la regi¨®n tropical de Xishuangbanna, Li Minguo es de la misma opini¨®n. Consciente de que denunciar una situaci¨®n no es suficiente, hace ya a?os que se puso manos a la obra. Y su gran proyecto personal ha conseguido proteger un pedazo de tierra de los promotores inmobiliarios sin escr¨²pulos. Li es la viuda del bi¨®logo alem¨¢n Josef Margraf, un hombre que, hasta su muerte en 2010, se empe?¨® en reproducir el ecosistema de la frondosa jungla original para revertir la destrucci¨®n que asuela la regi¨®n, fronteriza con Laos y Birmania y v¨ªctima de la avaricia de empresas y de gobernantes corruptos.
Juntos crearon Tianzi ¨Cliteralmente semillas del cielo¨C, un parque natural privado que guarda 600 especies vegetales, muchas en peligro de extinci¨®n, en otras tantas hect¨¢reas. ¡°Lo hacemos por nuestros hijos¡±, asegura Li en el caser¨®n de madera desde el que dirige el parque. Su marido consigui¨® crear un microcosmos en la parcela-laboratorio que rodea la sede de Tianzi, y ahora ella busca trasladarlo en gran escala a la monta?a. ¡°China vive una transformaci¨®n brutal que supone una grave amenaza para la naturaleza. Primero hacemos dinero, luego ya haremos el bien, piensan muchos¡±, denuncia la mujer.
En unas 400 localidades cerca de zonas contaminantes, la mayor¨ªa de la gente muere de c¨¢ncer
Sus palabras toman forma durante las tres largas horas de viaje por carreteras imposibles hasta la reserva. A ambos lados quedan nuevas urbanizaciones de lujo, centros comerciales, y un mon¨®tono desierto verde. Cerca de la entrada a Tianzi todav¨ªa son visibles las quemaduras provocadas por el incendio que, en 2011, amenaz¨® todo el proyecto. Li es incapaz de contener las l¨¢grimas ante la visi¨®n de la tierra ennegrecida, y recuerda los grandes intereses a los que se enfrenta. ¡°Somos molestos para mucha gente poderosa que se alegrar¨ªa si desapareci¨¦semos, pero me reconforta ver cada d¨ªa c¨®mo m¨¢s y m¨¢s chinos se interesan por proyectos como el nuestro y toman conciencia de lo que est¨¢ sucediendo en el pa¨ªs¡±.
Especies en peligro
Otra de las organizaciones que trabaja sin descanso para que as¨ª sea es WWF. No en vano, se trata de la primera ONG internacional que, en la d¨¦cada los ochenta, consigui¨® el permiso para trabajar en China. ¡°En aquel momento, nuestro objetivo se limitaba a salvar al oso panda, y hemos conseguido proteger el 65% de su h¨¢bitat, pero ahora trabajamos en muchas otras ¨¢reas¡±, explica Fan Zhiyong, director del programa para la Protecci¨®n de las Especies. Las que m¨¢s quebraderos de cabeza les dan son el tigre amur ¨Cs¨®lo quedan 20 ejemplares en libertad¨C, el leopardo de nieve, y los delfines del r¨ªo Yangts¨¦. La urbanizaci¨®n y la deforestaci¨®n ligada a ella est¨¢n acabando con ellos.
¡°Otro de los problemas llega de la propia legislaci¨®n china, que proh¨ªbe a las ONG internacionales recaudar fondos en el pa¨ªs. As¨ª que los programas se tienen que financiar desde el extranjero, y los donantes tienen la potestad de elegir a qu¨¦ especie quieren que vaya destinado su dinero. Eso hace que los animales menos fotog¨¦nicos est¨¦n en desventaja. Es el caso del panda rojo, cuyo proyecto manten¨ªa Canon y que hemos tenido que cancelar cuando la empresa ha dejado de apoyarlo¡±, explica Fan. ¡°As¨ª es complicado trabajar en la recuperaci¨®n de todo un ecosistema, que deber¨ªa ser el fin ¨²ltimo, y nos vemos obligados a preservar peque?os espacios en los que se mantienen peque?as poblaciones semilla de especies para volver a introducirlas despu¨¦s en el medio salvaje, como se ha hecho con ¨¦xito con el vis¨®n europeo¡±.
Las muertes prematuras por la contaminaci¨®n lleg¨® a 1,2 millones, un 40% del total
A pesar de todo, Fan considera que los avances no son suficientes: ¡°Es evidente que se est¨¢n haciendo cosas. Por ejemplo, China ha modificado su vadem¨¦cum de medicina tradicional para retirar especies en peligro de extinci¨®n. Pero la velocidad a la que se est¨¢ degradando el Medio Ambiente es tal que puede que el da?o sea ya irreversible. Por eso, tenemos que trabajar con m¨¢s ah¨ªnco y exigir al Gobierno que implemente las leyes que ya existen. La civilizaci¨®n ecol¨®gica que promueve la nueva c¨²pula del poder tiene que ser algo m¨¢s que un eslogan para salvar la Tierra. Esa es nuestra lucha¡±.
Pero poco pueden hacer los dirigentes si la poblaci¨®n no toma conciencia. Y Zhou Shufang, una reci¨¦n licenciada en Biolog¨ªa que trabaja con cr¨ªas del zoo de Shangh¨¢i, cree que todav¨ªa queda mucho camino por recorrer hasta conseguir que el activismo ecol¨®gico cale hondo. ¡°No hace falta m¨¢s que ver cu¨¢l es la actitud de muchos de los visitantes. Creen que s¨®lo porque han pagado la entrada ya pueden tratar a los animales de cualquier forma. Y eso es lo que sucede en todas partes. Los chinos creen que su dinero les da inmunidad para comportarse sin ¨¦tica alguna, y el entorno es lo que menos respeto merece. Si esa mentalidad no cambia r¨¢pido, no habr¨¢ nada que hacer¡±.
Alerta en Pek¨ªn
Tras recibir intensas cr¨ªticas por la incapacidad de solucionar un problema cada vez m¨¢s preocupante, el Gobierno chino dio el pasado viernes un paso adelante ante la contaminaci¨®n que estrangula Pek¨ªn. Las autoridades municipales decretaron por primera vez la alerta naranja, el segundo nivel m¨¢s alto de un m¨¢ximo de cuatro. Ese d¨ªa, seg¨²n las mediciones de la embajada de Estados Unidos en la capital china, la concentraci¨®n de part¨ªculas finas o PM2,5 alcanz¨® los 378 microgramos por metro c¨²bico, 15 veces m¨¢s que los l¨ªmites indicados por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Uno de los datos que reflejan la gravedad de la situaci¨®n es el abultado aumento de los casos de c¨¢ncer de pulm¨®n entre la poblaci¨®n de Pek¨ªn: en una d¨¦cada se han incrementado en un 59%.
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