Cierre de USAID: prepar¨¦monos con urgencia para un mundo m¨¢s tenebroso
La decisi¨®n de la nueva Administraci¨®n estadounidense de suspender los fondos para la ayuda al desarrollo ha supuesto un terremoto sin precedentes que deja en riesgo de muerte el sistema de cooperaci¨®n internacional
![Manifestantes frente Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en Washington, DC, Estados Unidos](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6NFFHMA2JFHP5EQ25VN63D4VOU.jpg?auth=9656780f01575fdbba9c2637be2d19933ad49ca14eb37f59ee9b8f8dcbc1fb61&width=414)
De un plumazo, la administraci¨®n de Trump ha comenzado a desmantelar USAID. Miles de funcionarios, junto con sus familias, han sido obligados a sacar a sus hijos del colegio de forma abrupta y tomar rumbo hacia Estados Unidos. Los alimentos que distribu¨ªan en las peores crisis humanitarias del planeta se pudren en los hangares, y a ni?os en Somalia se les ha informado que no podr¨¢n recibir la vacuna contra la tuberculosis.
Las formas y la humillaci¨®n han sido tan importantes como la decisi¨®n. Dos plut¨®cratas, en un fin de semana, anunciaron su intenci¨®n de cerrar la agencia de desarrollo m¨¢s grande del mundo ¡°porque est¨¢ llena de gusanos¡±, con mofas y a golpe de tuit. China y Rusia se frotan las manos ante este tiro en el pie de un Estados Unidos, y de Occidente en general, cada vez menos querido en infinidad de contextos del Sur Global por su arrogancia y dobles est¨¢ndares. La cooperaci¨®n era, hasta ahora, una forma de mostrar su mejor versi¨®n.
La decisi¨®n ha supuesto un terremoto sin precedentes que deja en riesgo de muerte el sistema de ayuda internacional tal como lo construimos en 1945 y que han mantenido todos los presidentes de Estados Unidos desde entonces, junto con los del resto del planeta. ¡°Si no queremos morir juntos en guerras, debemos aprender a vivir juntos en paz¡±, dec¨ªa el presidente Truman en la fundaci¨®n de Naciones Unidas en 1945 en San Francisco, EE UU, cuando su pa¨ªs representaba el 50% de la econom¨ªa global, no el 20% como ahora, y comprend¨ªa la importancia de la colaboraci¨®n y cooperaci¨®n entre los pa¨ªses para la b¨²squeda de una prosperidad colectiva.
Estados Unidos, nos guste o no, ha ejercido un papel crucial en el financiamiento de estructuras p¨²blicas globales, una responsabilidad que ha decidido abandonar, contribuyendo a la fractura del orden global
Tambi¨¦n se han retirado los fondos a diferentes agencias de Naciones Unidas, como la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), y se ha suspendido la participaci¨®n en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Los fondos para la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) est¨¢n congelados, al igual que 1.200 millones de UNICEF. El cierre de un programa de salud materno-infantil de UNFPA en Afganist¨¢n ha supuesto el despido inmediato de 1.700 mujeres profesionales afganas.
Estados Unidos, nos guste o no, ha ejercido un papel crucial en el financiamiento de estructuras p¨²blicas globales, una responsabilidad que ha decidido abandonar, contribuyendo a la fractura del orden global y debilitando el sistema multilateral.
Lo ha hecho sin ser un pa¨ªs especialmente generoso. Solo destinaba el 0,24% de su Ingreso Nacional Bruto a la asistencia oficial al desarrollo, una de las cifras m¨¢s bajas dentro de la OCDE, con una ayuda muchas veces condicionada a favorecer sus propios intereses. La ayuda humanitaria le serv¨ªa para deshacerse de sus excedentes agr¨ªcolas, obligaba a la compra de sus propios veh¨ªculos y, en general, favorec¨ªa a sus empresas, como las consultoras.
Sin embargo, ese peque?o porcentaje de su riqueza representaba el 43% de la ayuda humanitaria global, esencial en algunas de las principales crisis humanitarias y pa¨ªses m¨¢s castigados del mundo, como Afganist¨¢n o Sud¨¢n. No olvidemos que uno de cada cinco ni?as y ni?os del planeta vive en una zona de conflicto o huye de ella, aproximadamente 400 millones. Naciones Unidas ya consideraba el a?o pasado como catastr¨®fico debido a la falta de fondos suficientes para atender todas las necesidades humanitarias y al ataque constante contra su labor. El 2025 ser¨¢ a¨²n m¨¢s violento e impredecible.
La cooperaci¨®n, como su propio nombre indica, siempre ha sido un beneficio mutuo: al pa¨ªs receptor, pero tambi¨¦n al oferente. Serv¨ªa para frenar la migraci¨®n hacia su territorio, reducir el cultivo de drogas, prevenir enfermedades globales, mantener a pa¨ªses en su ¨®rbita de influencia y alejarlos de la de otros. Era una herramienta de soft power y de apoyo a su seguridad, garantizando que sus aviones pudieran sobrevolar ciertos territorios y sus fragatas atracar en puertos estrat¨¦gicos. Samantha Power, exadministradora de USAID, lo explic¨® muy bien esta semana.
Ese peque?o porcentaje de su riqueza representaba el 43% de la ayuda humanitaria global, esencial en algunas de las principales crisis humanitarias y pa¨ªses m¨¢s castigados del mundo
USAID requer¨ªa una reforma profunda, pero esa discusi¨®n ya carece de sentido. Quien vea en su cierre una oportunidad es un c¨ªnico o un est¨²pido de sof¨¢. No se cubrir¨¢ ese vac¨ªo. Francia tambi¨¦n prev¨¦ recortes del 40% en su ayuda, la UE del 35% en los pr¨®ximos tres a?os, y Suiza reducir¨¢ de manera significativa su apoyo a las agencias de Naciones Unidas. Nos enfrentamos a un panorama de mayor inestabilidad ante un orden internacional agrietado y un nuevo sistema que a¨²n ni siquiera ha sido concebido.
Habr¨¢ tiempo para reflexionar sobre c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª, qu¨¦ hacer para recomponer el da?o que esta decisi¨®n ha causado e incluso para identificar oportunidades a mediano plazo para quienes creemos que el sistema deb¨ªa descolonizarse, desburocratizarse, volverse menos r¨ªgido y centrarse en procesos sostenibles. Pero ahora es momento de acuerpar a las miles de organizaciones sociales fundamentales que han perdido su apoyo y prepararnos r¨¢pidamente para lo que grupos extremistas, envalentonados y posiblemente financiados, puedan hacer a partir de ahora. En esas estamos.
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